Con relativa frecuencia escuchamos todo el anecdotario sobre la amenaza de la deflación, siempre acompañado de la letanía de pedir a los bancos centrales que hagan más. De la misma forma, los Bancos Centrales llevan ya unos cuantos años, recomendando ajustes a todo el mundo, pero de la misma forma vanagloriándose, (y con toda la razón del mundo), de haber hecho todo lo que podían hacer en su mano para inundarlo todo de liquidez.
Y ante esto, yo me pregunto: ¿hasta cuándo?. Los bancos centrales se han lanzado en una desenfrenada carrera, que se afirmaba que nos iba a traer la hiperinflación, mientras todos los análisis nos contaban que este fenómeno era el principal miedo de una Alemania traumatizada por la experiencia de los años 20 del siglo pasado. Pero; ¿de verdad se ha creído algún experto económico que estábamos en el camino de la hiperinflación?. ¿Algún experto se ha creído que un economista Alemán se equivocaba en los diagnósticos por un fenómeno conocido por ellos y un trauma colectivo?. Esto es una solemne tontería desde todos los puntos de vista, y no responde más que a la mera dialéctica y argumentarios cada vez más simples. Exactamente el mismo esquema mental que ahora lleva a pedir a los Bancos Centrales más acción.
En el fondo todo es más simple; claro que no hay miedo a la hiperinflación; claro que se ignora la deflación, y claro que se le pide a los bancos centrales que actúen para evitar la deflación. Por las mismas razones que hace poco que se les pedía que actuasen con la coartada de evitar los problemas sociales derivados de los problemas de los mercados financieros.
En 2014, creo que va siendo hora ya de que se pongan claras algunas cosas. Lo que se ha buscado no tiene nada que ver con los precios de la economía. Si subían, pues subían y si bajaban, pues bajaban; pero nada más. No tiene nada que ver tampoco con el empleo. Simple y llanamente, los bancos centrales llevan años o décadas preocupados únicamente y exclusivamente por los precios de los activos relacionados con los activos financieros.
Es así de simple; de hecho, cuando se pide a los bancos centrales que actúen para generar inflación, lo que se está pidiendo es que actúen para que los mercados financieros suban; cuando se pide a los bancos centrales que actúen se está pidiendo que salven a los mercados financieros, y cuando se habla de que apuntalen la recuperación económica, estamos hablando que hagan lo que sea necesario para que se recuperen los beneficios en los mercados financieros, aunque la economía se esté derrumbando y aunque eso derrumbe la economía.
Y si quieren distinguir los cuentos de los que no lo son, deberán tener en cuenta que a estas alturas del partido, el que no se haya replanteado que hacer con los bancos centrales y el mecanismo de política monetaria, (incluido quien la decide), es que no le interesa que se replantee y básicamente estos son los mismos a los que este sistema les viene muy bien.