Nota previa: Este post trata de explicar los efectos de las variaciones de los impuestos indirectos en las cantidades consumidas (o ventas) de los distintos bienes y servicios ante variaciones en la imposición indirecta o subvenciones a su consumo.
Este post es una reedición de otro publicado con el mismo nombre el 25 de agosto de 2009. Se han corregido algunos fallos de redacción. También se han corregido los gráficos que habían desaparecido del post por algún fallo informático.
Los datos, el análisis y las conclusiones se han de entender referidas a 2009. Hoy sigue plenamente vigente.
Precios e Impuestos
El 11 de junio de 2009, el gobierno de España decidió incrementar los impuestos sobre el tabaco y sobre los hidrocarburos; por supuesto bajo los argumentos de recaudación, criterios de salud pública y criterios medioambientales, respectivamente.
Por otra parte, desde muchos centros de estudios (Funcas, BBVA,...) se propone la subida generalizada del IVA. Esta situación contrasta con lo que en otros países se está proponiendo, que es justamente lo contrario. Por otra parte, contrasta también con lo que se propone en España para otros productos (como por ejemplo el automóvil o la vivienda) en los que, lejos de un impuesto más gravoso, se propone subvención de algún tipo a la compra (lo que viene a ser un impuesto al consumo negativo).
En este post voy a tratar de explicar cómo impactan las variaciones de impuestos indirectos en los precios y en las cantidades intercambiadas de un bien. El precio y la cantidad de equilibrio en un mercado surgen del punto donde se unen las curvas de oferta y demanda, como se refleja en el gráfico que expongo a continuación:
Para tratar de entender los efectos sobre el precio y cantidad tendremos que comprender antes el concepto de elasticidad (tanto de demanda como de oferta). La elasticidad de demanda nos indica la variación de la demanda de un bien ante variaciones en su precio. Un bien es inelástico cuando la demanda de ese bien apenas varía con el precio (los combustibles son ejemplos perfectos para explicarlo, pues son bienes en los que apenas varía el consumo ante subidas o bajadas de precios). Por otra parte, un bien elástico es aquel en que la demanda es muy sensible a variaciones de precio.
La verdad es que no necesitamos demasiada teoría para determinar que bienes son elásticos y cuales inelásticos; se pueden comprobar fácilmente analizando el cabreo del consumidor. Ante una subida del gasoil, los consumidores, nos cabrearemos, pero compraremos (no nos queda más remedio y, aunque logremos ahorrar un poco de gasolina ante las subidas de precios, la factura se incrementará notablemente, mientras que los litros mensuales consumidas bajarán poco). En cambio, hay otros productos donde las subidas o bajadas de precios sí que determinan nuestra decisión de compra. Por tanto, si compramos cabreados porque no tenemos otro remedio, es que el bien es inelástico; si por el contrario, decidimos no comprar, (y estaremos molestos, pero no irá más allá, será elástico).
A través de un gráfico podemos observar de forma muy sencilla la elasticidad de los bienes, mirando la pendiente de la demanda. Así, cuanto más pendiente tenga la curva menor será la elasticidad de la demanda; (cuanto mayor sea la pendiente, menor será la variación de las cantidades ante una variación idéntica en su precio).
La aplicación de un impuesto lo que hace es desplazar hacia arriba la curva de oferta. El efecto de una subida de impuestos a un bien se observa en la gráfica de forma muy sencilla, tanto para el caso bien inelástico como elástico.
Como se puede observar, en el caso de un bien inelástico la cantidad apenas varía y el precio se incrementa en un valor que se aproxima al impuesto establecido. En el caso de bienes elásticos, se observa como las empresas apenas pueden repercutir el impuesto en el precio y, en este caso, el ajuste viene derivado de la caída de las unidades producidas (porque algunas empresas, al no poder repercutir el impuesto, cerrarán).
De esta forma se pueden entender de manera muy sencilla las razones por las que se han incrementado los impuestos de bienes muy inelásticos; y sus efectos tanto sobre el precio como el mercado. Es decir, queda justificada la razón que explica que se hayan subido los impuestos en los bienes donde coloquialmente “nos tienen pillados”. (nota del 2015; se puede entender porque desde el mundo de la cultura están que trinan con las subidas del IVA, mientras que los de las eléctricas protestan con la letra pequeña, por ejemplo).
Un apunte adicional es que, con este análisis, se pueden comprobar también los efectos de establecer una subvención a la compra de determinados bienes. En este caso, el procedimiento es desplazar la curvas de oferta hacia abajo (en sentido inverso) teniendo en cuenta que una subvención a la compra de un bien no es otra cosa que un impuesto directo negativo al bien.
Podríamos tomar como ejemplo el caso del automóvil (caso típico de bien elástico o muy sensible a los precios). Aquí es fácil ver como intercambiando las situaciones iniciales y finales en la gráfica anterior, se observa que una subvención a la compra de coches, reduciría el precio en un importe inferior a la subvención (las vendedoras subirían el precio antes de aplicar la rebaja); a la vez que se incrementaría la cantidad de coches vendidos.
Por supuesto, para otro post quedarán por analizar los posibles efectos sobre la curva de demanda, en el sentido de que todo impuesto genera una disminución de la renta disponible y, en consecuencia, un desplazamiento hacía debajo de las curvas de demanda, lo cual explica los efectos a largo plazo, en estos y en todos los demás mercados.