Nota previa: Nos cuentan que actualmente no existe forma de detectar burbujas. Sin embargo este argumento era un poco absurdo, tanto en 2009, como hoy. Pero lo peor no es eso; lo peor es que los Bancos Centrales, (en aquellos momentos era Greenspan), no han cesado de echar la culpa de todo a los demás sólo para tapar su incompetencia.
Este post es una reedición de otro publicado con el mismo nombre el 25 de agosto de 2009. Se han corregido algunos fallos de redacción.
Los datos, el análisis y las conclusiones se han de entender referidas a 2009. Hoy sigue plenamente vigente.
Las burbujas no pueden detectarse
El 18 de agosto de 2009, nos desayunamos con unas increíbles declaraciones del señor Alan Greenspan, antiguo presidente de la FED, y en el ojo del huracán debido a los más que claros indicios que la política monetaria que él impuso, contribuyó inequívocamente a la creación de la burbuja inmobiliaria.
Hoy no es mi intención desacreditar las palabras de este señor; tampoco me voy a molestar hoy en buscar argumentos para desmentir tal sentencia (aunque los tendría que recoger con una pala).
Sólo quiero llamar la atención sobre lo irónico de la situación; Cuando comenzó a estallar la situación surgieron numerosas voces que clamaban al cielo porque la gente se endeudó por encima de sus posibilidades y, aún por encima para comprar bienes que no valían los precios que se pagaron. Muchas personas, organismos y entidades se dedicaron a crear una corriente de opinión dirigida a dejar la sensación de que los ciudadanos somos unos irresponsables responsables de la debacle. Y de esta forma los “ninja” (personas más desfavorecidas de la economía USA) han adquirido el título oficial de causantes de esta crisis, así como aquellas personas que han perdido (o van a perder) su casa, sus bienes y probablemente una vida por la que han luchado; a estas personas se les llama Morosos.
Nadie parece recordar el hecho de que las causas de la crisis se esconden tras la prosperidad falsa de los últimos años. Los supuestos “expertos” simplemente no son capaces de mirar más atrás. Echamos la culpa de la crisis a la crisis subprime, a la caída de lehman… Por supuesto nuestro objetivo es volver a la etapa anterior a las subprime o a lehman, sin caer en el detalle que esa situación desembocó en lo que todos conocemos.
El nivel de surrealismo alcanza niveles insospechados cuando analizamos esta frase. Resulta que la gente se endeudó por encima de sus posibilidades, y deberían haber sido lo suficientemente responsable para verlo. También se repite generalmente que esta situación se debe a la escasa cultura financiera de estas personas, que hoy están atrapadas. Pues vamos a ver si me lo explica alguien bien.
Una familia intenta comprar una vivienda (un bien necesario para vivir, y un bien que, con más o menos lujos, no ha faltado para una gran parte de la sociedad desde la época en que abandonamos las cavernas). Esta familia nacida a finales de los años 70 o principios de los 80 tiene que endeudarse para lograr su hogar, y en 2002 con un sueldo determinado y unas condiciones de trabajo determinadas (que los bancos han dado por buenas) se endeuda. Pues nos encontramos con 2005 y los bancos centrales de todo el mundo deciden multiplicar por 3 los tipos de interés. De forma que su cuota se duplica. Por otra parte, y dado que la especulación inmobiliaria ha llegado al límite, estos fondos distribuidos sin control y freno por los bancos centrales, se lanzan sobre el resto de bienes básicos (desde compra de commoditties hasta las compras de eléctricas). Por otra parte, se encuentran todo esto con una situación contención salarial necesaria para una supuesta creación de riqueza. La conclusión es que comienza un proceso mediante el que en tres años, a cada familia, se le multiplican por dos todos y cada uno de los gastos necesarios. La hipoteca, la comida, la energía, la gasolina…. Todo multiplicado por dos.
Aguantan una temporada, lo cual implica que los bancos centrales suben los tipos de interés sin que nadie sepa los límites de la subida; comienza un proceso de locos en los que suben los tipos de interés, suben los precios de la electricidad, suben los precios de la comida, de las gasolinas, sin que se pueda observar más limite que aquel que las personas no podamos asumir. Entonces todo se viene abajo. Resulta que nos encontramos sin clientes y comienzan las teorías de la irresponsabilidad, olvidando el hecho de que si el plan era subir los tipos y especular en todos los bienes básicos hasta que las familias no pudiesen pagarlo, es muy difícil saber el tipo al que se podría llegar o el precio del petróleo que se podría alcanzar; pero es muy fácil saber cuál sería la situación: “la aniquilación de la demanda”. Usando un símil, imaginemos que damos golpes a un cristal con un martillo, primero un golpe suave, que el cristal aguanta, luego un poco más fuerte, hasta que al final destrozamos el cristal, y para rematar la jugada, concluimos con toda la lógica del mundo que realmente la culpa es del cristal.
Ahora resulta que después de que los famosos “ninja” (y los no tan “ninja”) de todo el mundo han llevado las culpas de todo este desaguisado y por supuesto han pagado los despropósitos y las facturas de otros que no han sido capaces de prever esta situación (principalmente el sector financiero) nos encontramos con que el operario de la fábrica de embutidos tenía que tener la cultura suficiente para saber que esto pasaría, pero que un señor que ha dirigido 18 años la reserva federal (por no hablar del resto de personajes de esta rocambolesca historia) nos confiesa que ni él, ni sus asesores tenían forma de saber lo que se estaba gestando.
La triste realidad es que el dichoso operario de la fábrica de embutidos (mientras mantenga el puesto) el único error que ha cometido es creer que estas personas sabían lo que hacían; ese craso error lo va a pagar tirando a la basura todo lo que ha generado estos años, porque se puede encontrar mañana sin trabajo, sin casa, sin esperanzas, sin dinero para pagar la educación de sus hijos y con las facturas del rescate a estos impresentables (no se me ocurre otro nombre).
¿Lo positivo? Que la realidad es la gente trabajadora, la sociedad, y las personas, que saldremos adelante con muchos problemas y no pocas cicatrices; y saldremos adelante recordando que estos personajes no son más que instrumentos de la sociedad, instrumentos completamente inútiles o maliciosos a los que el tiempo y la historia pondrá en su lugar.