A veces tengo la sensación de que este blog se está convirtiendo en una mala versión de un culebrón. En mi descargo tengo que decir que gran parte de la responsabilidad viene de fuera. El contexto de los “pseudo economistas” (que es el único que existe) nos ofrece un panorama lastrado por cuatrocientas tonterías diarias de poco recorrido creando historias inverosímiles para no cambiar nunca a lo largo de los años. Dentro de este contexto, intentar seguir la información económica en cualquier lado se convierte en un culebrón malo del siglo pasado.
En los medios económicos las únicas sorpresas parece que van a ser adivinar quien se acuesta con quien y sobre todo en adivinar quienes son hermanos sin que lo supiésemos. Eso sí, podemos hibernar durante años que nada cambiará, aunque los guiones sean algo distintos.
La nueva moda se centra ahora en la discusión acerca del helicóptero del dinero. Básicamente se trata de inundar todo el sistema de dinero, monetizando lo que haya que monetizar. ¿Es una idea nueva? Recordemos que Bernanke era conocido en determinados ámbitos como “helicóptero Ben”.
En 2010 había publicado un post en el que explicaba que lo que estaban haciendo no era lo del helicóptero (ahora, como en cualquier culebrón que se precie, están haciendo un par de miles de capítulos después).
Parece que a los analistas de la banca les ha costado seis añitos llegar a la conclusión de que dar el dinero a la banca no significaba que llegase a la gente (quizás ha ocurrido esto porque no estaban demasiado interesados en enterarse) y ahora sostienen que la solución es darle el dinero a la gente. Pues este es el cambio: antes se justificaba todo con “para que el dinero llegue a la gente” y ahora es “para darle dinero a la gente”. Bueno, en realidad, Bernanke sigue en la misma tesis y sigue explicando que el helicóptero significa que los bancos centrales compren la deuda que emite el Estado. Lo curioso es que comete un error tonto. Afirma que si se crea dinero para financiar el déficit no se incrementa la deuda; cuando en realidad la deuda se incrementa. En todo caso el problema sería menor porque hay alguien que compra la deuda. No hace falta más que ver lo que ha ocurrido en casi todos los países con los distintos QE. Es decir, tras unos planes supuestamente basados en la austeridad en todos lados, se ha disparado la deuda pública. En un principio, el problema no es grave, ni para los Estados, ni para los bancos, porque los bancos centrales se han convertido en compradores de último recurso; pero al final resulta que esto no soluciona nada y al final la deuda sí que se ha incrementado.
Puede ser que ahora se hayan dado cuenta de que las medidas previas no suponían que llegase el dinero a la gente; sin embargo, parece más probable que se vayan dando cuenta de que cargarse la economía para salvar un sector financiero que a su vez vive de financiar la economía tiene unos efectos dramáticos sobre el propio sector financiero.
Entonces comienzan a surgir las opiniones de que hay que inyectar dinero directamente en las cuentas corrientes de la gente. Parece indudable que en este caso el dinero sí que llegaría a las familias. También parece obvio que si este dinero es electrónico llegará también al sistema financiero (de hecho, no podrá salir de él). Sin embargo, dicho plan tampoco funcionaría en el medio plazo: ese dinero ni se quedaría en los bancos, ni en las familias.
¿Por qué? Parece no (querer) comprenderse que no estamos ante un problema de endeudamiento, ni ante un problema financiero, ni similares. Estamos ante un problema de rentas y de que se han tomado toda una serie de medidas para que una serie de agentes tengan beneficios. Esto supone que el resto de agentes tendrá pérdidas. Es así de simple; el endeudamiento no es más que el primer síntoma de lo que está ocurriendo y la crisis financiera es el resultado de que el endeudamiento ha llegado al límite.
Por tanto, en la situación actual de los consumidores y de los trabajadores y, en general, en la situación fiscal de la mayoría de los ciudadanos, lo que ocurriría si nos meten 1.000 € en la cuenta es que automáticamente subirían los precios (tendríamos informes que dirían que disponemos de más dinero y, por tanto, todos los bienes básicos subirían de precio), bajarían los salarios (las empresas usarían su poder para pagar menos) y, desde luego, habría subidas en los impuestos indirectos (que no se notan) que provocarían que dicho efecto no generase al final apenas efecto. De este modo, el dinero iría a las familias, pero si no cambian las circunstancias se evaporaría inmediatamente.
¿Se quedaría en los bancos? Pues está claro que si estamos ante algún tipo de dinero electrónico nos encontraríamos ante una situación con dos monedas. Todo el mundo pretendería por razones obvias gastar primero el dinero electrónico generado (aquel que tiene más restricciones). Lo más normal es que el dinero en efectivo incrementase su valor, lo que nos lleva a pensar que si alguien recibe 1.000 euros en su cuenta bancaria, en una moneda que no puede salir del sistema bancario, acabará retirando el resto a otros activos, a una caja de seguridad o a otras divisas.
En definitiva, esta medida no serviría porque no actúa sobre los problemas de fondo. Los problemas de fondo son las rentas; o mejoran las condiciones de los trabajadores y consumidores o todas las soluciones conducen a lo mismo.