En uno de los comentarios al post sobre las autoprofecías cumplidas, hecho por Dalamar, ha puesto algo muy interesante y ha conseguido en muy pocas palabras transmitir una idea muy lograda sobre el Trading. Me permito reproducirlo, (y espero que no se mosquee):
“El mercado a corto plazo no refleja los fundamentales y las expectativas futuras sino que es una mezcla entre especulación, manipulación y emociones... Básicamente una partida de poker entre novatos y amateurs, todos contra todos”.
Creo que es difícil resumir en tan pocas palabras la situación de los mercados. Mucho se ha escrito sobre la bolsa, sobre si anticipa la economía, o sobre incluso si no tiene nada que ver con la economía. Pero lo que está claro que al final las comparaciones son las que son, y desde luego el simil con el casino ha sido el más recurrente y usado por todo el mundo.
De todas formas, yo la verdad es que al ser de provincias y dado que aún no he pisado un casino, creo que encuentro un juego mucho más apropiado para describir el funcionamiento de las bolsas. Este juego es el “Mentiroso”, que explicaré porque sinceramente desconozco si es un juego local o no. Se trata de jugar con los dados y las jugadas del poker, de tal forma que en cada jugada no hay un ganador, sino un perdedor. La dinámica es simple. Una persona tira los dados, los puede mirar o no, pero sin mostrarlos anuncia una jugada, (por ejemplo: “tengo un trio de 8”). El siguiente jugador tiene dos opciones: creerlo o no. En caso de que se lo crea, pasa a ser su turno y tendrá que realizar la jugada con el siguiente con la condición de que la jugada que anuncie tiene que ser obligatoriamente superior. En caso de que no se lo crea, si la persona decía la verdad, pierde el que no lo creyo, y en caso de que fuese farol, pierde el mentiroso.
Si analizamos una partida de mentiroso, resulta que comienza con jugadas pequeñas, de tal forma que lo normal es que una persona anuncie una pareja de 4. El siguiente, tiene que calcular la probabilidad de que la primera haya mentido, y la de superarla, de tal forma que lo normal es que se lo crea y pase la jugada al siempre anunciando parejas de 5. Lo curioso es que una persona de fuera que no conociese el juego, se iba a sorprender de la suerte de los participantes, ya que invariablemente cada uno de los participantes, suben la jugada del anterior jugador. Además al poder sacar dados del cubilete, que ve todo el mundo y no necesitan ser tirados el juego está diseñado para que las jugadas sean espectaculares.
Por supuesto cuando las jugadas empiezan a ser relevantes, el que anuncia la jugada tiene que buscar argumentos y trucos para demostrar que no miente, a la vez que el que tiene que decidir si acepta el pase, cada vez tiene que valorar que cada vez es más probable la mentira del anterior y que es cada vez menos probable que el siguiente se lo crea. Por supuesto, a cada jugada es más improbable que pueda decir la verdad.
Pues sinceramente esto es lo que ocurre con los mercados financieros, Compramos lo que sea, (al final aunque sean posiciones bajistas), intentando colocar eso al siguiente. Por supuesto esto de los mercados financieros es más elaborado, porque al final resulta que tenemos que montar un gran espectáculo, y desde luego complicarlo todo un poco más. Pero, sinceramente yo creo que puede ser un buen simil.
Por cierto, en el mentiroso, las reglas son las que son, y si quieres participar tienes que jugar a esto. En los mercados financieros, exactamente igual. Otro aspecto que me lo hace recordar es que a pesar de que en medio de la partida todo depende de subir las jugadas, al final se descubre que es un juego que no es indefinido, sino que queda limitado por la jugada máxima. Sé que es difícil entender el hecho de que los mercados financieros tengan un límite, porque estamos acostumbrados a muchos discursos con el “pase”. Sin embargo, al final nos encontraremos con que el estirar la realidad tiene un límite.
Hasta aquí nada que opinar, si no fuese porque el casino, al final se ha trasladado a los mercados de commodities. No me malinterpreten pero al final a mi me parece muy bien que se juegue al casino, a crear escasez y a apostar marcando las cartas, con sellos, acciones, o cualquier activo financiero, (como se recoge en el post del blog de Euribor). Sin embargo ahora resulta que todos jugamos porque las fichas en este momento son el petróleo, el trigo, el cacao, y tantas otras materias primas como se puede imaginar. Y claro, no tendría nada que decir si no fuese porque estas apuestas las pagamos todos en las gasolineras.
Y ese es el gran drama de esta crisis. La mentira cuando hablamos del petróleo significa que realmente la demanda no puede pagar en las gasolineras el precio que se intentó colar en los mercados financieros. Esto es realmente la triste realidad de esta crisis.
A principios de este siglo, se han venido los mercados financieros, porque se había jugado al “mentiroso”, (¡y de qué manera!), con las punto.com. Sin embargo, está claro que cuando se destapó la jugada en dicha burbuja, se paso a la especulación masiva en bienes que de alguna u otra forma fuesen reales en el sentido de cubrir necesidades. De esta forma, con tipos bajos, tocó la inmobiliaria, que de paso permitió el endeudamiento. Y una vez agotado esto, la realidad es que se ha traspasado al resto de bienes necesarios donde las empresas y las personas no podrían escapar. Esto significa que al final no es que nos necesiten convencer de que algo vale o no vale tanto importa. La duda no ha sido determinar cuanto vale el petróleo, la energía, o los alimentos. La triste realidad es que lo que se ha determinado es hasta que Euribor se pudo soportar, hasta que precio de petróleo, gas, azúcar y demás artículos básicos puede soportar la sociedad a través del proceso que he tratado de explicar en el post sobre la renta disponible.
Y cuando ya no se puede más, simplemente, el que tenga la jugada en su poder en ese momento, ¡pierde!. Y de repente todo el juego se cae, y el espectador asombrado descubre que la mitad de los participantes no tenían el poker que afirmaban.