De vez en cuando los expertos ponen a huevo esto de hacer los posts. Y de vez en cuando los periódicos nos sacan una ronda de declaraciones de estos, que normalmente no defraudan. Yo empiezo a creer que la llamada para preguntar todos los primeros miércoles de cada mes para preguntarles por la porra patrocinada por Trichet, y de paso nos deleitan con otra pregunta.
Yo empiezo a creer que se los llevan a un bar y se sirven unas cuantas rondas, antes de invitarnos a oir sus conclusiones. Las de Trichet, en línea con lo esperado; que si van a subir los tipos algún siglo de estos, que si les van a cortar el grifo a los bancos…. ¡vamos!, que no entiendo porque no dejan las de todo el año listas.
Pero hoy Expansión nos sale con la ronda acerca de la confianza, (no la fundación), sino que preguntan por la caída generalizada de la confianza de los consumidores a ambos lados del atlántico; el artículo, (o más concretamente una “llave on line”), se titula “Confianza: los consumidores chocaron con la realidad en febrero“.
Espero que se me entienda bien, desde luego no estoy intentando desprestigiar a los expertos, al sugerir cierta ingesta de bebidas espirituosas; espero que se entienda que se me ocurren tres opciones para explicar este artículo y las respuestas. O bien nos están tomando el pelo a base de bien, o simplemente no se enteran de nada, opción que se explica por motivos estructurales o coyunturales, (lo que me llevaría a cierto alegrón).
También puede ser que estén en un fregado increíble porque una y otra vez, están intentando explicar porque la realidad está mal, ya que por lo visto no se ajusta a lo que ellos piensan, pero en definitiva esto sería una combinación de las opciones, y voy a ser bueno y pensar que se han ido de bares, buscando al tal consumidor este para intentar adivinar su confianza.
¿Cómo explican la caída de la confianza?. Pues las explicaciones son muy variadas y a cada cual más curiosa; en este sentido se explica que la confianza ha caído porque ha llegado el cierre del 2009, y se ha comprobado que el PIB seguía en negativo, (aclaran entre paréntesis que caía un 0.1% en tasa intertrimestral), y que como somos el único país del G-20 que seguimos en negativo, pues los consumidores nos hemos venido abajo. Esta explicación sería perfecta si no estuviesen preguntando también por la caída de la confianza en USA, cuyo PIB se disparó, o por el resto de los países europeos. Pero la duda que me queda a mí, es ¿a que consumidor le han preguntado?. Es que en los bares que piso yo, en la tienda y en el barrio, (donde están los consumidores), la gente habla de lo jodido del empleo, de los puñeteros bancos, de las clavadas de las eléctricas y de unas cuantas lindezas más. En fin, cualquier día de estos me voy al bar este donde delante de unas cervecitas, los lugareños nos pongamos a hablar de que tenemos que venirnos abajo porque el PIB intertrimestral del 4 trimestre de 2009 ascendió a -0,1%, lo cual es evidente que dado que hay cierta conjunción interplanetaria con las presidencias de Obama y ZP, lleva al consumidor de Michigan a pedir Prozacs en cantidades industriales.
Otra de las razones es la referida a Grecia, que tiene ciertos problemitas financieros y con los mercados, (¡le tienen una mania!). Pues según parece los consumidores franceses y alemanes, han entendido que se está poniendo a prueba la capacidad de reacción de la zona euro, lo cual deprime. ¡y yo que creía que los españoles éramos la leche, charlando sobre los crecimientos intertrimestrales del pib por la calle, me encuentro con que los franceses y alemanes, llenan las tertulias con el análisis de la capacidad de reacción del sistema de la eurozona!. ¡para que luego digan que nos falta cultura financiera!. En fin, sólo me queda por explicar el asuntillo de que tenemos unos consumidores tan formados y luego ponemos en los organismos a un equipo de dirigentes que no han dado ni una.
Otra explicación que se nos brinda es que los consumidores, según parece hemos asistido al debate sobre la retirada de los estímulos. Aquí los analistas o se lían un poco o retransmiten el lío de los consumidores; hablan de que el debate sobre si el BCE y la FED van a retirar los estímulos fiscales o no; curiosamente, deberían tener en cuenta que los bancos centrales se dedican a lo de la parte monetaria de la economía, no de los fiscales. Supongo que los expertos, no se habrán confundido en una perogrullada de tal calibre, por lo que tendremos que hacer un esfuerzo por los bares, explicándole a la gente clarito: ¡si les damos liquidez a bajo precio al sector financiero, para que puedan especular y conseguir que puedan generar a cuenta de los consumidores los beneficios suficientes para salir del lío en que se metieron son estímulos monetarios!.
Si por el contrario, resulta que damos contratos públicos a las grandes empresas, acompañados de rebajas fiscales y subvenciones, (a las mismas), que pagaremos los consumidores, estamos hablando de estímulos fiscales.
Y ya de paso, se les puede explicar a los consumidores, que la retirada de los estímulos, servirá para retirar los estímulos que hemos recibido y para rebajar la factura de lo que debemos pagar. O sea que o los definen mejor o realmente no veo el perjuicio.
Por otra parte se habla del desencanto de la gente, que cuando ve alguna señal de optimismo, este se dispara, de tal forma que han calado los brotes verdes, y añade la necesidad de salir de la crisis con una frase antológica: “La gente se cansa de la crisis y quien más y quien menos ha pronunciado la frase a ver cuándo salimos de la crisis como si se pudiera solucionar en dos días". Pues hombre, en esto ya le digo que tiene razón; no creo que en los bares y parques de mi zona, esté la gente contenta con esto de la crisis. Pero vamos, esto de que creemos que esto se puede solucionar en dos días, no sé yo si fuera de las oficinas del FMI se estila demasiado. De hecho creo que por aquí nos conformamos con salir.
En fin. Lo dicho, me apunto a esos bares tan guays y a esos consumidores tan formados que ven estos analistas. Está claro que viviendo entre mecánicos, comerciales, charcuteros, funcionarios, pensionistas, autónomos, administrativos y operarios de grúas entre otros, resulta que los consumidores se ven ligeramente distintos.
Es más yo creo que el titulo del análisis “llave”, no debería ser: “Confianza: los consumidores chocan con la realidad en febrero”, sino que podrían elegirse títulos alternativos del estilo:
- “Demencia: los expertos chocarán con la realidad un año de estos”.
- “Los consumidores sin analizar se cargan todas las teorías de los expertos”
- “Miles de carteles de consumidores ofreciéndose a explicar la situación económica internacional”.
- “¿Consumidores?, ¡estos grandes aguafiestas!”.
Seamos serios, ¿Quién ha creído que la economía se iba a recuperar pronto?, ¿Quién es muy optimista los lunes, y pesimista los martes?, ¿Quién ha recibido los estímulos (fiscales, monetarios o legales)?, ¿Quién está pendiente de Grecia, de la estabilidad de la eurozona y demás?. Pues contestando a estas preguntitas, la realidad es que adivinan de quien es la confianza que se ha desmoronado por estas razones. ¿la de los expertos o la de los consumidores?.
¿Qué pasa con los consumidores?. Pues debemos entender que en primer lugar, hay un error en la metodología del ICO a la hora de medir la confianza. (al final ya había dedicado el post también). El ICO hace llamadas a teléfonos fijos entre las 17.00 y las 22.00, de forma que al final lo que hacen es localizar a 1.000 personas que tienen teléfono fijo y además están en casa en un horario que en su mayor parte o bien son funcionarios, o están trabajando o son jubilados. ¿Los que peor están ahora tienen teléfono fijo?; ¿los jóvenes tienen teléfono fijo?. En fin. No es descartable que exista cierto sesgo sobrevalorando la confianza.
Pero el pesimismo de los consumidores, quizás tenga que ver con el avance del paro, (como es justo reconocer que menciona en el artículo Jose Luis Martínez), explicando de esta forma que cuando se inició el proceso de destrucción de empleo, se desmoronó; pero que cuando todo el mundo volvió a la carga con lo de la reforma laboral o cuando el gobierno lanzó la reforma laboral, que significa un “abaratamiento indirecto del despido”, pues cada consumidor se ¿acojona?.
Supongo que algo tendrá que ver con que funcionarios han subido sus sueldos un 0,3%, y se oyen todos los días mensajes conforme este exceso es indigno. Supongo que tendrá algo que ver el hecho de que los pensionistas hayan subido un 1% de sus pensiones, que al lado de los anteriores puede ser un exceso, pero quizás deberíamos recordar que el 1% de una miseria es el 1% de una miseria. Por supuesto, los empleados de las empresas privadas, están en el punto de mira, y se supone que deben estar satisfechos con una subida del sueldo hasta el 1%, (nótese la palabra hasta), que es a lo que se puede llegar.
Todos ellos además con crecientes riesgos y desde luego con acuerdos firmados a tres años vista en los que los ingresos no van a subir. ¡y luego ya veremos!. ¿Qué confianza esperan?.
Los autónomos y pequeños empresarios, (y los no tan pequeños están ahora luchando en un entorno donde no hay clientes, que en su mayoría son los anteriores), por lo que tampoco están para muchas alegrías, (ni lo han estado, ni lo estarán en un tiempo).
Por supuesto, nos han soltado que esperemos bajadas de pensiones, porque no habrá dinero para pagar nuestras jubilaciones, (si llegamos, claro), por otra parte nos han subido los impuestos, (la eliminación de la deducción de IRPF que será la tercera subida en tres años de este impuesto por mucho que nos digan que no ha subido, han subido hidrocarburos para ciudadanos y tabaco y ahora estamos pendientes de IVA y todo el mundo sabe que no será lo último). Por supuesto, todos los desmanes de las empresas y los bancos, no ayudan, como tampoco ayuda que los gobiernos están aplaudiendo en lugar de ponerse firmes en serio, y hace tiempo que ya entregasen la llave de la caja y del boe.
En resumen, lo que está claro es que la confianza de los consumidores a lo largo de todo el mundo se desmorona, mientras la confianza de los inversores se dispara, empeñados en montar una serie de burbujas, que son simplemente su única salida pero que siempre acabarán estallando.
Y desde luego lo que va quedando claro es que los consumidores entienden que las medidas tomadas, han sido un patadón hacía adelante, pero desde luego totalmente absurdas.
Lo dicho. Nos encontramos con una situación en que los consumidores pueden dar clases a los expertos, que son los que se supone que están en el bar, tirando del consumo y arreglando el déficit del estado vía impuesto sobre las bebidas alcohólicas; y ya digo que eso es la mejor opción que se me ocurre.
Al final suponer que las declaraciones de estos expertos son en “estado normal”, pudiesen suponer otra poderosa razón para la caída de la confianza: ¿En qué manos estamos?.
