Ayer hablaba del incumplimiento masivo de las normas establecidas en la constitución española, en un buen número de casos. Se han tomado a lo largo de los últimos años, (por supuesto y por repetirlo una vez más, tanto por el gobierno del partido popular como por los gobiernos del partido socialista), muchísimas decisiones que de acuerdo al espíritu de la constitución española, no se pudieron haber tomado ni tan siquiera en consideración.
El punto ha llegado a que ya nadie ni se plantea si tal medida es constitucional o no, y se llega al absurdo de que la interposición de recursos de constitucionalidad acaba siendo un tema de negociación. El primer comentario que tuve de respuesta al post, no se refería específicamente al post, (aunque en términos generales, podemos concluir sin miedo a equivocarnos, que no le agradó), sino que establecía dos puntos en particular.
El primero es algo que últimamente me pasa con cierta regularidad, que es el de la famosa “parcialidad”; me sorprende un poco el caso de que no se mencione en qué sentido soy parcial, sino que se deja caer la parcialidad. En fin, me gustaría aclarar el punto de que el hecho de que el PSOE tome una determinada decisión en el sentido contrario al que considero que debería tomar, o como era el caso, incluso al sentido contrario al que la ley le obliga a tomar, no quiere decir que el PP tenga razón. Aunque sean dos partidos que supuestamente están enfrentados desde el punto de vista ideológico, el hecho de que uno de ellos se equivoque, no significa automáticamente que el otro tenga razón, sino que es posible que los dos estén equivocados. En todo caso, sólo le asigno a esta casuística la categoría de una posibilidad y hablo de la posible discrepancia, porque simplemente cada vez me cuesta más distinguir las propuestas de unos y otros. Por tanto, las medidas, las proponga quien las proponga, o están bien, o están mal, y si ambos proponen lo mismo, la realidad es que lo mismo se puede decir de los dos. Con la salvedad de que quien gobierna es quien decide y es quien tiene responsabilidad. Y por supuesto, con el matiz de que el hecho de que ambos se comporten de la misma o similar forma, en un completo dislate, lo que nos lleva no es a disculpar a nadie, sino a la desesperación más absoluta.
Pero la segunda crítica es la que me parece más relevante a estos efectos, ya que se me decía que había abandonado los temas financieros en el blog. Y en este sentido, yo creo que habría que aclarar que no es del todo cierto que haya abandonado temas financieros, sino que estos siempre han tenido un lugar residual en este blog, (recordemos que soy economista). En numerosas ocasiones he defendido (incluso esta semana), que el sistema financiero es una parte, (importante, pero una parte), de algo más grande que es un sistema económico. Economía y Finanzas no es lo mismo, aunque en numerosas ocasiones esto se entremezcle. Por supuesto, la relación es innegable; pero el hecho de que la medicina general y la neurocirugía tengan relación está claro que no son equivalentes.
Pero más allá de esta diferencia, lo que subyace en cierto sentido es que cuando hablamos de que nos estamos cargando la constitución no estamos hablando de economía. Esto es olvidar que tal y como el sistema financiero está dentro de un sistema económico, y desde luego mirar únicamente el sector financiero nos lleva a perdernos demasiadas cosas, ocurre lo mismo que en un sector económico porque la economía a su vez está en un sistema social.
Por tanto, desde luego las decisiones que toman (o incluso las que dejan de tomar) los políticos tienen un claro impacto sobre la situación económica. Pero es que además en estos días en el que estamos bajo la dictadura de los mercados, se observa mucho mejor que la relación es en los dos sentidos. El pensamiento económico marca las decisiones políticas, lo cual a su vez tiene efectos sobre la economía y sobre la sociedad.
En un ejemplo muy claro, nos encontramos hoy con una noticia al respecto de lo que he expuesto ayer; El comité de derechos sociales de la unión europea publica un informe en el que manifiesta que el salario mínimo interprofesional en España es muy bajo y muy injusto. Constan por otra parte unos cuantos incumplimientos más de la normativa laboral española de lo que son los derechos de los trabajadores en la carta social europea. En definitiva todo el conjunto, y de hecho incluso que ni tan siquiera las normativas vigentes se cumplan acaba llevando a una situación en la que la renta disponible se desploma, (y lo enlazo con una de las causas de la crisis), lo cual lleva a la caída de natalidad, y en definitiva acaba afectando al sector financiero creando burbujas. Todo está enlazado y desde luego negarse a mirar todo aquello que no venga del ECOFIN, es cegarse a la realidad.
Pero es que además si (por ejemplo) la constitución marca la obligación de impedir la especulación en la vivienda y los poderes públicos, por diversas razones se saltan a la torera dicha legislación y pasan a promoverla en lugar de impedirla es obvio que existe un efecto directo, sobre la economía, ya que genera ingentes beneficios por un lado e ingentes costes por otro lado, (entre los que necesitan un techo ya que tanto el valor de compra como el de alquiler se ven afectados); Siempre que se habla de ayudas a un sector, nos referimos al concepto de subvención directa, pero olvidamos con frecuencia que a golpe de BOE se puede ayudar y hundir. Pero lo que debemos entender es que existen efectos indirectos, que no son cuantificables, no son tan evidentes, pero que tienen una importancia superior.
Debemos tener en cuenta que en el momento en que hemos llegado a los incumplimientos tan flagrantes de las normas de la constitución, supone que hemos avanzado a lo largo de todos estos años por un proceso absolutamente demencial de destrozar de forma masiva normativas inferiores que han sido sacrificadas hasta un punto que ni tan siquiera podemos comprender. Lo realmente grave es que las normas son el suelo donde pisamos y cada vez que estas normas se prostituyen nos encontramos con un pequeño seísmo que debilita la estructura.
Hace unos meses traté de poner una recopilación de post en la que trataba de explicar como los bancos centrales en lugar de evitar la manipulación en los mercados, se cargaban las normas para crear burbujas. Hace unos días, ya he puesto que la gran duda en la inversión está que me lancé a hacer, (apostando a que la reserva federal no podía ya manipular el mercado), era si Trichet podía manipularlo o no. Tengamos en cuenta que realmente lo que estamos valorando no es mercados, sino hasta el punto en que los reguladores, (aquellos que han de evitar las manipulaciones de precios), puedan manipular. Y esto es muy grave,
Ayer hablaba del estado de alarma, (que ha sido una decisión tomada por y para razones económicas), y es cierto que me parece especialmente grave. Porque una decisión de este calibre en la que el parlamento consiente un ataque tan directo y tan claro contra una ley núcleo como es la constitución, me parece un ataque directo contra las reglas en las que jugamos. Y esto queramos o no tiene una conclusión económica, además de social.
Esta acción ha supuesto un terremoto de tal magnitud que ha destrozado el suelo en el que pisamos y que desde luego tendrá consecuencias, sobre todos los trabajadores, (aunque solo sea por la alteración del status quo de los sindicatos). Pero sobre todo lo que me ha puesto la piel de gallina es que nadie reaccionase a frases del estilo “quien echa un pulso al estado, lo va a perder”, pronunciada por Rubalcaba. En todo este esquema tengo que reconocer que he tenido y tengo miedo, y desde luego me ha hecho incluso replantearme seguir escribiendo en el blog; ¿Por qué?, Pues sencillo, porque es posible que la gente confunda criticar el gobierno, con echar un pulso al estado y es posible que el gobierno llegue a la conclusión de que ¡mejor que no se hable!.
Sé que es un riesgo improbable, que es algo que muy remotamente puede pasar; pero la diferencia de imposible (antes del 3 de diciembre) a improbable es muy grande. ¿Y esto tiene efectos en la economía?. Pues dado que probablemente no sea el único que siente temor, va a tener efectos. No inmediatos y no cuantificables, pero tendrá efectos sociales y económicos, sin duda alguna.