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Tras la presentación de los resultados de las pruebas de resistencia a los bancos, el otro día he colocado un primer post de una serie en la que en principio trato de explicar que se han cometido exactamente los mismos errores que en las anteriores versiones de los test de estrés.

En el post anterior, hablé del entorno macroeconómico, que parece ser lo único que les importaba, y de que los test famosos no han pasado, ni en el ejercicio 2010 ni en este, la prueba de la realidad, ni en el momento en que se han publicado.

 Pero si el hecho de que en julio de 2011 publiquen unos test con datos del 31 de diciembre de 2011 y la conclusión de que las entidades financieras pueden aguantar unas condiciones determinadas a las que hemos llegado, y que se olvide de que en la misma semana se ha tenido que intervenir a lo bruto para salvarlas, más grave es lo de los datos usados, que ya empieza a rozar el cachondeo padre.

El año pasado, a cuenta de los test de 2010, lo primero que dije a cuenta de las famosas pruebas es que si en realidad pretendiesen  incrementar la transparencia y determinar el estado de las entidades financieras, lo primero que tendrían que hacer es investigar de forma exhaustiva los datos y balances presentados. O sea, que lo primero para tratar de defender que los resultados de estas pruebas sirven para algo, es tratar de determinar con la mayor agresividad posible la realidad de los balances.

¿Cómo se puede pretender dar la mínima validez a un análisis que parte de los datos de unos balances que nadie ha comprobado con un mínimo de seriedad?. Sin una investigación sería, exhaustiva y con animo de descubrir, no nos encontraremos con que los pisos adjudicados están contabilizados en sociedades filiales por un precio irreal, de tal forma que estas filiales, tampoco están a un precio real.  Por otra parte, nos encontramos con casos como el de Metrovacesa, (y tantos otros), contabilizados en las entidades financieras a precios que son de auténtico escándalo. Y esto evidentemente tiene unos cuantos efectos sobre la situación, y por tanto sobre el resultado.

Pero si el año pasado, el “olvido” de tratar de determinar la realidad era grave, en este 2011 la situación adquiere tintes que son muy surrealistas. Porque resulta que en el año 2011, en España ya se han realizado dos pruebas de estrés, para las entidades españolas. En marzo de 2011 se han publicado las primeras, (realizadas por el Banco de España), y ahora se vuelven a publicar. Pues lo curioso del caso es que teniendo en cuenta que ambas pruebas parten de los datos de las mismas entidades en el mismo período de tiempo, se suponía que deberíamos esperar resultados muy parecidos.

Pues lo curioso del caso es que los datos de las entidades a 31 de diciembre de 2010, no coinciden, ni tan siquiera se le aproximan, y debemos recordar que ya tampoco coincidían con los datos a 31 de diciembre de 2010 que constan en las cuentas de las entidades financieras. O dicho de otra forma, resulta que a 31 de diciembre de 2010, tenemos los datos de las entidades en tres documentos oficiales distintos y a pesar de que deberían coincidir o ser muy similares, la realidad es que es imposible encontrar ni tan siquiera parecidos.

Con esto no me estoy refiriendo a las diferencias oficiales reconocidas, (las provisiones genéricas y los valores convertibles en acciones que si se tenían en cuenta para el Banco de España y no se tienen en cuenta en la metodología de la EBA), sino que me estoy refiriendo a tonterías tales como que el balance individual de Santander según las cuentas tiene un activo total de 429.294 millones, mientras que el consolidado asciende a 1,217 billones de euros.  Según los resultados del análisis de la EBA el volumen de activos asciende a 594.224 millones de euros, lo cual parece llevarnos a inducir que han usado el balance consolidado en lugar de el balance individual, (a diferencia de los cálculos del Banco de España), pero que introduce una duda acerca de 600.000 millones de nada en activos que según parece no tienen riesgo alguno.

En BBVA la situación es en síntesis la misma, ya que a 31 de diciembre tiene un balance individual de 392 mil millones de euros, que se van a los 550 mil millones si estamos hablando del consolidado, y en las pruebas de resistencia de la EBA, nos aparecen unos activos por importe de 313 mil millones.

En definitiva, se reiteran las incongruencias de los test de estrés que realizó el Banco de España a principios de este año, y nos aparecen unas cuantas más, porque desde luego no es asumible que nos pretendan ofrecer transparencia, sin que se puede seguir la mínima trazabilidad entre las distintas informaciones que sobre los mismos datos nos publican. En este caso estoy haciendo referencia a dos post que puse en marzo acerca de todas estas incongruencias que lejos de aclararse, se incrementan, por un lado el post acerca de los cálculos del Banco de España y por otro lado el tema del sudoku que se había montado en una situación en la que los fondos propios, subían o bajaban sin una lógica aparente respecto a la situación que aparece en las cuentas.

Por supuesto, lo que se debe entender es que con tal cacao en los datos de partida, (que parece que en el caso de la banca son extremadamente flexibles), es extraño que se le pueda dar validez ninguna a cualquier tratamiento acerca de estos. En todo caso, aún nos quedarán los problemas metodológicos, que no pueden hacer más que empeorar la situación.

 

 

Continúa…

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  1. en respuesta a Yo mismo
    -
    #4
    19/07/11 13:24

    Eso es así, se parte de los 1,2 billones del balance consolidado y ponderando se llega a los 600.000 millones. En general no es que se considere que los activos no tienen riesgo (salvo el efectivo, determinada deuda pública...) sino que ese riesgo no será igual al valor total. Por ejemplo, una hipoteca para primera vivienda por menos del 80% del valor de tasación, está claro que nunca valdrá cero, como mínimo la vivienda valdrá algo, así que se hace una ponderación para recoger eso (creo que del 50%, que a lo mejor es optimista en las condiciones actuales).
    Un saludo

  2. en respuesta a Art_madd
    -
    Top 100
    #3
    18/07/11 22:48

    Lo sé.

    Pero es que es materialmente imposible que coincidan.

    Es decir, existen activos que no consumen capital, (ya que alguien ha estimado que son sin riesgo, como por ejemplo la deuda pública...). Ahora bien, como es posible que haya más activos de los que consumen capital, (en el caso de Santander por ejemplo)... Sólo es posible si estamos hablando del consolidado, pero en este caso, estamos asumiendo que 600.000 millones del Santander son sin riesgo... y ya me dirás hoy en día que hay que no tenga riesgo.

  3. Top 100
    #2
    18/07/11 20:52

    He seguido tus dos artículos los cuales merecen un buen elogio.
    Muchos gobiernos han descalificado el famoso "test" La banca española debiera enfrentarse a un mercado que se achica y en el que los márgenes pierden terreno quizás el verdadero test de credibilidad sea con transparencia en todos los bancos como dices. El Gobierno Español como sabrás está muy celebra con ovaciones al pasar los bancos la prueba del test de estrés y por decir algo más no olvido unas ideas como la propuesta del candidato socialista, "Rubalcaba" de gravar los beneficios de la banca se dice que no es el sendero que debe de tomar.
    Saludos

  4. #1
    18/07/11 12:26

    La cifra de activos que utiliza la EBA viene claramente marcada como "Risk weighted assets", es decir "activos ponderados por riesgo", con lo que es lógico que no coincidan con las cifras de los balances, que son sin ponderar.
    Un saludo


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