A la CAM se le complica por momentos su tan ansiada puesta en el mercado de las cuotas participativas. Primero fue el mal momento elegido ante la delicada situación por la que atraviesan los mercados. Después la destitución de dos de los máximos responsables de Lehman Brothers –ante el desplome de las cuentas del banco estadounidense. Y, por si faltaba algo, las palabras del presidente de la CNMV, Julio Segura, diciendo que lo hubiera preferido que la CAM tuviera asegurada su ‘salida a bolsa’. Unas palabras que han pillado con el pie cambiado a los responsables de la CAM –como también al conjunto del mercado–, dado que es la persona que debe dar luz verde a la operación.
Mientras tanto, la CAM acaba de colocar en apenas unas horas una emisión de cédulas hipotecarias por valor de 1.000 millones de euros, cuyos compradores han sido inversores institucionales españoles y extranjeros. Eso sí, el precio que ha tenido que pagar ha sido mid swap –la referencia para el coste de emisiones a tipo fijo –más 80 puntos básicos. Se trata del diferencial más caro que bancos y cajas españolas han pagado en sus últimas emisiones de este tipo de activos. Por ejemplo, Banco Pastor pagó por la misma emisión un diferencial de 73 puntos básicos, mientras que Bancaja tuvo que poner sobre la mesa 65 puntos.
Se puede deducir que las intenciones de la CAM de captar dinero a toda costa –bien a través de las cuotas o bien vía emisión de deuda– deja bien a las claras su falta de liquidez. Mucho más teniendo en cuenta que la CAM es, de lejos, la caja española que más se financia en el interbancario. Sólo en los tres primeros meses del año ha pedido prestados cerca de 9.000 millones de euros, billón y medio de las antiguas pesetas.
Fuente: Luis A. Torralba Elboletin