El análisis técnico dice que hay que utilizar las medias móviles comprando siempre que la cotización o una media móvil de periodo inferior corta de abajo hacia arriba a una media móvil calculada para un periodo más amplio. De la misma forma, hay que vender cuando el corte se produce de arriba hacia abajo.
A modo de ejemplo, en el gráfico siguiente se ha representado la cotización del Ibex 35 entre abril del 2002 y febrero del 2004. La línea azul representa a la media móvil de 10 sesiones y la línea roja a la media móvil de 50 sesiones. Utilizando el cruce de estas dos medias móviles, las flechas verdes indican los momentos adecuados para comprar (la media móvil de 10 sesiones corta hacia arriba a la de 50 sesiones) y las flechas rojas los adecuados para vender (la media móvil de 10 sesiones corta hacia abajo a la de 50 sesiones)
Sobre esta forma de operar hay escritas muchas páginas en libros, y webs de análisis técnico. Hay quien prefiere utilizar medias exponenciales en vez de aritméticas, quien prefiere utilizar tres medias en vez de dos y quien afirma que las mejores combinaciones de medias móviles son aquellas cuyos periodos de cálculo corresponden a los números que integran la serie de Fibonacci.
El sistema, además de sencillo, es bastante lógico. Se trata de capturar movimientos en las tendencias de los precios, aunque con un cierto retraso. A cambio de ese retraso, se logran filtrar muchos movimientos rápidos y confusos.
Pero ¿sirve de algo operar utilizando las medias móviles? Para comprobarlo, he elaborado el siguiente estudio.
He tomado siete valores, entre los que hay dos índices (el Ibex y el Dow Jones) un valor de gran volumen de contratación (Telefónica), un valor pequeño y especulativo (Telepizza), un valor pequeño no especulativo (Zardoya), un tipo de interés (el Bund alemán) y un tipo de cambio (el del euro con el dólar). He calculado los resultados para un inversor que hubiese operado diariamente con un sistema de cruce de medias móviles en cada uno de estos valores, entre el 1 de septiembre de 1997 y el 3 de octubre de 2005, es decir, más de ocho años. Las medias utilizadas son aritméticas, calculadas con precios de cierre, y, para darle cierto realismo, la forma de operar considerada ha sido la siguiente:
Si, al cierre de una sesión, la media corta supera a la larga, el operador compra, pero al precio de apertura de la sesión siguiente. La posición se mantiene abierta hasta que la media corta vuelve a ser inferior a la larga, momento en el que el operador da la orden de venta, que se ejecuta en la subasta de apertura de la sesión siguiente.
Se ha supuesto que, con cada operación, el intermediario le cobra al operador una comisión de compraventa del 0,15% y el mercado otra del 0,05%, con lo que se ha descontado, de cada compra y de cada venta, un 0,20% por gastos.
Todas las posiciones abiertas son de compra. No se ha considerado la posibilidad de operar con posiciones cortas, para hacernos una idea clara de hasta que punto es mejor comprar y mantener que operar con medias móviles.
Parecen supuestos bastante realistas para un inversor no profesional que, cada día, cuando regresa a su casa, mira las cotizaciones y, en caso de que toque comprar o vender, da la orden a su broker, ejecutándose ésta al precio de apertura de la sesión siguiente.
¿Qué periodos elegir para las dos medias móviles? Pues, para obtener una conclusión de cierto peso, calculé los resultados obtenidos a lo largo de ese periodo para multitud de cruces de medias móviles diferentes, ya que elegir una concreta no hubiera mostrado unos resultados claros sobre su utilidad (los defensores o detractores podrían argumentar que, para otras medias móviles diferentes, el resultado podría ser muy distinto). Con estos resultados, para cada uno de los siete activos elegidos, he preparado una matriz en la que la fila indica el periodo de cálculo, en días, para la media móvil corta y la columna el periodo para la larga. Veremos estos resultados para cada uno de los valores. Para un interpretación rápida, las combinaciones que superan a la opción “comprar y mantener” están en verde, y las que no la superan, en rojo.
Empezaremos con el Ibex 35:
Vemos como en una mayoría de las combinaciones, el resultado es peor que haber mantenido la inversión. Existen algunos pares de valores para los que el resultado es mejor, pero rodeados siempre de resultados inferiores a haber mantenido la inversión. Hay cuatro agrupaciones de combinaciones que podrían haber superado al índice, son las siguientes:
1) Media móvil larga de entre 110 y 140 sesiones y media móvil corta de entre 70 y 95 sesiones.
2) Media móvil larga de entre 170 y 200 sesiones y media móvil corta de entre 10 y 25 sesiones.
3) Media móvil larga de entre 170 y 200 sesiones y media móvil corta de entre 50 y 45 sesiones.
4) Media móvil larga de entre 170 y 200 sesiones y media móvil corta de entre 150 y 200 sesiones.
De las cuatro, sólo encaja con lo que predica el análisis técnico (que considera normal que la media móvil corta sea de un tercio o un cuarto de la larga) la tercera, ya que, en el resto, o la media corta es de un periodo casi similar al de la larga o bien es demasiado corta para encajar con el sentido de este sistema.
Veamos ahora los resultados para el Dow Jones:
Aquí no hay ninguna duda: en el índice más seguido del mundo, mantener la inversión es superior a operar siguiendo un sistema de cruce de medias móviles.
Veamos a continuación las acciones nacionales. Empezaremos con Telefónica.
En esta ocasión vemos como, a corto plazo, las oportunidades son pequeñas, ya que, en la mayoría de los casos, el resultado hubiera sido notablemente inferior a haber mantenido la inversión. Los mejores resultados se dan utilizando medias largas de entre 135 y 180 sesiones y medias cortas de entre 105 y 130. Desde el punto de vista del análisis técnico, esas combinaciones de medias no tienen mucho sentido, ya que el periodo de cálculo de la corta se acerca demasiado al de la larga.
Veamos los resultados con Telepizza.
En este caso, los resultados hubieran sido notablemente mejores para el operador que hubiese utilizado un sistema que para el que hubiera mantenido la inversión. Se debe notar que el resultado obtenido manteniendo la acción es de 74 euros por cada 100 iniciales, por lo que la pérdida para el que hubiera mantenido la inversión hubiese sido de un 26% de su capital inicial.
Veamos ahora Zardoya-Otis
En este caso, los únicos resultados que se acercan a haber mantenido la inversión son cruces en los que la media corta es casi similar a la larga, es decir, combinaciones en las que el número de operaciones hubiera sido mínimo y no tienen ningún sentido desde el punto de vista del empleo de estas medias que marca el análisis técnico.
Ahora veremos los resultados para el bono alemán.
Aquí, las posibilidades de batir al inversor que mantiene la inversión son realmente pequeñas, a pesar de ser un tipo de interés, en el que, a largo plazo, el valor va a tender a oscilar en torno a un punto y las subidas sostenidas tenderán a ser mínimas.
Veamos a continuación el tipo de cambio euro-dólar:
Aquí, hay un grupo de combinaciones que superan el resultado de haber mantenido en cartera todo el tiempo y que sí tienen sentido desde el punto de vista del análisis técnico, y son las combinaciones de entre 60 y 85 sesiones para la media móvil larga y entre 10 y 30 para la corta. Podemos ver, sin embargo, que el resultado obtenido, aunque superior, no lo es mucho.
En definitiva, las conclusiones del estudio podrían ser éstas:
1) En general, es una casualidad obtener con este sistema resultados mejores que manteniendo la inversión a largo plazo.
2) Es casi imposible obtener buenos resultados en valores muy seguidos mundialmente, como el Dow Jones o el Bund alemán.
3) También es casi imposible superar los resultados del inversor que mantiene el valor para valores con buen comportamiento a largo plazo, como Zardoya Otis.
4) Parece un sistema adecuado para valores pequeños con tendencia bajista o lateral a largo plazo, como ha sido el caso de Telepizza.
5) En el caso de valores especulativos, como el Ibex o Telefónica, si se emplea un sistema de este tipo para invertir a corto plazo, los resultados serán malos y si se hace a largo plazo los resultados podrían ser similares (un poco superiores o un poco inferiores) a los obtenido manteniendo el valor.
Y estas conclusiones se pueden resumir en una:
El inversor que compra y mantiene lo hará tan bien o mejor que el que utilice las medias móviles como indicador para comprar y vender sus acciones. Además, no tendrá que perder su tiempo en comprobar las cotizaciones, dar órdenes de compra y venta y dejará mucho menos dinero en comisiones su broker.
NOTA SOBRE LA INVERSIÓN CON POSICIONES CORTAS
Los sistemas de medias móviles se recomiendan no sólo para comprar y vender posteriormente lo comprado, sino también para vender un valor que no se posee (abrir posiciones cortas), con la esperanza de comprarlo más adelante a un precio menor al de venta y obtener así un beneficio. De esta forma se hacen el doble de operaciones, con lo que el resultado, si el sistema funciona, puede ser de casi el doble. Aunque el estudio no ha contemplado esta posibilidad, de las matrices de valores se pueden deducir los resultados, ya que, si se utiliza un sistema de medias móviles para operar en futuros, el tiempo en el que no se tienen futuros comprados es porque se tienen vendidos.
Veamos un ejemplo para el Ibex:
En la matriz vemos que, para una combinación de media móvil larga de 55 sesiones y una corta de 20, el resultado neto es de 145 euros por cada 100 invertidos. El resultado manteniendo la inversión es de 165,78 euros.
Luego:
El alza total es de 65,78 euros.
De ese alza total se han capturado 45 euros, más las comisiones ya descontadas.
El movimiento restante es de: 65,78 - 45 – comisiones = 20,78 - comisiones
El resultado obtenido al operar con las posiciones cortas hubiera sido el movimiento anterior con signo negativo, al que habría que descontar las comisiones, es decir:
-( 20,78 - comisiones )-comisiones = -20,78
En definitiva, en los casos en los que el resultado de operar con medias móviles sólo al alza es inferior al obtenido manteniendo la inversión, si hubiéramos operado también a la baja, la diferencia negativa hubiera sido justo el doble de la obtenida. En los casos en los que el resultado de la operativa con medias móviles sea mejor, operando también a la baja se habría obtenido una diferencia positiva del doble de la presentada en la matriz.
Por lo tanto, las conclusiones sirven perfectamente para un sistema que opere también a la baja. Operar en los dos sentidos amplifica los resultados, ya sean éstos positivos o negativos.