A continuación vamos a ver los diferentes ratios que se utilizarán posteriormente para evaluar la bondad de un sistema de trading. Aunque sea una obviedad decirlo uno diseña un sistema de trading para ganar dinero, así que comenzaremos los ratios con el Beneficio Neto.
El Beneficio Neto
En un principio ésta debería ser la medida universal del rendimiento o mejor dicho, de la efectividad de un sistema. Cuanto más beneficio neto, mejor. Sin embargo no es tan sencillo y aunque lo que se acaba de decir tiene su lógica también es cierto que el futuro no es como el pasado y deberíamos intentar asegurarnos de que si escogemos el sistema que gane más deberíamos asegurarnos de que esto va a repetirse en el futuro. Me explico, supongamos un sistema que compró en el mínimo del año 2001, en septiembre. El resto de operaciones son pérdidas pero el sistema genera una ganancia elevada debido principalmente a esta operación.
¿Cuáles son las probabilidades de que podamos ganar dinero con este sistema?
Desafortunadamente pocas, porque este sistema depende solamente de una operación y por tanto de la probabilidad de que esta operación se repita de la misma forma.
Aparte de esto, aunque el sistema tenga ganancias constantes también puede estar sujeto a un drawdown (enseguida hablaremos de este término) muy elevado. Este sistema generará más beneficio que otro, pero si genera una pérdida de capital muy elevada en determinado momento entonces será muy probable que pensemos que ha dejado de funcionar (aunque no sea así) y dejemos de operarle. Por esta razón el beneficio neto es una condición necesaria pero no suficiente. Cuando miremos al beneficio neto también deberíamos echar un vistazo al drawdown que vamos a tener que soportar para conseguir este beneficio y quizás a otros ratios que nos indicarán el confort de operar ese sistema y que veremos más adelante.
El máximo drawdown
El drawdown es la máxima disminución de capital desde un máximo anterior. En realidad lo que mide es cuánto dinero se está perdiendo en un momento determinado respecto de un momento anterior en que el sistema tuvo su máxima ganancia.
El máximo drawdown de un sistema es mirar los drawdowns individuales y coger el peor, el que más dinero consume. Es la mayor distancia de pico a valle en la curva de capital. La medida del máximo drawdown no nos dice cuantos drawdowns vamos a tener, solamente mide el mayor de todos y nos dice su cuantía.
El drawdown es un concepto sumamente importante para el trader porque puede marcar la diferencia entre seguir operando un sistema o no.
Si queremos podemos juntar el beneficio neto y el máximo drawdown en un solo ratio para que nos diga cuanto drawdown tendremos que soportar para tener un determinado beneficio neto. Esto es lo que se denomina Recovery Factor y que vemos a continuación.
El Recovery Factor o factor de recuperación
El recovery factor es simplemente dividir la ganancia neta entre el máximo drawdown del sistema. Es un ratio muy útil. Supongamos que un sistema genera un beneficio neto de 100.000 con un máximo drawdown de 10.000; entonces el recovery factor es de 10:1, lo cual es un valor excelente. Esta estrategia es mucho mejor que otra que genere un beneficio neto de 120.000 con un drawdown de 30.000 (ratio 4:1).
¿Por qué?
Porque con la primera solo tenemos que aumentar el riesgo para conseguir un beneficio de 300.000 con un drawdown de 30.000, que es el mismo drawdown que el de la segunda estrategia. Es decir, operadas al mismo riesgo la primera estrategia gana 3 veces más. Evidentemente es mejor.
Un buen sistema de trading tiene un recovery factor de 6 o más; es decir, genera 6 veces más beneficio neto que drawdown.
El Recovery Factor va variando con el tiempo porque está basado en el beneficio neto y éste crece de forma exponencial (en un sistema bien diseñado) mientras que el drawdown crece con la raíz cuadrada del tiempo, así que este ratio es una función directa del número de operaciones o del periodo de prueba.
No se deben comparar los Recovery Factor de dos estrategias que están aplicadas sobre dos periodos de tiempo con longitud diferente. Sería comparar “peras con manzanas”.
El Profit Factor o factor de beneficio
El factor de beneficio o Profit Factor es otra medida popular del rendimiento de un sistema. Es algo tan simple como dividir lo que ganan las operaciones con ganancias entre lo que pierden las operaciones con pérdidas.
Si la estrategia es rentable entonces por definición el Profit Factor va a ser mayor que 1. Las estrategias que no son rentables producen factores de beneficio menores que uno. En la Figura 1 vemos un ejemplo con 5 operaciones en las que calculamos el Profit Factor:
Al sumar todas las ganancias obtenemos 1750, y al sumar todas las pérdidas obtenemos -1500. El factor de beneficio es:
- Profit Factor = Beneficio Bruto / Pérdida Bruto
- Profit Factor = 1750 / 1500 = 1.17
Evidentemente la pérdida neta la ponemos en valor absoluto. Así el Profit Factor siempre será positivo y el umbral de rendimiento estará en 1. Un profit factor muy cercano a 1 hace que no sea rentable operar un sistema de trading, especialmente si este resultado se obtiene sin haber incluido las comisiones en la simulación.
Un buen sistema tiene un profit factor de 2 o más. Lo bueno del Profit Factor es que nos dice lo que vamos a ganar por cada euro que perdemos. Un profit factor de 2.50 nos dice que por cada euro que perdamos operando vamos a ganar 2.50, así de sencillo.
El ratio de Sharpe
Este indicador fue desarrollado por el premio Nobel William Sharpe y se ha convertido en un ratio estándar en la industria del trading. El ratio de Sharpe se calcula en base a dos estadísticos muy comunes, la media y la desviación de los resultados. En el numerador se sitúa la ganancia media del sistema y se le resta la ganancia libre de riesgo (la que nos darían por tener el dinero en el banco sin invertirlo). En el denominador se sitúa la desviación de los resultados, que representa el riesgo de la estrategia. Tanto el numerador como el denominador se ajustan al intervalo de tiempo adecuado (si la estrategia opera con barras diarias las ganancias y desviaciones se anualizan).
Cuando las variaciones de ganancias y pérdidas son muy altas, la desviación es muy elevada y eso conlleva un ratio de Sharpe muy pobre. Si las operaciones están muy cerca de la media (poca desviación) el resultado es un ratio de Sharpe bastante elevado. El ratio de Sharpe se calcula así:
Sharpe = (Retorno sistema – Retorno sin riesgo) / Desviación de los retornos
Para anualizar los retornos (en el caso de un sistema diario) se multiplica por la raíz cuadrada del número de días de trading que tiene un año, aproximadamente 252. Este escalado es necesario ya que los retornos del numerador crecen linealmente con el tiempo pero la desviación de los resultados crece proporcionalmente a la raíz cuadrada del tiempo. Después de aplicar el escalado tenemos un ratio que es independiente del periodo de tiempo sobre el que se aplica; es decir que nos permite comparar de igual forma dos estrategias aunque una se haya probado sobre 100 días de datos y la otra sobre 20 años.
El ratio de Sharpe no es perfecto y los que lo critican dicen que no tiene en cuenta si la volatilidad es al alza o a la baja. Es decir, que un sistema cuyas ganancias tengan mucha desviación unas de otras resultará en un ratio de Sharpe pobre aunque la estrategia sea mejor que otra más “constante”. Por otra parte tampoco tiene en cuenta el orden en el que ocurren las operaciones.
El ratio de Sharpe tiene sus inconvenientes, como cualquier otra medida de rendimiento, sin embargo es una buena forma de evaluar el compromiso entre rentabilidad y riesgo de un sistema. Es cierto que algunas estrategias (por ejemplo las seguidoras de tendencia) producen un ratio de Sharpe bajo, por eso se recomienda utilizar de la siguiente manera:
Si una estrategia tiene un ratio de Sharpe mayor que 1 es una buena estrategia. Si tiene un ratio de Sharpe mayor que 2, es excelente.
Si tiene un ratio de Sharpe menor que 1 entonces no sabemos si es buena o mala, hay que mirar otros parámetros como Máximo Drawdown, Recovery Factor, etc.
Existen otros ratios de evaluación del rendimiento de los sistemas que son muy prácticos (p.e. el ratio K que mide la estabilidad de la curva de capital) o el ratio MEGAN, diseñado para identificar los sistemas que generen mayor ganancia cuando se operan activamente.
Parte de la información de este artículo está extraída del libro “Estrategias y Gestión de Capital con Acciones”, de Oscar G. Cagigas.