Preámbulo.
La idea de que la estabilidad internacional del patrón-dólar y su función preponderante como moneda de reserva mundial, como resultado, en parte, de los acuerdos de Bretton Woods en julio de 1944 y el fin de la Segunda Guerra Mundial, ha ido debilitándose, no es nueva, pues especialmente a partir de la crisis financiera de 2008, la producción de literatura especializada al respecto ha venido aumentando. Se debe decir también que, desde sus inicios, existieron críticos desde varias corrientes del pensamiento económico, por ejemplo, el mismo Keynes criticó el hecho de que el dólar fuera la única moneda de reserva mundial y propuso su famosa moneda supranacional “bancor”, ligada a una canasta de mercancías; Mises, Hayek y Rothbard, y en general los economistas de la escuela austriaca, han escrito sobre su oposición al dinero fíat, por añadidura el dólar, emitido por los bancos centrales, y con sus variantes, también al sistema de reserva fraccionaria en la banca comercial.
El fundamento teórico que sustenta efectivamente el debilitamiento de su estabilidad, por lo menos en sus primeros años, aunque no plenamente de su hegemonía posterior, descansa en el llamado dilema de Triffin, una formulación atribuida al economista Robert Triffin, publicada formalmente en su Gold and the Dollar Crisis: The Future of Convertibility (1960).
Esencialmente, plantea que aquel país cuya moneda funcionara como reserva mundial, y dado que en aquel momento el dólar estaba respaldado por oro, estaría ante una disyuntiva; por ejemplo, ante un aumento de la demanda mundial de la moneda, se debería decidir si proporcionar dicha demanda, lo que induciría un déficit crónico en cuenta corriente, tensionaría la convertibilidad y llevaría a su inestabilidad y pérdida de confianza en la moneda; u optar por no suministrarla, lo que ocasionaría deflación, a riesgo de ocasionar crisis en aquellos países escasos de la moneda vía falta de medios de pago; y es precisamente por ello que, durante el gobierno de Richard Nixon, en agosto de 1971, se suspendió la convertibilidad, pues imponía un límite a la cantidad de dólares que el país podía suministrar efectivamente convertibles en oro, y también sería responsable de poner los cimientos de lo que, a partir de los años 80 y gracias al avance computacional, se convertiría en el actual mercado FOREX.
En suma, si bien el sistema original derivado de los acuerdos fracasó, dejó como remanente un dólar hegemónico y de ahora en adelante totalmente dependiente del manejo de la política económica del país, es decir, de sus fundamentales, incluida su capacidad crediticia, además de otras variables internas y externas, sin mencionar la fortaleza que le sumó el nacimiento del petrodólar en 1973 y su aceptación por los miembros de la OPEP en 1975.
Hechos recientes contra la hegemonía del dólar.
Tres momentos importantes se deben señalar sobre China, el país que aspira a desplazar a Estados Unidos como potencia económica mundial, y que recién en 2014, superó a la Unión Europea en PIB por paridad de poder de compra, según datos del Banco Mundial:
- Las reformas económicas relativamente liberalizadoras de Deng Xiaoping, en los años 80, en cuatro ejes estratégicos: agricultura, industria, defensa, y ciencia y tecnología [1].
- Su elevado crecimiento a partir de la década de los 90 y que fue todavía más acelerado a partir de la década de los 2000.
- El nacimiento del petroyuan en marzo de 2018 [2].
En vista de que parece imposible que Estados Unidos decida renunciar voluntariamente a los privilegios que le otorga la emisión monopólica del dólar, y encaminarse paulatinamente, por ejemplo, hacia patrones monetarios alternativos, externamente, el primer atentado contra la hegemonía de esta moneda lo constituye el riesgo de que otra economía pueda desplazar a Estados Unidos como principal potencia, ya que el país en cuestión podría exigir que todo su comercio externo se denominara en su propia moneda; este desplazamiento, según sea la fuente, podría suceder entre 2030 y 2040; en segunda instancia, una moneda lo suficientemente fuerte y globalmente aceptada como para convertirse en moneda de reserva mundial —aunque podrían ser múltiples monedas—, algo que la moneda de China está muy lejos de lograr, incluso sumando otras monedas como el euro o el yen —y es precisamente por eso que la caída del dólar debe ser suave—; y en tercera instancia, que más bien es una consecuencia, sería un abandono generalizado del uso del dólar en el comercio mundial, es decir, una drástica reducción de la demanda que hundiría su valor monetario; más si consideramos que el dinero fíat no tiene otros usos ni valor fuera del monetario.
Si bien en el pasado hubieron casos e intentos de abandono parcial del uso de dólares para comerciar, diría que es a partir de 2019 cuando empieza a acrecentarse esta tendencia, más que nada porque el valor del comercio empieza a ser más significativo y los países en cuestión tienen más poder e influencia en sus regiones, por ejemplo, en febrero de ese año Rusia e Irán acuerdan comerciar en sus propias monedas [3], en 2022 sucede lo mismo entre Rusia e India [4], ese mismo año se agrega Turquía a la compra de energéticos rusos en rublos [5] y Arabia Saudita comienza a abrirse a la posibilidad de vender su petróleo en divisas diferentes al dólar [6], además de que, desde 2015, ha ido decreciendo el uso de dólares en el comercio entre Rusia y China [7]. En abril de este año, Bloomberg publicó que, en febrero y marzo, la moneda más negociada en Rusia había sido el yuan, desplazando por primera vez al dólar [8], un tanto orillados por las sanciones; en marzo, el gobierno brasileño anunció el abandono del dólar en el comercio bilateral con China [9], y Argentina, en abril, anunció el pago de sus importaciones con China en yuanes [10].
Aunque lo anterior solo son esfuerzos germinales, es una realidad que poco a poco el dólar está siendo desplazado, más si se consideran las recientes intenciones de los BRICS [11] y de los países miembros de la ASEAN [12] para crear una moneda común o comerciar solo en sus monedas locales.
Internamente y según sean las circunstancias, es posible que una muy severa crisis en Estados Unidos, sea por falta de capacidad crediticia ante su elevado endeudamiento, inflación exorbitante o tensiones sociopolíticas internas, puedan poner en riesgo el estatus internacional del dólar, tal y como sostiene Ray Dalio en su teoría sobre la caída de los imperios; en suma porque, el hecho de que durante las últimas crisis el dólar haya funcionado muy bien como activo refugio junto con el oro, no implica que siempre será así.
El experimento argentino y su posible contagio.
Como se dijo anteriormente, ante la desaceleración económica de Estados Unidos frente a China, que también forma parte de los BRICS, la poco probable reversión de la tendencia y la ausencia de una moneda o conjunto de monedas de reserva mundial capaces de aminorar la dependencia del dólar, pues recién en 2021 conformaba prácticamente el 59% de las reservas mundiales [13], es necesario que su caída sea suave y con costos controlados, porque una caída abrupta terminaría arrastrando a todo el sistema monetario internacional. Es aquí donde el experimento argentino podría convertirse en un modelo exportable que evitaría una caída abrupta y caótica para todos los eslabones, e incluso podría poner los cimientos de un nuevo sistema monetario.
La teoría que pretenden llevar a la práctica quienes están impulsando esta propuesta, es una suerte de fusión entre las ideas de Hayek plasmadas en Denationalisation of Money (1976), y la banca bifurcada de Henry Calvert Simons que se empezó a esbozar en A Positive Program for Laissez Faire: Some Proposals for a Liberal Economic Policy (1934). Pues bien, pueden diferir algunos detalles, pero se trata básicamente de: 1) legislar una bifurcación del sistema bancario, entre una banca de depósitos de reserva 100% y una banca de inversión, y 2) abolir el banco central para instaurar una “libre competencia de monedas” entre bancos emisores privados, también llamada banca libre. No obstante, faltaría un aspecto que es fundamental, y que tanto para Rothbard como para Jesús Huerta de Soto en su Dinero, crédito bancario y ciclos económicos (2002) es imprescindible, y este es volver inicialmente al clásico patrón-oro, aceptando que para el mismo Hayek sería imposible hacerlo en todo el mundo dada la escasez de oro, y de ahí la necesidad de abrirse a la emisión privada de diversos medios de pago.
De aquí en adelante, puesto que nunca se ha implementado algo exactamente igual, se debe decir que cualquier aseveración o formulación debería tomarse como mera hipótesis, primero porque nadie puede predecir el futuro y la economía siempre conlleva complejidad, y luego porque, incluso teniendo antecedentes históricos, como por ejemplo, con respecto a la banca libre en sitios como Canadá, Chile o Escocia, siempre habría lugar para cierto sesgo contextual.
Pues bien, la primera cuestión aquí no es que Hayek haya teorizado sobre quitarle el monopolio de la emisión de dinero a los bancos centrales para consiguientemente abrirla a los agentes privados, incluida la banca privada, sino que en ningún lugar postuló algo así como: “eliminar el monopolio de emisión de un banco central para dárselo a otro”, algo que, quiérase o no, entraña eso que llaman “dolarización de la economía”; es más, el mismo Jesús Huerta de Soto advierte que:
En efecto, carece de sentido intentar introducir de golpe una nueva unidad monetaria con carácter general en el mercado haciendo tabla rasa de los miles de años de evolución en los que de manera espontánea el oro ha preponderado como dinero. […] Nuestra propuesta, por tanto, se basa en privatizar el dinero actual sustituyéndolo por su equivalente metálico en oro, y dejando que el mercado retome su libre evolución a partir del momento de la transición, bien confirmando al oro como dinero de general aceptación, o bien dando entrada de manera espontánea y paulatina a otros patrones monetarios” [14].
Algo semejante sugiere Hayek:
En el caso de que se aboliera —dentro del territorio de un país— el uso exclusivo de una sola moneda nacional emitida por el gobierno, hallándose permitida la circulación de monedas emitidas por otros gobiernos, se plantearía la cuestión de si no sería más conveniente suprimir el monopolio gubernamental de emisión monetaria, permitiendo que la empresa privada ofreciera al público otros medios de cambio que éste pudiera preferir” [15].
Otro asunto es que, quizá la situación coyuntural en la que actualmente se encuentra el sistema monetario internacional no deje margen para que, una vez que el dólar circule sin restricciones en la economía argentina, existan incentivos para abandonarlo por una canasta diversa de monedas emitidas por los bancos privados que teóricamente competirían en el mercado, incluso si estuvieran respaldadas por oro u otra mercancía o cesta de mercancías, más que nada porque el dólar sigue siendo la moneda de reserva mundial y el patrón monetario dominante, por lo que, aunque emitieran su propia moneda al interior de Argentina, al final tendrían que cambiarla por dólares si quisieran participar en el comercio internacional, a menos que quisieran comerciar con China en yuanes o con Rusia en rublos, lo que podría implicar riesgos cambiarios adicionales. Creo que en ello radica la importancia de convertir la base monetaria a su equivalente en oro y no en otro tipo de sustituto monetario, como sugiere Huerta de Soto, e incluso haciendo esto, podría darse el caso de que el uso del dólar terminara por generalizarse entre los agentes porque, nuevamente, es la moneda de reserva mundial y el patrón monetario dominante; sin mencionar la influencia que ejercerían el Estado y las empresas extranjeras al elegir la moneda que usarían en sus intercambios.
Hayek también teorizó sobre que, toda la cesta de monedas compitiendo en el mercado terminaría convergiendo hacia solo unas cuantas:
No me cabe la menor duda de que la empresa privada, si no se lo hubiera impedido el Estado, hace tiempo que habría ofrecido al público diversas monedas y aquellas que hubieran prevalecido en la competencia habrían sido esencialmente estables en cuanto a su valor, impidiendo tanto el excesivo estímulo a la inversión como los consecuentes períodos de contracción” [15].
Algunos economistas incluso han criticado este hecho, aseverando que podría dar lugar a un monopolio sobre la emisión de dinero similar al actual, desde luego, con la diferencia de que el emisor sería privado y quizá su moneda más estable.
Y en consonancia con lo anterior, también es interesante que:
Lo principal para la gran masa de asalariados sería que pudieran efectuar sus compras cotidianas en la misma moneda con que se les paga y que en todas partes encontraran los precios indicados en la moneda que utilizan” [15].
Respecto a esto, y si no hay leyes que lo impidan, podría suceder que las asociaciones de los principales bancos terminaran por acordar una moneda en común, con la cual pagarían sueldos y todas sus cuentas al interior del país, en lugar de aventurarse a competir entre ellos por colocar su propia moneda en la preferencia de los usuarios, más que nada por la misma razón que menciona Hayek, es decir, si la competencia terminará convergiendo hacia solo unas cuantas monedas, gran parte de estas terminarían fracasando o con una utilización muy restringida, por lo que una moneda común ahorraría los costos de emisión de aquellos miembros cuyas monedas sean desplazadas, conllevaría una reducción en los costos de emisión en general, pues se afrontarían en conjunto y no individualmente, además de que ofrecería ciertas ventajas, como un mayor alcance y respaldo para competir con otras monedas, poder servir de estándar monetario en el sector, y haría que su adopción se generalizara más rápido entre una mayor base de clientes, y nuevamente, esa moneda podría terminar siendo el mismo dólar.
Ahora bien, la economía argentina está dolarizada de facto, porque aunque algunos afirman que circulan en ella más dólares que incluso en Estados Unidos, es un hecho que, desde 1997, Argentina ha sido uno de los países con más dólares en manos del público [16]; así que eliminar el banco central de Argentina sería más bien un trámite para quitar ese cada vez menor, pero todavía estorboso obstáculo que es la moneda nacional; no obstante, está claro que tampoco es que tengan muchas alternativas para combatir la inflación, incluso Venezuela terminó cediendo sobre manera a ello.
Si sucede que, tras dolarizar formalmente toda la economía argentina, se anulan los incentivos que teóricamente harían surgir una competencia entre diversas monedas y el dólar se mantiene, probablemente el resultado no sea muy diferente al de otros países que se han dolarizado en el pasado, aunque puede ser mejor o peor según las reformas adicionales que se implementen, con la diferencia de que, aunque se habría contenido la inflación, se habría empezado a lograr el objetivo de suavizar la caída internacional del dólar vía el sostenimiento de la demanda, además de que Estados Unidos aseguraría, en cierta forma, la sostenibilidad de su deuda, porque la pérdida de confianza en el dólar, fruto de su abandono generalizado, provocaría una deuda contratada ahora menos atractiva para los acreedores y una posible fuga de capitales.
Desde luego, ante cambios tan significativos, muchas cosas podrían salir extremadamente bien o extremadamente mal, por lo que cualquier aseveración debería tomarse como mera suposición y solo el tiempo revelará los resultados de llevarse a cabo este experimento, y sobre todo, si la amenaza de la inflación severa obligaría a un contagio de este modelo en otros países fuertemente dependientes del dólar, aunque creo que la probabilidad de que esto suceda en el continente americano es superior a que suceda en otro lado, porque los países son altamente dependientes de Estados Unidos dadas sus circunstancias geográficas, la estructura de su comercio y de la inversión externa, y porque parece que está sucediendo un proceso de regionalización de las monedas.
El otro escenario es que, pese a la presión y dominio del dólar, la teoría funcione, y de alguna forma surjan incentivos para que nazca un sistema monetario alternativo; quizá se llegue a generalizar el uso de criptomonedas, del oro o la plata, o de las llamadas monedas sociales, complementarias o colaborativas, pero por el momento y dadas las restricciones comerciales y monetarias internacionales, pienso que su alcance sería solamente local.
Referencias.
[1] Quiroga G. China, 30 años de crecimiento económico. Anuario Jurídico y Económico Escurialense. 2009; 42: 463–80. URL: https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/2916327.pdf
[2] Duguid K. China oil futures launch may threaten primacy of U.S. dollar: UBS. Reuters. 26 de marzo de 2018. URL: https://www.reuters.com/article/us-china-oil-futures-dollar-idUSKBN1H227E
[3] RT en Español. Rusia e Irán abandonan el dólar en su actividad económica bilateral. 5 de febrero de 2019. URL: https://actualidad.rt.com/actualidad/304630-rusia-iran-abandonar-dolar-actividad-economica
[4] Sputnik Mundo. Rusia y la India abandonan el dólar y el euro en sus intercambios comerciales. 21 de diciembre de 2022. URL: https://sputniknews.lat/20221221/rusia-y-la-india-abandonan-el-dolar-y-el-euro-en-sus-intercambios-comerciales-1133804270.html
[5] Sputnik Mundo. ¡’Goodbye’ dólar! Estos son los países que cambian la moneda de EEUU por otras divisas. 3 de diciembre de 2022. URL: https://sputniknews.lat/20221203/goodbye-dolar-estos-son-los-paises-que-cambian-la-moneda-de-eeuu-por-otras-divisas-1133129950.html
[6] Sputnik Mundo. Arabia Saudita asegura estar abierta al comercio en divisas diferentes al dólar estadounidense. 19 de enero de 2023. URL: https://sputniknews.lat/20230119/arabia-saudita-se-dice-abierta-al-comercio-en-divisas-diferentes-al-dolar-estadounidense-1134799082.html
[7] Simes D. China and Russia ditch dollar in move towards ‘financial alliance’. Financial Times. 16 de agosto de 2020. URL: https://www.ft.com/content/8421b6a2-1dc6-4747-b2e9-1bbfb7277747
[8] Bloomberg News. Yuan sustituye al dólar como la divisa más negociada en Rusia. 3 de abril de 2023. URL: https://www.bloomberglinea.com/2023/04/03/yuan-sustituye-al-dolar-como-la-divisa-mas-negociada-en-rusia/
[9] Invezz.com. China y Brasil abandonan los dólares estadounidenses, pero el USD siempre será el rey. Investing.com España. 30 de marzo de 2023. URL: https://es.investing.com/news/forex-news/china-y-brasil-abandonan-los-dolares-estadounidenses-pero-el-usd-siempre-sera-el-rey-2379238
[10] Gobierno de la República Argentina. Argentina deja de pagar importaciones en dólares y pasa a yuanes [Internet]. 26 de abril de 2023. URL: https://www.argentina.gob.ar/noticias/argentina-deja-de-pagar-importaciones-en-dolares-y-pasa-yuanes
[11] El Economista. India y Rusia piensan convertir a BRICS en tren de alta velocidad. 9 de abril de 2023. URL: https://www.eleconomista.com.mx/internacionales/India-y-Rusia-piensan-convertir-a-BRICS-en-tren-de-alta-velocidad-20230409-0051.html
[12] HispanTV. ASEAN buscan abandonar dólar y euro y usar monedas locales [Internet]. 31 de marzo de 2023. URL: https://www.hispantv.com/noticias/asia-y-oceania/563091/asean-abandona-dolar
[13] Arslanalp S, Eichengreen B, Simpson-Bell C. El predominio del dólar y el ascenso de las monedas de reserva no tradicionales [Internet]. IMF Blog. 6 de junio de 2022. URL: https://www.imf.org/es/Blogs/Articles/2022/06/01/blog-dollar-dominance-and-the-rise-of-nontraditional-reserve-currencies
[14] Huerta de Soto J. Dinero, crédito bancario y ciclos económicos. Madrid, España: Unión Editorial; 2002.
[15] Hayek FA. La desnacionalización del dinero. Madrid, España: Ediciones Folio; 1996.
[16] Montenegro M. Argentina es uno de los países con más dólares en manos del público: abajo del colchón están más seguros. Página 12. 1999. URL: https://bit.ly/3MiBXee