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Yo soy tú - Un paseo por las necesidades del inconsciente

Antes de saber siquiera por dónde empezar tengo la sensación que esta entrada puede ser bastante extensa. Trataré de simplificar las ideas, no obstante cabe la posibilidad de tener que fragmentar la publicación en más de una parte. Veremos. 

 

​​¿Te suena esta imagen de alguna película? Tienes la referencia al final de la entrada ツ

 

Nota: Los clips e imágenes que se suceden forman parte del contenido y estructura de la entrada. Son elementos que acompañan, clarifican y complementan al texto. Es por tanto recomendable (sino necesario) proceder a su visualización de manera ordenada a medida que se avanza por la lectura.

 

Hace tiempo que tengo ganas de escribir sobre un tema así intangible, abstracto, reflexivo... pero me faltaba la chispa que me incentivara a hacerlo. En esta ocasión la chispa a sido "tratar de dar respuesta" a Javi, uno de mis mejores amigos.

 

En la universidad el primer año conoces a mucha gente, sin embargo una vez te acercas al final o ya has acabado la carrera, de todas esas personas permanecen sólo unas pocas. Nada nuevo, unos años atrás ya sucedió lo mismo en el colegio y en el instituto. Los que vibran en tu sintonía (y tú en la suya) se quedan, con los que no, poco a poco te distancias.

 

Resumiendo, Javi es un tío curioso y muy reflexivo, así que al compartir muchas de nuestras inquietudes no tardamos en conectar.

 

Unos días atrás Javi envió al grupo de colegas el siguiente WhatsApp:

 

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Como bien dice, el artículo es brillante, completísimo y profundo, en consecuencia es largo y su comprensión implica esfuerzo y atención plena. Ahora bien, sin duda merece la pena dedicarle su momento. Os dejo el enlace aquí.

 

A modo resumen, el artículo lleva a cabo un profundo análisis de cómo el concepto del dinero ha pasado de ser un medio a ser un fin en sí mismo. Y de cómo la estupidez humana basada en nuestros miedos naturales y en la expresión del ego en la mayoría de ocasiones siquiera ha reparado en ello. Y aunque esta afirmación anterior sea propia, la considero sólo parcialmente cierta. 

 

Y es precisamente desde este punto, donde trataré de dar respuesta -si la hay- al debate sobre las personas y su relación con el dinero.

 

Yo soy tú

 

Empecemos por el título, pues aunque sea una frase breve el significado que guarda para mí no conoce límites

 

Yo soy tú tiene truco, es intercambiable. Tu eres yo. Nosotros somos vosotros. Vosotros sois nosotros... Pero sobretodo hay un enfoque que no podemos obviar (y desgraciadamente lo estamos haciendo). Yo soy nosotros.

 

- Si tienes intención de seguir leyendo, no puedes saltarte el siguiente video -

Primer testigo de la película documental HUMAN de Yann Arthus-Bertrand. Sobran las palabras, si creéis que verla os puede aportar algo, os dejo el enlace aquí.

 

Tú eres tu cultura. Tú eres la cultura de tus padres. Y ellos la de tus abuelos. En una gran parte de ti, tú eres los hábitos de tu familia.

 

Eres las respuestas habituales de tu grupo de amigos y vuestra particular manera de interpretar el mundo. Sus juicios, definen tu elección, definen tus gustos.

 

Te crees un animal racional, con libertad absoluta para escojer, más tus decisiones están fuertemente condicionadas por tu entorno.

 

Tu decisión y mi opinión, son una minúscula fracción de ti y de mí (si es que existe siquiera esa pequeña parte a la que llamamos identidad).

 

Detrás de ti, de tus creencias y de tus gustos, está el contexto histórico. Están las tendencias económicas. Está la moda. Está la publicidad. Están las redes sociales. Está tu pareja. Está tu padre. Están el cúmulo de emociones que sentiste en la barriga de tu madre. Están los malos días de tu profesor en el colegio. Está la ilusión de tu primer amor y la desilusión que vino después. Está tu mejor amigo. Y están los aprendizajes que has ido creando ante los sucesos anteriores.

 

Condicionado por uno de ellos, Alexander Moliner (un gran amigo y uno de los mejores filósofos que conozco) describe el fenómeno anterior como; Aleatoriedad determinada. La cadena de sucesos y acontecimientos en tu vida y en tu entorno, te determina de manera aparentemente aleatoria.

 

 

Escena de la película Mr. Nobody.

 

Las variables del entorno que te han condicionado, culturizado y socializado desde que tu padre plantó la semilla y desde que la plantó tu abuelo (y el bisabuelo de tu abuelo) son tantas que resulta imposible determinarlas. Hay tanto azar aparente tras de ti que caemos en la falsa ilusión de sentirnos como un elemento diferenciado del todo e identificarnos con un "yo soy". Y este yo soy es una trampa que hace daño.

 

Cuándo el niño o niña que fuimos toma consciencia de sí mismo a través de los demás, empieza a reconocerse. Y pasa de un estado de no-ser a ser.

 

¡Hay qué guapo es este niño! Mira qué fuerte es! Mira qué rápido corre! Mira que ojos tiene!

 

Poco a poco "el ser" que antes simplemente está presente en su esencia, empieza a construirse mentalmente.

 

La muerte, o el miedo existencial a "dejar de ser" emerge, y la mente y el ego aparecen en escena con la intención de aferrarse al mundo de las formas y defender a toda costa un sentido de identidad que perpetúe su reconocimiento y por tanto su existencia.

 

Y aquí es dónde entra el juego del dinero de las sociedades "modernas".

 

Recuerda, muchas de tus necesidades, no son tuyas.

 

Parémonos un segundo a pensar... ¿Para qué sirve el dinero?

 

En un primer momento pudiera parecer que el dinero sirve para muchísimas cosas, más cualquier utilidad que pueda dársele se resume en una muy básica: Satisfacer tus necesidades. Y es aquí dónde nace el problema. 

 

Olvídate. Tu en realidad no quieres un Iphone X. Ni un Mercedes Clase A. Ni un ático en Paseo de Gracia. No lo quieres porque no lo necesitas. Y si realmente lo quieres es porque "crees necesitarlo". Y si crees necesitarlo, es porque detrás de esas superfluas necesidades hay una mucho mayor.

 

Y no es otra que saber que existes. Saber que el suelo que pisas es real. Saber que la gente con la que te cruzas en tu vida te reconoce. No es otra que tratar de dejar huella. Sentir que encajas. Sentirte necesario.

 

Tras una mala enseñanza que promueve el reconocimiento de las personas según su estatus y sus posesiones, hemos caído en la trampa del dinero como un fin

 

En los países más pobres del globo con comida y gente eres feliz. Si además tienes una bici, un Nokia 3310 y el juego de la serpiente eres el puto amo. Si naciste en Silicon Valley o en Pedralbes no querrás pasearte por el barrio con un Samsung, ni bajarte de un Seat al llegar al trabajo. Y por su puesto, "más te vale ser capaz de encontrar un buen trabajo o montar un buen negocio, sino no eres nadie". Ojo a la muletilla final de la frase, no eres nadie. 

 

El dinero, es el medio para añadir a tu vida todos aquellos complementos que parecen hacerla más valiosa, a tus ojos, pero sobretodo a los ojos de los demás - que serán los que te den el reconocimiento que tu ego necesita para reafirmarse -. 

 

Tu autoestima, tu autoimagen y tu autoconcepto dependen erróneamente de las comparaciones que llevas a cabo con los demás y a su vez de las comparaciones que ellos llevan a cabo contigo. Crees que si eres capaz de hacerlo mejor, si eres más inteligente, o posees más que los de tu entorno, el balance será positivo y te sentirás satisfecho contigo mismo. Más esta falsa creencia te mantiene atrapado en el mundo de las formas. Tu sentido de valor e identidad dependen de que los demás tengan menos, sean menos inteligentes o menos capaces.

 

Este proceso puede satisfacer a tu ego durante un tiempo, más su profundo miedo a desaparecer, y el cambio perpetuo del mundo físico tarde o temprano hará tambalear su sentido de identidad y el sufrimiento llegará. 

 

Aunque logres ser el más rico, el más guapo o el más listo de la zona, tarde o temprano te preguntarás:

 

¿Que es la vida? ¿De qué se trata todo esto? Jim Carrey lo resume muy bien en una de sus frases:

 

“Pienso que todo el mundo debería ser rico, famoso y hacer todo aquello que siempre soñaron. Así podrían darse cuenta que esta no es la respuesta”

 

Volviendo al origen

 

La base de todos los problemas tienen su origen en la inconsciencia. Y esta vez no es diferente. El problema en todo este tinglado de nuestra relación con el dinero es el de siempre, la inconsciencia. En especial la inconsciencia colectiva.

 

Sólo hay que echar un vistazo a las redes sociales, en especial Instagram.

 

Las miles de ventanas que abrimos al mundo a través de nuestras historias culminan su éxito si en ellas aparecen dos elementos recurrentes:  Posesiones (dinero) y personas. 

 

En última instancia si te paras a reflexionar, las historias que compartimos, en especial las historias de ostentación no son más que un grito al cielo que reza:

 

- ¡Hey! ¡Estoy aquí! Reconocedme y dadme amor. 

 

En el fondo todos sabemos que el sabor de un Iphone nuevo solamente es dulce cuándo la verdadera y única cosa que te importa lo reconoce, las personas.

 

Encontrarte un Ferrari o un Iphone 15 en una isla desierta en un mundo desprovisto de otras personas te haría mucha menos ilusión que encontrarte una ardilla que se acerca a saludarte. Si la discoteca más lujosa de la ciudad está vacía, es una mierda comparada con un pub mugriento que está a reventar cada fin de semana.

 

Una casa sólo será lo suficientemente moderna y grande, o un piso solo estará bien amueblado cuando se vea reflejado en el amor que necesitas recibir de tu pareja, de tus hijos o de tus amigos.

 

De ahí que el súmmum en cuestiones de redes sociales sea mostrar en nuestra ventana al mundo: Una buena Poolparty repleta de gente en tu chalet. O mejor aún, en tu Yate.

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¿Y porqué...?

 

Hasta aquí, una parte de la respuesta a Javi.

 

En la siguiente entrada tratare de responder a esta última pregunta a través del fenómeno que para mÍ mueve nuestro mundo y sin embargo suele pasar bastante desapercibido: El proceso Psicosocial de la Conformidad

 

Para acabar os dejo con la referencia de la primera imagen en formato clip!  Película que hay que ver!   

 

Escena de la película Orígenes. 

 

Espero que os haya gustado y muchas gracias por la lectura! Recordaros que merece la pena que leáis el artículo que generó el debate, no es por quitarme méritos, pero esto es mierda superficial si nos ponemos a comparar... Aunque ya hemos visto que eso de comparar y fragmentar realidades no es del todo útil...!

 

Un saludo y hasta la próxima!

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  1. Top 25
    #3
    16/06/19 15:13

    Hay una gran diferencia en querer tener lo mejor o querer ser el mejor
    “Ser” requiere de alguien con quien compararse, cuando trasciendes el ser y te conformas con el tener, no estas pensando en vivir la vida de los demás sino la tuya propia
    El dinero ... bueno un valenciano pragmático suele estar enamorado del dinero, el gótico valenciano echa por tierra las teorías de Freud, pero lo que está claro es que el dinero no da la felicidad solo hace más feliz al que ya lo es

  2. #2
    11/06/19 17:50

    Interesante artículo. En especial, deberían leerlo detenidamente aquellas personas con el ego desbordado, que creen realmente que sus decisiones son exclusivamente sus decisiones, que nadie les influye ni puede influirlas, etc.

  3. #1
    10/06/19 20:49

    No está mal.
    Y está muy bien que exponga este escrito en Rankia. Ojalá lo lea más gente. Y que reflexione sobre si está tratando al dinero como un medio o como un fin.

    Pienso y creo, que el verdadero origen de nuestros principales problemas es el miedo mal Gestionado. El miedo a la muerte para ser más concretos.
    Para mi es el mayor condicionante.