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Transcripción de la charla entre Álvaro Guzmán (Azvalor) y Juan Such, episodio 98 de 'Una Vida Invirtiendo

EDITOR's CHOICE
Debido al interés y el mal sonido de la grabación del episodio 98 de mi podcast "Una vida invirtiendo" os presento una transcripción editada (dejando lo más sustancial) de los contenidos de la charla con Álvaro Guzmán. Hablamos sobre inversión en valor, gestión de riesgos, su evolución profesional y filosofía de inversión. Se destaca la importancia de la paciencia, tanto de gestores como de los partícipes de los fondos, la independencia de criterio frente al mercado y la formación de equipos sólidos para tomar decisiones colegiadas de inversión acertadas a largo plazo.

Juan Suchcreo que hay algo que nos une y que hasta ahora no había encontrado con ningún gestor profesional que haya entrevistado. Y es que en febrero de 2018, Fernando Bernad y tú hicisteis el curso en Nueva York de Taleb sobre gestión de riesgos en el mundo real. Yo hice esa misma edición tres meses más tarde y me di cuenta de que habíais estado ahí. Me llamó muchísimo la atención que dos gestores profesionales con una acreditada trayectoria, se cogieran una semana entera para ir a Nueva York a escuchar en directo a Taleb en sus clases. ¿Por qué tomasteis esa decisión? ¿Qué frutos sacasteis de esa estancia?

Álvaro Guzmán: Bueno, la verdad es que Taleb hace algo diferente a lo que hacemos nosotros. Él es un trader, mientras que nosotros invertimos en acciones con un enfoque de análisis fundamental y a largo plazo.

Pero al final, nosotros también tenemos que analizar para invertir. Y para analizar hay que tener en cuenta muchísimos agentes y la interacción de esos agentes. Creo que el curso de Taleb menciona cosas muy importantes, como el problema de la inducción. Por ejemplo, cuando ves agua en el césped, puede haber múltiples explicaciones: Puede ser que un niño se haya hecho pis. Puede ser que haya llovido. Puede ser que un hielo se haya derretido. Puede ser que hubiera nieve y se haya fundido. Es decir, no es fácil saber de dónde vienen las cosas. Y tener mucho cuidado con eso es muy importante a la hora de analizar empresas.

Es muy importante entender cómo hemos llegado a la situación actual, porque muchas veces no se sabe. Si dos personas miran la política española desde puntos de vista diferentes, probablemente no se pondrán de acuerdo. Imagínate sobre la historia. Entonces esa historia de saber de dónde vienen las cosas hay que tomarla con muchísima prudencia. Primero, para no equivocarse, que es muy importante. Pero segundo porque el mercado va a coger un camino corto, va a coger un atajo simple, va a explicar esto ha sido por esto y casi nunca es así.

El hecho de la interacción entre muchas partes, como elemento de lo que es el sistema consciente y como el resultado de la interacción no está en las partes. Ese es un concepto muy importante. El elemento emergente que se crea por la interacción de dos partes y que no está ni en A ni en B, sino en la interacción entre A y B. Y eso, por definición, es muy difícil de modelizar.

Yo, cuando se lo intento explicar esto a mis hijos o a mi mujer, les digo para entender la complejidad que se deriva de las interacciones. Imaginaros una comida familiar con seis miembros. ¿Cuántas interacciones posibles hay? Una interacción es quien habla primero y luego quien habla después, es un factorial de seis. 6!=6×5×4×3×2×1=720. O sea, hay 720 posibilidades. Por lo cual, nunca se sabe cómo va a acabar una comida familiar. Ni cómo va a empezar.

Pues eso es esencial tenerlo en cuenta porque en el mercado no somos más que los actores del mercado todo el rato. Los periodistas, unos especializados, otros generalistas, no son más que, al final, máquinas de atajar la información para que el lector se oriente: esto ha pasado por esto, esto ha sido por esto. Y es que nada es así. Es importante entender esto.

¿Y cuál es la conclusión? Pues mira, prepárate para cualquier cosa. En vez de poner el foco en predecir, donde va a haber mucho error, estate preparado para casi todo.

Álvaro Guzmán durante la charla con Juan Such
Álvaro Guzmán durante la charla con Juan Such


Juanhay una idea de Taleb que es la estrategia barbell, o "estrategia de pesas", en la que él promueve combinar activos ultraconservadores, como bonos del Tesoro, y luego tener una pequeña cantidad, por ejemplo un 10%, que invierta en activos con un alto riesgo. La idea es tener la mayor parte del patrimonio en cosas muy seguras y una parte pequeña en cosas muy arriesgadas, en lugar de quedarse en el término medio. Lo digo porque uno puede comprar ciertas ideas de un autor que te parecen interesantes sin aceptar todo su pack completo. ¿Qué opinas de esta estrategia? ¿Hasta qué punto la incorporáis a la hora de invertir?

Álvaro: Taleb era un trader. Seguramente a él le funcionaba su estrategia de estar largo en opciones muy fuera de la moneda, donde pagaba una prima pequeña, perdía dinero casi todos los días del año, pero en unos pocos días ganaba muchísimo. Es una estrategia que yo no soy quien para juzgar, pero que a nivel trader creo que puede tener cierto sentido.

Yo sabes que yo era muy aficionado de pequeño a las carreras de caballos. Ahí pasa lo mismo, el favorito gana casi siempre, es decir, dos tercios de las veces. Pero si apuestas por el favorito lo que ganas cuando aciertas no compensa las veces que pierdes. La clave es apostar contra el favorito. Vas muchos días perdiendo, pero cuando ganas, lo haces en grande. En ese sentido la estrategia de Taleb puede rimar un poco con la nuestra.

Pero nosotros, no tratamos de ganar siempre ni buscamos evitar la volatilidad. Hacemos otra cosa completamente distinta. Lo que hacemos en Azvalor es asegurarnos de que cada compañía en nuestra cartera esté bien defendida: que tenga un negocio sólido y sostenible. Que esté bien gestionada por gente honrada. Pero sobre todo por haberla comprado a un precio barato. Cuando tienes eso tienes una compañía con potencial. Si cumplimos esto, reducimos mucho la probabilidad de equivocarnos. A nivel de cartera, combinamos varias compañías con alta probabilidad de éxito. Y de ahí la rentabilidad a largo plazo.

Evolución profesional y aprendizajes

Juan: Ahora me gustaría hacer un repaso a tu trayectoria profesional. Si miro tu carrera, veo que se puede dividir en tres grandes bloques temporales:

1994-2002: Trabajaste como analista de acciones en varias empresas. Fue en esta etapa cuando conociste a Fernando Bernad.

2003-2014: Te incorporaste a Bestinver, junto con Paramés y posteriormente Fernando entrará en 2007, donde estarás como gestor en una gestora de value investment.

2015-Actualidad: Fundaste Azvalor

¿Cómo ha evolucionado tu forma de ver la inversión. ¿Qué cambios clave crees que se han producido en tu filosofía de inversión?

Álvaro: El primer bloque que mencionas, realmente no era de inversión directa. Yo empiezo en 1994, haciendo prácticas a tiempo completo mientras estudiaba en la universidad. Hacía dos carreras a la vez: Administración y Dirección de Empresas (ICADE) y Derecho (Universidad a Distancia). Y en esas prácticas, lo que aprendí fundamentalmente fue contabilidad. Cuando terminé las prácticas, estuve un tiempo en París, trabajando en BNP Paribas, pero en Middle Office. Ahí aprendí mucho sobre riesgos, operaciones y control financiero, pero aún no estaba en los mercados directamente.

El salto real a la inversión lo di en 1997, cuando me incorporé a una gestora alemana. Mi jefe en aquella gestora había trabajado con Peter Lynch, así que me dio todos los libros de inversión en valor y me dijo: “Léete todo esto y luego hablamos.” Yo me lo leí todo, hice el CFA, y ahí empecé a invertir de verdad. En 1997, fiché por Beta Capital, que era un bróker español. Y ahí aprendí otra cosa clave: Saber filosofía de inversión está muy bien. Pero la filosofía por sí sola no sirve de nada. Porque el Value Investing se basa en comprar barato y esperar, lo cual está genial en teoría, pero en la práctica necesitas aterrizarlo. Tienes que analizar bien una compañía: Entender su modelo de negocio. Saber de dónde viene su dinero. Predecir con la mayor precisión posible su evolución futura. Eso fue lo que aprendí en esa etapa.

Cuando en 2003 me incorporo a Bestinver, Paramés estaba solo. No tenía un equipo de analistas ni de gestores. Había un fondo español relativamente pequeño y un fondo internacional que estaba creciendo. Yo llegué allí con toda la base del Value Investing, ¿qué ha cambiado? Y yo te diría dos cosas: el proceso siempre es el mismo. El proceso es entender un negocio hasta el fondo. Comprar solo aquellos que el mercado ha penalizado erróneamente. Y luego, tener paz. Este es el proceso, y el proceso no ha cambiado una coma. Lo que cambia con el tiempo es la experiencia, lo que te da el paso de los años, ya llevo 27, es decir aprender de los errores pero el proceso siempre es el mismo.

Hay una compañía que está penalizada en bolsa, cuya continuidad ha sufrido; hay una narrativa o una realidad detrás de esa corrección o caída y no se sabe si es correcta o no. Y de ahí se aprende a analizar sectores, a ver qué puede pasar en función de la asignación de capital, de las operaciones, analizar el entorno competitivo. Cada compañía, en un sistema capitalista más o menos libre, cuando gana dinero, es atacada por otras. Hay que analizar todo eso bien. Y hay que enseñar los errores, no ocultarlos, a mi me encanta enseñarlos porque ya es un error que no vas a volver a repetir. Insisto, yo creo que el proceso es el mismo. Es muy importante esta idea, y lo que pasa es que, a través de los años, te metes en menos líos y cometes menos errores.

Juan: siendo el proceso el mismo, de todas formas, la parte táctica inevitablemente tuvo que cambiar, ¿no? Creo que una característica que siempre has tenido como gestor es que la toma de decisiones se ha hecho, al final, mediante cierto consenso. Hay gestores que siempre deciden individualmente. Pero aquí hablamos de un comité de decisiones, que en su momento estaba formado por tres personas, y si cualquiera de las tres decía no lo veo claro, se desechaba la operación. De hecho, leyendo el libro de Paramés, “Invirtiendo a largo plazo”, él comenta explícitamente “Nuestro sistema de decisiones exigía la unanimidad de los gestores para comprar un valor. Si ésta no se daba, no comprábamos. Creo que solo estuvimos en desacuerdo en dos o tres valores, lo que me parece un buen resultado”. En aquel primer periodo en Bestinver (2003–2014), las decisiones se tomaban entre tres personas; si cualquiera decía no lo veo claro, se desechaba la operación porque, como te gusta decir, quieres disparar penaltis sin portero. Desde que montáis Azvalor ya no sois tres, sino dos, que si cualquiera dice no lo veo claro, se descarta. Me gustaría que me aclararas si esto es así.

Álvaro: lo que te matizaría es la parte de Azvalor porque nunca hemos sido sólo dos, hemos sido siempre tres. Lo que pasa es que no queremos hacer famosos a los analistas, por una razón muy sencilla y obvia. La misma razón por la que Buffett no sube al estrado a Todd Combs y a Ted Weschler. Hay que proteger la propiedad intelectual porque es de los clientes.

Desde el primer momento estuvimos, durante algunos años, con Michael Alsalem, que nos ayudó a montar el fondo, luego con Paul Gait, y ha pasado gente distinta. Nunca hemos sido solo dos; siempre hemos sido tres, más el analista involucrado, en general, cuatro. En cualquier decisión concreta siempre han participado al menos cuatro personas. Y en los últimos años lo hemos hecho aún más colegiado, trabajando con un equipo mayor.

Hemos estructurado el equipo en tres niveles, como en un equipo de fútbol:

Defensas (analistas junior): Validan los números de las compañías. Comprueban que la contabilidad es sólida. Se aseguran de que no hay fraudes o problemas ocultos.

Centrocampistas (analistas senior): Analizan el sector y los competidores. Evalúan si el pasado de la empresa se repetirá en el futuro. Discuten posibles riesgos regulatorios o tecnológicos.

Delanteros (gestores): Toman la decisión final. Siempre nos gusta tener uno con una filosofía muy distinta, como era por ejemplo Alsalem. Solo invierten si es un "penalti sin portero", es decir, si hay una oportunidad clarísima. Si uno de los gestores dice que no lo ve claro, se descarta la inversión.

El método es más colegiado que nunca. El principal valor de Fernando y mío es la selección inicial de compañías. Nosotros, como guardianes de esta cultura de inversión, pronto detectamos si una compañía no es para nosotros. Si, por ejemplo, me hablas de una compañía farmacéutica que será el futuro por tener un medicamento revolucionario, en principio, a menos que el analista lo defienda con mucha convicción, decimos: esto no es para nosotros.

Lo que hacemos es lanzar pelotas a ese campo de fútbol y automáticamente la pelota va al defensa. Del defensa salen los números limpios, y pasan a un centrocampista que analiza el sector y ve si el futuro va a ser igual al pasado y eso lleva a una sesión final entre todos y ahí tiene que salir si es una compra o no. Porque es un penalti sin portero.

Y luego para ver el peso que se mete en cartera interaccionan los tres centrocampistas, todo eso está recogido en hojas de cálculo. ¿Por qué nos hemos metido en este lío? Porque, a fin de cuentas, aunque el mundo y los periodistas crean en dioses, héroes o gurús, esto no va de eso. Peter Lynch nos decía que trabajaba 100 o 110 horas a la semana con un montón de experiencia y con un equipo de 25 analistas que cada uno tenía 15 años de experiencia en un sector. Peter Lynch no era un gurú, necesitaba 100 horas y ese amplio equipo por eso más mayor ya no quería hacer esas horas. Cualquier cosa que no sea esto es muy, muy frágil.

Juan: ¿Si cualquiera del equipo dice que no lo ve claro, tiene derecho de veto? Lo digo porque sabes que hay mucha teoría relacionada con la toma de decisiones por comité. No sé si conoces el libro de Kahneman “Ruido”, donde es muy crítico con estas decisiones por las dinámicas de equipo que se crean.

Álvaro: Es una pregunta buenísima. Por eso es tan importante las dinámicas de ese comité. La gente recibe la información de una manera, la gente tiene que dar su información de una manera velada, tiene que haber un tercero árbitro que reciba todas, etc. Y luego hay otra cosa. la decisión final de invertir es una cosa y el peso es otra. Nosotros invertimos en fondos de inversión regulados en 30-50 valores. Entonces, si alguien no lo ve, pero explica por qué, tiene que convencer a los otros.

No basta con decir no lo veo; hay que argumentarlo. ¿por qué no lo veo?: si alguien puede convencernos de que su argumento no ha sido refutado, esa es la base de la falsificación talebiana de la hipótesis.

Te voy a poner un ejemplo: Facebook (Meta) cuando cayó a 90 dólares (en octubre 2022), la analizamos en profundidad. Ganaba, quitando las pérdidas del metaverso, como 30.000 o 35.000 millones y estaba a PER 8 ó 9 pero casi todo lo ganaba en Instagram. La hipótesis que teníamos que falsificar (refutar) era: Instagram desaparecerá dentro de 5 años. Hablamos con expertos en Silicon Valley, ninguno nos la falsificó y sí que salió que el uso de Instagram está sesgado a gente más joven, revisamos estudios sobre el impacto de las redes sociales en la corteza prefrontal de los jóvenes menores de 18 años y no pudimos refutar la hipótesis de que Instagram podría desaparecer. Ahora parece que eramos tontos, se ha ido de 90 a 600. Pero seguimos nuestro proceso, que es obsesionarse con no tener un error. No logramos acumular la convicción necesaria para llevar la contraria.

Ejemplo distinto: en Consol Energy, una empresa de carbón. La compramos a 22 dólares por acción. Después, la acción cayó hasta 3 dólares (una caída del 90%). Nos tiraban tomates por esa inversión. Pero seguimos comprando, porque nuestra tesis era que el carbón no iba a desaparecer antes del 2040 o 2045. Estaba a PER 0,5. Las minas de Consol eran las más eficientes de EE.UU. La empresa valía mucho más que su precio de mercado. Aquí sí tuvimos la convicción suficiente y compramos hasta lo máximo que permite el regulador que es el 15% de las acciones de Consol. Al final, la acción subió de 3 hasta 120 dólares.

Juan: Has hablado antes de tener canas y las ventajas que estas aportan, pero también del equipo que estás montando, lo cual me pareció muy interesante. Tienes una charla en el curso de Verano de Valor 2019, disponible en YouTube, que me pareció interesantísima. Ahí dices literalmente una frase que me dejó un poco impactado, ya que va un poco en contra de la idea de que las canas son lo mejor, y parece coincidir con el tipo de equipo que quieres montar. Dices que los gestores jóvenes “cometen menos errores que la gente con más experiencia porque tienen mucha hambre, mucha prudencia y un poco de miedo”. No sé si, cinco años más tarde, sigues de acuerdo con ello, pero me pareció interesante por lo que mencionabas antes sobre que en la vida todo tiene pros y contras. Las canas aportan ciertas ventajas, pero la gente joven también puede aportar otras cosas.

Álvaro: Pero, como dice Taleb, hay que poner las cosas en contexto. Yo diría que una persona joven, que tenga mucha hambre, va a ser muy cuidadosa y revisar todo – los grifos, el espejo, las ventanas, las alfombras – antes de que el barco zarpe. Lo va a estimar todo muy bien. Va a tener ese punto de humildad, muy importante, que con la edad se puede perder, que es lo que mata a los gestores, creerse que esto es fácil. Los gestores cuando llevan muchas victorias, son muy famosos y son elevados al rango de gurú pues se empiezan a equivocar porque se acaban creyendo que esto es sencillo cuando no lo es.

En ese contexto yo decía que una persona joven, con las características correctas, por ejemplo si coges a Peter Lynch joven frente a un gestor español viejo, prefiero al Peter Lynch joven. Pero si uno mantiene la humildad con mucha experiencia, y el mejor ejemplo de eso es Seth Klarman, que es super humilde, siempre habla del riesgo, con mucho cuidado. Bueno pues en ese sentido yo prefiero a Klarman. Entonces yo creo que las canas en alguien que trabaje y que no se lo crea y que lo chequee todo vale mucho porque te has equivocado muchas veces y por lo menos el mismo error no lo vuelves a cometer.

Ahora, la energía y la fuerza de una persona que dedica 14 horas al día durante una semana sólo mirando una sola compañía es un complemento muy importante. Además de que tiene la capacidad para entender algunos sectores mejor que el mayor. Sectores tecnológicos, por ejemplo, una persona de 28-30 años lo entiende mejor que yo que voy a cumplir 50 este año.

Juan: Sí, eso que has comentado de la humildad es fundamental. Para mí, la humildad intelectual es tan importante como la curiosidad. De hecho, hay un artículo “El Hombre del Espejo” de Bill Gross, de 2013 en el que reflexiona sobre cómo, a pesar de ser vistos como grandes gestores los Bill Gross, Buffett o Lynch, en realidad se arriesgan a volverse demasiado vanidosos. Y resaltaba la importancia de haber invertido en un amplio contexto histórico favorable y que si cambia ese contexto podría dejar de ser ese gran inversor.

Álvaro: En cuanto al artículo, yo lo leí y no me gustó nada. Me parece que Bill Gross, siendo un gestor de bonos excepcional (en PIMCO), se creyó un gurú, y eso lo llevó a hacer afirmaciones exageradas de lo que iba a pasar cuando empezó en Janus Henderson (en 2014). Lo que dice el artículo, que en cierto modo está bien, lo combinaría con otro contexto. Si Bill estuviera aquí, le diría: Bill, eras gestor de bonos; cuando el rendimiento (TIR) de un bono soberano era del 15% a finales de los años 70 y acaba en cero, has vivido una época dorada. Pero yo no diría lo mismo de otros gestores como Buffett que han sufrido en su vida dos caídas del 50% y no han vendido sino que han comprado a partir de esa situación. Bill Gross, en mi opinión, quiso equipararse a Buffett y Lynch cuando tenía todo a su favor y ellos no.

Si siempre has tenido viento a tu favor, pues no te das cuenta de lo que pasa cuando se agota. Y en el momento en que se agota ese viento, empiezas a hacer afirmaciones que, si no se cumplen, afectan mucho tu reputación. Los círculos especializados miran a Bill Gross como esa juventud perdida, las ganas de ser reconocido. Por eso no me gustó el artículo. Pero sí que tiene cosas buenas. Una reflexión hacia atrás, una puesta en duda de uno mismo. Al final, la inteligencia frente a la sabiduría, es mejor la sabiduría, que es conocer tus limitaciones.

Juan: Warren Buffett siempre ha dicho que no es lo mismo gestionar el volumen brutal que tiene ahora Berkshire Hathaway que cuando él estaba empezando, pues sería mucho más sencillo gestionar una cantidad pequeña y obtener rentabilidades altas. Recuerdo que en Bestinver llegasteis a gestionar 8.000 o 10.000 millones de euros. Y al empezar en Azvalor creo recordar que dijisteis que se podría cerrar algún fondo si el patrimonio alcanzaba un cierto límite, por ejemplo 2.500 millones. ¿Cómo ves el tema del volumen de patrimonio gestionado? ¿Seguís planteando algún tipo de cierre de fondos en el futuro?

Álvaro: Sin duda, diría que, cuanto mayor es el patrimonio, más difícil es gestionarlo a un nivel óptimo. Pero gestionar 2.000 millones puede ser mejor que gestionar 100 millones, ya que a mayores volúmenes se producen efectos de red y ciertas limitaciones en el acceso a oportunidades. Pero cuando pasas un cierto umbral, cuando pasas de 7.000 o 8.000 millones. De hecho, en Bestinver es cuando más errores cometimos: Tesco, Rolls-Royce, yo creo que es irrefutable. En resumen, cuando llegue el momento, cerraremos el fondo. 

Nosotros vemos a AzValor como un club, no como una gestora que quiere dominar el mundo, del cual somos los socios principales, dado que somos los que más tenemos invertido en el fondo como grupo. Pero llega un punto en el que, a pesar de que la actividad es rentable, por cuestiones fiscales y otros factores, el modelo se puede ver comprometido. Si, por ejemplo, el rendimiento que debe generar para el partícipe baja del 15% al 10%, ya no estaríamos cómodos. Y nuestros clientes, que han confiado en nosotros, saben que puede llegar ese momento. Cuando en un ejercicio de realismo pensemos si con el capital gestionado se puede aspirar a obtener un 15% de rentabilidad anual y la respuesta es negativa pues lo cerraremos.

Juan: ¿Os habéis planteado en algún momento crear algún hedge fund, o lo que ahora en España se llama fondos de inversión libre (FIL)? Actualmente se permite que partícipes inviertan desde 10.000 euros (en lugar de 100.000), siempre que no superen el 10% de su patrimonio. Es un instrumento que apuesta por la mayor convicción porque en un fondo de inversión tradicional no puedes tener más del 10% de una posición en una sola acción o bono, pero en estos fondos, podrías tener una posición mayor. ¿Habéis reflexionado al respecto y decidido si queréis o no ir por esa vía? ¿Cómo ves ese enfoque de instrumentos que permiten una mayor concentración?

Álvaro: Yo creo que los fondos convencionales están bastante bien, ya que obligan a tener una diversificación mínima. Esto puede ser adecuado en la mayoría de las situaciones, no tener más de un 10% en un valor. Por ejemplo, en etapas anteriores en el hedge fund superamos el 10% en ciertas posiciones hasta llegar a un 15% o 20%, pero son situaciones muy excepcionales. Lo importante es tener un proceso de inversión sólido que cumpla con todos los requisitos.

Esa necesidad de concentración y de obtener mayores beneficios puede ser más propia de las primeras etapas de la vida del inversor. Además, en cuanto al desarrollo de producto, yo no pinto nada, si me dicen que los clientes piden ese producto lo veríamos.

Pero, como filosofía, nos gusta tener una cartera todo terreno, que valga para los clientes en cualquier momento. Un fondo donde hay de media entre 40 y 70 compañías, donde el top 15–20 concentra casi la mitad, y, luego tienes una diversificación para nuestro dinero es lo que queremos y para nuestros clientes pues lo mismo.

Juan: La gestión indexada cada vez está cogiendo más cuota de mercado, especialmente en épocas de mercados alcistas. Y aquí tengo una pregunta doble. Por un lado, ¿cómo ves la gestión activa frente a la propuesta de la indexada, que consiste en comprar el mundo de forma muy diversificada y con comisiones bajas? Y, en particular, en el índice que utilizáis en Azvalor Internacional – que, aunque empezó siendo inicialmente un alcance de empresas europeas, se ha ido ampliado a empresas de todo el planeta – ¿no crees que debería cambiarse el índice de referencia? Actualmente se utiliza el MSCI Europe Total Return, que ha tenido un comportamiento peor que algunos índices globales como el ACWI o el MSCI World que se ajustan mejor al universo de inversión de Azvalor Internacional.

Álvaro: en lo que respecta a la gestión indexada, creo que es estupenda para la mayoría de la gente en la mayoría de las circunstancias, ya que solo un pequeño porcentaje de gestores (6-9%) consigue batir al mercado a largo plazo. Con el auge de la indexada, ahora un gran porcentaje de gente ahorra en comisiones. En este negocio o bates al mercado o es muy difícil. Justamente ahora, en cuanto al índice, tendría un poco de cuidado, porque hoy en día, hay demasiada concentración en unos pocos valores (un 30% de las 7 magníficas: Apple, Nvidia, Microsoft, Amazon, Alphabet, Meta y Tesla) que pesan mucho en el índice, puede ser engañoso. Yo me esperaría un poco a una corrección del mercado.

Respecto al índice que utilizamos, eso es algo que sería para preguntarle al departamento comercial porque yo personalmente, cuando hablo con los clientes, no tengo que defenderlo. La gente que ha venido y se ha quedado con nosotros siempre desde marzo 2003 ha multiplicado por 15 su dinero, a pesar de dos caídas del 50%, coge el índice que quieras. Yo no he mirado nunca el índice de referencia, ni antes ni ahora. Si me dices qué está haciendo el índice en cualquier momento del año no tengo ni idea porque me da igual.

Yo tengo en cuenta batir a la inflación por un poco y a largo plazo intentar multiplicar el dinero. Seguramente, si comparamos con los índices en algunos periodos saldremos mejor y con otros peor; depende del marco temporal.

No quiero que un cliente esté con nosotros solo porque en un año batamos el índice y en otro no. El cliente de Azvalor es el responsable de la mitad de nuestros éxitos porque imaginate que en el año 2008 o 2020 con las fuertes caídas nos hubiera salido mucho dinero pues no habríamos podido obtener la rentabilidad que hemos conseguido. El resto es nuestro proceso, experiencia y disciplina. Y, en general, si se hace bien, se obtiene lo esperado.

Volviendo a la terminología Talebiana, si tienes un sistema A con alguien paciente y un sistema B con alguien contrarian y disciplinado, se obtiene un mejor resultado que los índices.

Juan: Una cuestión que destacais en vuestros informes son los potenciales de revalorización que atribuís a cada fondo. Y llegáis a dar un número concreto, no solo hablar en términos vagos. Se dice, por ejemplo, que un fondo tiene un potencial de revalorización del 80%, 90%, etc. Y, claro, eso también se vuelve un arma comercial. ¿cómo determinais ese valor justo de revalorización? ¿No crees que, a veces, eso puede generar expectativas desmedidas en los partícipes?

Álvaro: Esa es una muy buena pregunta. Yo diría que, en nuestro caso, esos potenciales de revalorización se han cumplido, en general, siempre. Pero hay que ponerlo en contexto. Es cierto lo que dices que puede dar una sensación de fiabilidad y de detalle hacia el exterior que puede confundir un poco. Antes publicabamos incluso los potenciales de revalorización de algunas compañías. Y por eso ya no lo hacemos. Hemos reducido la probabilidad de fallo en una empresa, en la cartera total hay menor riesgo de estimar el potencial de revalorización.

Los potenciales sí que tienen un sentido interno. Al final esto es un proceso de inversión competitivo. El potencial de revalorización refleja el valor presente de los flujos futuros. Nadie que invierta en bolsa a largo plazo puede evitar hacer este ejercicio, y aunque el cálculo sea impreciso, porque siempre hay un margen de error, tienes que hacerlo. es muy útil a nivel de meritocracia entre las compañías analizadas. Siempre nos preguntan ¿Y vosotros, cuándo vendéis?, pues cuando te acercas al precio del potencial el riesgo se incrementa exponencialmente.

Pero a veces vendes porque tienes una alternativa mejor, y ese potencial de revalorización ya recoge tanto el valor presente de los flujos futuros como la seguridad frente a ese valor, que es la confianza en el equipo gestor, en las barreras de entrada, en lo difícil que es copiar el modelo, la probabilidad de que haya una sorpresa regulatoria. Cuando decimos que el fondo internacional tiene un 90% de potencial de revalorización, queremos decir que, en cinco años, eso equivale aproximadamente a un 14,2–14,3% de rentabilidad anual, lo cual es bastante bueno, no es de los mayores de nuestra historia, que han sido en marzo de 2009 y en marzo de 2020, que nos daba vergüenza ponerlos, porque en una conferencia anual dijimos que el fondo se multiplicaría cuatro veces y llegó a cuatro veces de valor liquidativo unos pocos años más tarde, se fue de 9 a 36. Si decimos que el potencial de valoración es del 100%, claro, es que el 100% en 5 años es el 15%. Ahora es un poco menos.

Juan: la inteligencia artificial lo es todo hoy en día en el storytelling de las compañías. Me gustaría que, de forma más específica, me contaras: ¿cómo estáis utilizando en Azvalor la inteligencia artificial y otras herramientas, de forma micro, en vuestros procesos?

Álvaro: nosotros todo lo nuevo lo cogemos con mucha prudencia, muy despacito, y hay cosas que son útiles, pero todavía no hemos implementado nada de forma masiva. Nosotros, al contrario, cuando todos dicen que la inteligencia artificial es lo más importante, me quedo con lo que dijo Stanley Druckenmiller hace poco: va a ser importante, porque hay muchas tareas que consumen tiempo y que se pueden optimizar, pero la mejor gestión del mundo sea con una IA pero al lado de un humano. Lo estamos observando sin prisa ni presión.

Nuestro proceso de inversión, que tiene sus etapas, se parece más a un proyecto de private equity realmente. Algunas partes del Due Diligence gracias a la IA me lo ahorran pero al final tienes que responder a si crees que el mercado está equivocado con Cameco (compañía de uranio) a 6 euros. En eso no te va a ayudar la IA. Lo que te va ayudar es saber que la energía nuclear es limpia, no es intermitente, tiene menos accidentes que todas las demás y este precio no tiene ningún sentido por estas razones.

Juan: Llevas muchos años diciendo que el trabajo que haces es duro en cuanto a dedicación, con 14 horas al día. ¿Qué te motiva a seguir gestionando dinero a largo plazo?

Álvaro: Lo primero es que yo no soy muy importante ya en cuanto al proceso de Azvalor. Ya no trabajamos 14 horas al día. Hemos trabajado durante muchos años formando un equipo y haciendo que todo sea más sostenible. Recuerdo que en Bestinver, llegaba temprano cuando abría y me iba cuando cerraba, ese celo del joven.

En Azvalor tuvimos muchas inversiones en sectores novedosos, como el del petróleo, el cobre, el uranio, etc. Hubo que darle un nuevo aire al equipo y trabajar más horas. Pero ahora tenemos una vida equilibrada, lo cual es importante. Personalmente, ya no soy el pilar único del equipo. Junto con Fernando, decidimos si una compañía es interesante y luego debatimos con nuestros analistas. Me gustaría seguir haciéndolo siempre. Ahora, mi papel es más de supervisión. Lo que me motiva a seguir es que esto me encanta. Para mí, invertir no es un trabajo, es mi hobby. Me gusta analizar empresas, discutir estrategias con el equipo, leer informes. Así que mientras siga disfrutándolo, seguiré aquí. Lo que hemos hecho es crear un proceso sólido. Esto seguirá sin mí y sin Fernando seguro.

Juan: Muy bien, Álvaro, muchas gracias por tu tiempo.

Álvaro: te agradezco la preparación que has hecho de la entrevista porque las preguntas son buenísimas. No nos sucede con frecuencia que nos hagan preguntas tan detalladas y te lo agradezco.

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  1. Top 100
    #5
    07/02/25 18:42
    Muy buena entrevista.
    Creo que las canas le han sentado muy bien a D.Alvaro.. lo veo como más centrado, (menos predictor y más terrenal).. mucho mejor que cuando le conocí a la vera de Paramés  con Bestinver hará 20 años y en Zgza.
    Sé que la impresión de charlar 10 minutos en un vino español puede ser muy muy sesgada y en ocasiones induce a errores...pero entonces me pareció que meaba colonia.
    A pesar de ello soy inversor en AZ.. desde su fundación, pero en menor porcentaje que si no lo hubiera conocido entonces.( Pensé en entrar más fuerte cuando se incorporará Paramés).
    S2 Juan.. creo que ya puedes gestionar un fondo ( cuantos con menos conocimientos lo están haciendo)
  2. #4
    07/02/25 17:49
    Gracias Juan, la verdad que el audio hacia molesta la escucha y la transcripción resuelve el problema. Muy buena entrevista
  3. #3
    07/02/25 14:58
    Gracias, me lo he leído ya que la entrevista hablada la tuve que dejar con la cantidad de información que se perdía. Respecto a otras charlas de Álvaro, incluidas las de las conferencias a anuales, me ha parecido novedosa la interpretación del mundo Taleb.
  4. #2
    07/02/25 11:49
    Gracias Juan por el "esfuerzo" en entrevistar a Álvaro y luego por la transcripción del audio a texto.
    ¡Un placer leeros en este caso! :)
  5. #1
    07/02/25 09:43
    Gracias por la transcripción Juan. Muy buen capítulo.