Shelby Davis Sr. nació en Peoria, Illinois (Estados Unidos) en 1909. Durante su larga trayectoria como inversor desde 1947 hasta 1994 consiguió multiplicar por 18.000 su patrimonio convirtiendo 50.000 dólares en 900 millones.
Davis se graduó en la Universidad de Princeton y cursó un máster en la Universidad de Columbia en 1931. Se doctoró en ciencias políticas en el Instituto de Estudios Internacionales de Ginebra en 1934.
Finalizados sus estudios, trabajó primero en la empresa de inversiones de su cuñado durante cinco años antes de convertirse en inversor independiente. A los 38 años con el patrimonio familiar de 50.000 dólares de capital inicial fundó Shelby Cullom Davis & Company, principalmente para gestionar acciones de compañías de seguros. La estrategia de centrarse en el sector de los seguros se le ocurrió tras estudiar los escritos de Benjamin Graham. Entre 1969 y 1975 fue también embajador de Estados Unidos en Suiza.
Davis afirmaba que los inversores deben estar preparados para cualquier crisis, ya que son una parte inevitable del mercado. Según él, la historia ha demostrado que los inversores siempre se encontrarán con crisis e incertidumbre, pero el mercado seguirá creciendo a largo plazo y su progreso continuará.
La lección más importante que Shelby Cullom Davis aprendió en la vida fue que la clave para el éxito es la constancia. Él mismo indicó: "Lo único que importa es ser constante y nunca rendirse. Nunca, nunca, nunca, dejes de intentarlo. La derrota sólo significa que no has intentado lo suficiente".
Filosofía de inversión
Davis era un inversor especializado en valor bursátil. Sólo invertía en empresas que conocía bien (compañías de seguros en la mayoría de los casos). Se centraba en los fundamentos, y especialmente buscaba un balance sólido asegurándose de que la aseguradora no tuviera activos de riesgo, como bonos basura. A continuación, medía la calidad de la gestión y realizaba viajes para reunirse con la dirección y examinarla. Buscaba lo que llamaba "máquinas de componer". La estrategia se conocía como "Davis Double Play". Era una estrategia de comprar y mantener, y mantuvo esta perspectiva a largo plazo a través de los mercados alcistas y bajistas. Probablemente fue uno de los primeros inversores estadounidenses en el extranjero cuando invirtió en compañías de seguros japonesas a principios de los años sesenta. Recomendaba la diversificación, de modo que las empresas en las que se equivocaba se equilibraran con las que tenía razón.
Donó todo su patrimonio a un fondo de caridad y era conocido por su extrema frugalidad: en lugar de jugar al tenis con pelotas nuevas, utilizaba pelotas viejas y raídas, algo compartido con otros grandes inversores como Warren Buffett o Charly Munger.