Asset allocation, que podría traducirse como asignación de activos, es la ponderación de las distintas clases de valores financieros dentro de una cartera. Básicamente, es la estrategia que cada inversor sigue para distribuir su capital entre las diferentes clases de activos con el fin de mejorar el rendimiento y/o controlar el riesgo del agregado.
Es decir, se trata de distribuir el presupuesto destinado a la inversión entre acciones,
futuros,
bonos, materias primas,
liquidez, etc. O, visto de manera más general, entre renta fija y renta variable.
La tarea de asset allocation se lleva a cabo teniendo siempre en cuenta el perfil de inversor y el momento económico en el cual nos encontramos.
Cuando el mercado enfrenta incertidumbre, por ejemplo, los inversores normalmente ponderan más aquellos activos menos volátiles dentro de su cartera. Estos pueden ser materias primas como el oro o monedas como el dólar, que es reconocido por su fortaleza.
La labor de asset allocation tiene en cuenta que el valor de los activos varía de año a año. Por ese motivo, hay que efectuar una revisión periódica del portafolio para recomponerlo y reducir el riesgo.
En ese sentido, es crucial diversificar para compensar las posibles caídas o subidas entre los activos, y así minimizar las posibles pérdidas. Es decir, no todo se puede invertir en acciones o en bonos.
Objetivos del asset allocation
Los objetivos del asset allocation son los siguientes:
- En el caso particular de optar por una gestión activa (más que pasiva) el fin es batir el mercado, es decir, superar el desempeño del benchmark o indicador de referencia. Este puede ser, por ejemplo, el índice representativo de un mercado bursátil.
- Conseguir un equilibrio entre la rentabilidad, el riesgo y el horizonte de inversión planteado por el agente.
- Establecer una política de inversión que se irá adaptando según cambien las condiciones del mercado en el corto y mediano plazo.
- No solo tiene en cuenta la tipología del activo al momento de analizarlo (si es renta fija o variable), sino también si procede del mercado local o extranjero, y a qué sector pertenece, entre otros factores.
Fases del asset allocation
Las fases del asset allocation podrían resumirse de la siguiente forma:
- Definición de la política de inversión. Para ello, es necesario conocer los objetivos del inversor y su nivel de aversión al riesgo.
- Se arma un portafolio acorde con los objetivos planteados en la fase anterior. Se selecciona aquella combinación de activos que permite optimizar la rentabilidad para el inversor. Ejemplo: 15% renta fija local, 20% renta fija extranjera, 35% renta variable local, 30% renta variable extranjera.
- Adaptación del portafolio a eventos de corto y mediano plazo. Como ya mencionamos previamente, en momentos de incertidumbre, por ejemplo, los inversores usualmente prefieren invertir un mayor porcentaje de su cartera en activos con rendimiento más estable en el tiempo.
- Evaluación periódica del portafolio a través de mediciones para determinar si se han cumplido los objetivos inicialmente fijados.