Un credit default swap (CDS) es un contrato financiero entre dos partes, en el cual una parte (el comprador del CDS) paga una prima periódica a la otra parte (el vendedor del CDS) a cambio de una protección contra el default (incumplimiento) de un activo subyacente específico, como un bono de una empresa.
Es decir, el comprador del CDS, a cambio de una cobertura, realiza un pago periódico al vendedor, quien asume el
riesgo de crédito.
Si se experimenta un default, el comprador del CDS recibirá una compensación del vendedor del CDS equivalente al valor nominal del activo subyacente. Si no hay default, el comprador solo pierde la prima pagada.
Los CDS se utilizan comúnmente para protegerse contra el riesgo de impago de deudas, ya sea de una empresa o un Gobierno. Tienen un funcionamiento similar al de un seguro. Sin embargo, también pueden ser empleados con fines especulativos, ya que permiten a los inversores apostar por el impago de un activo en particular.
Desarrollo del mercado de CDS
Los CDS han tenido su mayor desarrollo a partir de la década del 2000. Durante ese tiempo, el mercado de CDS se expandió rápidamente y se convirtió en una herramienta popular para cubrir el riesgo de default de bonos y otras obligaciones.
El crecimiento del mercado de CDS fue impulsado por varios factores, incluyendo la baja tasa de interés, la creciente popularidad de los productos financieros estructurados y la mayor disponibilidad de información sobre el riesgo crediticio. También hubo un aumento en la inversión en bonos emitidos por compañías y países con un perfil crediticio más arriesgado, lo que elevó la demanda de protección contra el default.
Los CDS jugaron también un papel importante en la crisis subprime de 2008. Durante ese tiempo, muchos inversores utilizaron CDS como una forma de cubrir el riesgo de default de los bonos basados en
hipotecas subprime, que eran considerados de alto riesgo debido a la elevada tasa de incumplimiento.
El mercado de CDS se vio afectado por la crisis financiera de 2008, cuando el default de varias compañías y entidades financieras llevó a la quiebra de varios bancos y a una gran pérdida de confianza en el mercado. Como resultado, el mercado de CDS se contrajo significativamente y ha sido objeto de una mayor regulación desde entonces.
Ejemplo de un CDS sobre un bono hipotecario
Un CDS es un contrato financiero que permite a los inversores transferir el riesgo de default de un activo subyacente, como un bono hipotecario, a otro inversor. El funcionamiento de un CDS se puede explicar mediante el siguiente ejemplo:
Imagina que existe un banco que emite un bono hipotecario con un valor nominal de 100 millones de euros. El bono tiene un plazo de 10 años y paga un interés del 5% anual. Un inversor, llamado Juan, compra 10 millones de euros de bonos hipotecarios del banco.
Juan se preocupa de que el banco pueda tener dificultades financieras y no pueda cumplir con sus obligaciones de pago del bono. Por lo tanto, decide comprar un CDS para cubrir su inversión. El CDS se compra a otro inversor, llamado Pedro, quien se ofrece a cubrir el riesgo de default del bono hipotecario a cambio de una prima anual.
En este caso, Juan paga una prima anual del 1% al inversor Pedro, que se compromete a cubrir el riesgo de default del bono hipotecario. Si el banco no puede cumplir con sus obligaciones de pago del bono, Pedro pagará a Juan el valor nominal del bono (10 millones de euros) y se hará cargo de la deuda. Si el banco sigue cumpliendo con sus obligaciones, Juan seguirá recibiendo su interés y Pedro seguirá recibiendo su prima anual.
En este ejemplo, Juan ha transferido el riesgo de default del bono hipotecario a Pedro a cambio de una prima anual. Esto le permite a Juan dormir tranquilo sabiendo que su inversión está protegida, mientras que Pedro se beneficia de la prima anual y asume el riesgo del bono.
Los eventos de crédito
Los eventos de créditos son los motivos por los cuales se activa la protección ofrecida por el CDS. Dichos términos son acordados durante la compraventa del CDS y forman parte del contrato.
Los eventos de crédito de los CDS usualmente son:
- Incumplimiento de los pagos por parte de la entidad emisora del subyacente.
- Incumplimiento por parte de la entidad emisora del subyacente que no se relaciona con los pagos, sino que es de otra naturaleza.
- El emisor de la deuda requiere pagarla de forma anticipada, lo que implica que el comprador del bono, por ejemplo, recibiría menos intereses de lo previsto.
- Moratoria o suspensión temporal del contrato hasta que los motivos de la suspensión sean resueltos. Por ejemplo, si una empresa está enfrentando dificultades financieras, puede recurrir a una moratoria para aliviar sus gastos periódicos Esto, por un tiempo hasta que la firma pueda recuperarse para volver a cumplir con sus pagos.
- Reestructuración de la deuda.
- Acciones tomadas por el Gobierno que pueden afectar el contrato.
- El emisor de la deuda quiebra o entra en una situación concursal.
- El repudio del contrato por parte del emisor del subyacente, es decir, el deudor anuncia que no desea cumplir con su obligación, por ejemplo, aduciendo que el acuerdo es inválido. Esto es grave particularmente en el caso de los bonos del Estado, pues no se puede imponer ningún recurso legal contra la nación prestataria, como sí se puede hacer contra un privado.
¿Para qué se utilizan los CDS?
Los CDS se usan por los siguientes motivos:
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Cobertura: Los inversores que compraron la deuda buscan protegerse en caso el deudor caiga en default. Así, transfieren el riesgo de crédito a otro agente.
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Especulación: Un inversor puede comprar CDS sin necesidad de poseer la deuda de referencia. En ese caso, si ocurre un evento de crédito, obtendrá un beneficio que puede ser excepcional. Lo que está haciendo este inversor es apostar a que el emisor no podrá cumplir con su obligación. Así lo hizo Michael Burry, por ejemplo, en el marco de la crisis subprime (para conocer los detalles sobre su operación, ingresa al artículo enlazado).
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Arbitraje: El inversor puede comprar el bono en el mercado y vender un CDS sobre este mismo instrumento de deuda, buscando obtener una ganancia.
Ventajas y desventajas de los CDS
Entre las ventajas de los CDS podemos destacar:
- Elimina el riesgo de crédito para quienes compran la cobertura.
- No es necesario poseer los títulos de referencia para negociar los CDS. Es decir, un inversor puede comprar CDS sobre un bono soberano, por ejemplo, aunque no tenga ese bono como parte de su propiedad
- Los vendedores de CDS pueden distribuir el riesgo vendiendo distintos tipos de CDS.
Sin embargo, debemos señalar las siguientes desventajas:
- Los CDS se negocian en el mercado OTC, lo que implica un mayor riesgo que los mercados regulados.
- Los vendedores de CDS asumen el riesgo de default, lo cual puede ser problemático si no se conocen todas las circunstancias del emisor.
- Los CDS son instrumentos complejos que no son fáciles de entender para todo el público.
Los CDS y la crisis subprime
Los CDS desempeñaron un rol importante en la crisis subprime del 2008. Las entidades financieras American International Group (AIG), Bear Sterns y Lehman Brothers emitieron CDS a los inversores para cubrirlos si incumplían los deudores de los créditos que garantizaban los activos
respaldados por
hipotecas o MBS por su nombre en inglés (
mortgage-backed securities).
Los MBS son hipotecas agrupadas en paquetes que luego se negocian en el mercado. Así, quienes invierten en los MBS reciben un pago respaldado por los ingresos que recibe la entidad financiera por las hipotecas otorgadas a sus clientes.
Los CDS eran un seguro contra impagos hipotecarios, por lo que los inversores pensaban que habían eliminado el riesgo de pérdida en caso de un default masivo.
Se concedieron hipotecas subprime, de alto riesgo, prácticamente a casi cualquiera que las solicitara. Esto, porque los bancos de inversión y los gestores inmobiliarios estaban obteniendo enormes beneficios a medida que los precios de la vivienda seguían subiendo. Pero dichos rendimientos solo se podrían sostener si los inmuebles siempre seguían al alza, y eso no sucedió. La burbuja estalló y comenzó la crisis financiera de 2007-2008.
Muchos bancos de inversión emitieron MBS, CDS y
CDO: todos apostaban por el rendimiento de sus propios derivados de valores hipotecarios. Cuando la burbuja explotó y los precios de la vivienda cayeron, los grandes jugadores en este mercado financiero no pudieron pagar todas sus obligaciones porque se debían entre ellos y a los inversores más dinero del que poseían.