Los derivados de crédito son productos financieros diseñados para proteger a los inversores contra eventos de crédito, es decir, eventos como el impago de intereses o el incumplimiento del principal de la deuda. Cuando ocurre un evento de crédito, el vendedor de protección debe compensar al comprador de protección de acuerdo con los términos del contrato.
Un derivado de crédito es una herramienta financiera un poco compleja, pero con una función muy específica en el mundo de las
inversiones y la
bolsa. Básicamente, es un
contrato entre dos partes que se utiliza para manejar el riesgo de crédito, es decir, el
riesgo de que una de las partes involucradas en un
préstamo o en una
emisión de deuda no pueda cumplir con sus
obligaciones de pago.
Imagina que tienes un amigo, Carlos, al que le has prestado
dinero. Tú confías en que Carlos te pagará, pero existe un riesgo de que, por alguna razón, no pueda hacerlo. En el mundo financiero, los derivados de crédito son como un seguro que protege contra ese tipo de situaciones. Una entidad financiera, a cambio de una prima, se compromete a compensar tu pérdida en caso de que Carlos no pague.
El tipo más común de derivado de crédito es el
Credit Default Swap (CDS). En un CDS, una parte (el comprador del CDS) paga una serie de primas a la otra parte (el vendedor del CDS), y a cambio, el vendedor se compromete a compensar al comprador si ocurre un "evento de crédito", como un
impago, en relación con un tercero (como una empresa o un gobierno). Si la empresa en cuestión no tiene problemas y paga sus
deudas, el vendedor del CDS se queda con las primas. Pero si la empresa falla en sus pagos, el vendedor del CDS debe compensar al comprador.
Los derivados de crédito son importantes en los
mercados financieros porque permiten a los
inversores y a las instituciones financieras gestionar mejor su exposición al riesgo de crédito. Un
banco que ha otorgado muchos préstamos, por ejemplo, podría utilizar derivados de crédito para reducir el riesgo de que esos préstamos no sean
reembolsados.
Una curiosidad interesante sobre los derivados de crédito es que pueden ser objeto de comercio. Esto significa que los inversores pueden comprar y vender protección contra el riesgo de crédito de diferentes entidades, lo que puede influir en la percepción del mercado sobre la
salud financiera de esas entidades.
Sin embargo, como con cualquier
instrumento financiero, hay riesgos asociados. La
crisis financiera de 2008 mostró cómo el uso excesivo y la complejidad de los derivados de crédito pueden llevar a problemas. Si las entidades que venden la protección (los vendedores del CDS) no pueden cumplir con sus compromisos en caso de un evento de crédito, puede haber consecuencias graves para los
mercados.
Características de los derivados de crédito
Los derivados de crédito son instrumentos financieros con características particulares, diseñados para gestionar el riesgo asociado a los créditos o préstamos.
A continuación, vamos a ver las principales características de este tipo de instrumento:
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Gestión del riesgo de crédito: La función principal de los derivados de crédito es permitir a los inversores gestionar el riesgo de que una empresa o entidad no pueda pagar sus deudas. Es como si tuvieras un seguro que te protege en caso de que alguien a quien le has prestado dinero no te pague.
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Activo subyacente: En un derivado de crédito, el activo subyacente suele ser un bono o una deuda emitida por una empresa o entidad. El valor del derivado depende del riesgo de crédito asociado a ese bono o deuda.
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Credit Default Swaps (CDS): El tipo más común de derivado de crédito es el CDS. Funciona como un seguro donde una parte paga una prima periódica a la otra, y a cambio, recibe una compensación si la entidad emisora del bono incumple con sus pagos.
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Pago de primas: El comprador del derivado de crédito paga regularmente una cantidad al vendedor. Esta cantidad es la prima y es similar a pagar una cuota de seguro.
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Evento de crédito: Es la situación en la que la entidad que ha emitido la deuda no puede cumplir con sus obligaciones de pago. Esto puede incluir impagos, reestructuraciones de deuda o bancarrotas.
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Liquidación: Si ocurre un evento de crédito, el contrato de derivado se liquida. Esto significa que el vendedor del derivado debe pagar al comprador una cantidad que compensa la pérdida sufrida por el impago de la deuda.
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Riesgo de contraparte: Existe el riesgo de que la parte que vende la protección en un derivado de crédito (el vendedor del CDS) no pueda cumplir con su obligación de pagar en caso de un evento de crédito.
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Mercado secundario: Los derivados de crédito pueden ser negociados en mercados secundarios. Esto significa que los inversores pueden comprar y vender la protección de crédito, lo que puede influir en la percepción del mercado sobre la salud financiera de la entidad emisora de la deuda.
Estas son algunas de las características que poseen los derivados de crédito. No obstante, como vamos a ver a continuación, estas características pueden variar en función del tipo de derivado de crédito.
Tipos de derivados de crédito
Dependiendo del propósito que tengamos o la operación en cuestión, existen diversos tipos de derivados de crédito.
A continuación, se muestran algunos de derivados de crédito más comunes.
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Swaps de incumplimiento crediticio - Credit Default Swaps (CDS): Son los más conocidos y actúan como una especie de seguro contra el impago de una deuda. En un CDS, una parte (el comprador del CDS) paga una serie de primas a otra parte (el vendedor del CDS), y a cambio, el vendedor se compromete a compensar al comprador si la entidad emisora de la deuda incumple su pago.
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Total Return Swaps: En este tipo de derivado, dos partes intercambian flujos de efectivo. Uno de los flujos está basado en el rendimiento de un activo de crédito, como un bono, incluyendo tanto el pago de intereses como cualquier ganancia o pérdida de capital. La otra parte paga una tasa de interés fija o variable. Se utiliza para transferir el riesgo y el rendimiento de un activo de crédito sin necesidad de poseerlo físicamente.
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Bonos vinculados al riesgo crediticio - Credit Linked Notes (CLN): Son instrumentos de deuda con un componente de derivado de crédito incorporado. El emisor de una CLN paga al inversor una tasa de rendimiento a cambio de asumir el riesgo de crédito de una referencia específica. Si ocurre un evento de crédito en la referencia, el inversor puede perder parte o la totalidad del capital invertido.
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Índices por defecto crediticio. Estos índices ofrecen una forma para que inversores se posicionen respecto al riesgo crediticio general del mercado o sectores específicos. Por lo general, están compuestos por un grupo diversificado de Swaps de incumplimiento crediticio. Esto, significa que reflejan la posibilidad promedio de incumplimiento en ese grupo.
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Obligaciones con garantía colateral - Collateralized Debt Obligations (CDO): Aunque los CDO pueden incluir una variedad de activos, en el contexto de los derivados de crédito, a menudo se estructuran agrupando varios activos de crédito, como préstamos o bonos. Luego, estos paquetes se dividen en tramos con diferentes niveles de riesgo y rendimiento.
Como hemos señalado al inicio, y aunque haya elementos comunes, cada uno de estos tipos de derivados de crédito tiene su propio conjunto de características y se utiliza para diferentes propósitos.
Ventajas y riesgos de invertir en derivados de crédito
Invertir en derivados de crédito, como en cualquier instrumento financiero, tiene sus pros y contras. Y hemos de señalar que es muy importante entender ambos antes de tomar cualquier decisión.
A continuación, vamos a ver algunas de las ventajas y los riesgos de invertir en este tipo de producto financiero.
Ventajas de invertir en derivados de crédito
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Gestión del riesgo: Una gran ventaja de los derivados de crédito es que te permiten protegerte contra el riesgo de impago. Por ejemplo, si tienes bonos de una empresa y temes que pueda tener problemas financieros, un derivado de crédito puede ofrecerte una especie de seguro.
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Diversificación de la cartera: Estos instrumentos pueden ayudarte a diversificar tu cartera de inversiones. Al tener un tipo de activo que no está directamente vinculado a las fluctuaciones del mercado de valores, puedes reducir el riesgo global de tu cartera.
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Potencial de beneficio: En el caso de los inversores más especulativos, los derivados de crédito ofrecen la posibilidad de obtener beneficios prediciendo cambios en la solvencia de una empresa o entidad.
Riesgos de invertir en derivados de crédito
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Complejidad: Los derivados de crédito pueden ser instrumentos complejos y difíciles de entender. Esto significa que hay un riesgo de malinterpretar el contrato o no comprender completamente los términos y las condiciones.
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Riesgo de contraparte: Existe el riesgo de que la parte que vende la protección en el contrato no pueda cumplir con su compromiso, especialmente en situaciones de crisis financiera.
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Riesgo de mercado: El valor de un derivado de crédito puede verse afectado por muchos factores, incluidos los cambios en las tasas de interés, las condiciones económicas y las percepciones del mercado sobre el riesgo de crédito.
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Costes: Invertir en derivados de crédito puede implicar costes, como las primas pagadas por la protección, que pueden reducir la rentabilidad general de la inversión.
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Riesgo legal y regulatorio: Dado que los derivados de crédito son contratos legales, existen riesgos relacionados con la interpretación y ejecución de estos contratos, así como con los cambios en la legislación o regulación que podrían afectarlos.
Debemos señalar, antes de concluir, que hablamos de productos complejos, por lo que, en caso de no comprenderlos, es recomendable buscar ayuda o el consejo de expertos.
Ejemplo de derivado de crédito
Para terminar, nada mejor que un ejemplo que nos permita terminar de comprender este concepto.
Imagina que hay una empresa llamada "Applo", que ha emitido bonos para financiar sus operaciones. Como inversor, estás interesado en comprar estos bonos porque te ofrecen un buen rendimiento. Sin embargo, estás preocupado por el riesgo de que "Applo" pueda enfrentar dificultades financieras en el futuro y no pueda pagar sus deudas, lo que afectaría tu inversión.
Para protegerte contra este riesgo, decides utilizar un derivado de crédito conocido como Credit Default Swap (CDS). Aquí es cómo funciona:
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El acuerdo: Entras en un contrato de CDS con otra parte, que puede ser un banco o una entidad financiera. Según este contrato, tú, como comprador del CDS, pagarás una prima periódica a la entidad financiera.
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La protección: A cambio de estas primas, la entidad financiera se compromete a compensarte en caso de que "Applo" no pueda pagar sus deudas, es decir, si incumple con los pagos de sus bonos.
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Cómo se desarrolla: Dos situaciones pueden ocurrir:
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Si "Applo" paga sus deudas: Si "Applo" sigue siendo financieramente saludable y paga sus deudas, tú continuarás pagando las primas del CDS y no recibirás ningún pago de la entidad financiera. Aunque no recibes una compensación, tienes la tranquilidad de saber que estabas protegido.
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Si "Applo" incumple con el pago: Si "Applo" entra en una situación de impago, la entidad financiera te compensará por la pérdida. Esto te protege de la pérdida total de tu inversión en los bonos de "Applo".