Un swap, o permuta financiera, es un contrato por el cual dos partes se comprometen a intercambiar en el futuro los beneficios generados por un producto financiero.
Es decir, un swap es un tipo de
derivado financiero por el que dos partes acuerdan intercambiar una serie de cantidades de dinero en una fecha posterior determinada.
Normalmente, los intercambios futuros de dinero están referenciados a
tipos de interés. Sin embargo, de forma más genérica, se puede considerar un
swap cualquier intercambio futuro de bienes o servicios (entre ellos el dinero) referenciado a cualquier variable observable.
Un
swap se considera un instrumento derivado, ya que se compone de la agregación de instrumentos financieros "simples".
Los swaps se negocian en
mercados Over The Counter (OTC) entre dos privados.
Swap de divisas (Fuente: Econlink)
Partes de un swap
Dado que es un compromiso de intercambio de dinero a futuro, un swap tiene dos partes para cada uno de los contratantes: el compromiso de cobro de dinero a futuro y el compromiso de pago de dinero a futuro. A cada una de estas dos partes se les suele llamar "pata", proveniente del término inglés "leg".
¿Cuáles son los principales tipos de swap?
Hemos comentado que un swap puede referenciarse a cualquier tipo de variable observable. Así, los compromisos de cobro y pago de las dos patas del swap pueden referenciarse a diferentes variables (por ejemplo, tipos de interés, precio del petróleo, precio de la vivienda, cotización de una
acción, intercambio de naranjas, etc).
Los swaps más simples y conocidos en los
mercados financieros son los swaps de tipo de interés. En estos swaps, cada parte está referenciada a diferentes índices de tipo de interés.
Por ejemplo, la entidad A puede pagar un interés fijo de 4% y su contraparte, la entidad B, puede pagar la tasa Libor más 1%.
Asimismo, tenemos los swap de divisas por los que dos partes acuerdan intercambiar determinadas sumas de dinero en monedas distintas.
Objetivos para adquirir un swap
Un swap puede adquirirse con diferentes objetivos:
Cubrir necesidades comerciales o financieras
Las operaciones de ciertas empresas pueden estar expuestas a una determinada moneda o a otras variables, como algún tipo de interés. Entonces, los swaps pueden reducir esta exposición.
Supongamos que una compañía paga un tipo de interés flotante referenciado al
euríbor por una deuda que posee, por ejemplo, el euríbor más 1,5%.
Entonces, la entidad puede ingresar a un swap, pagando a su contraparte un tipo de interés fijo, por ejemplo, 5,5%, y recibiendo a cambio un tipo de interés variable (euríbor +1,5%). De ese modo, la firma deja que estar expuesta a un posible incremento del euríbor.
Conseguir ventajas competitivas
Las empresas pueden, a través de swaps, aprovechar ventajas competitivas en ciertas operaciones de financiamiento.
Por ejemplo, supongamos que una firma española quiere expandirse ingresando en México. Al buscar un préstamo, los bancos españoles le ofrecen mejores condiciones que los bancos mexicanos. Esto es porque la empresa ya es conocida en España, y posee un historial crediticio en ese mercado, pero no en América Latina. Entonces, la compañía puede pedir un préstamo en España y adquirir un swap de monedas, pagando euros y recibiendo a cambio pesos mexicanos.
Al igual que en la especulación en otros activos, se puede entrar en un swap si la visión es que los bienes que recibiremos a futuro van a suponer mayor valor que los bienes que entregaremos a futuro.
Por ejemplo, supongamos que el inversor A ha adquirido un instrumento que le paga un 4% anual y estima que el tipo de interés va a incrementarse. Entonces, se firma un swap con otro inversor B que crea que el tipo de interés va a caer. Así, si en un año el tipo de interés sube a 6%, el inversor B debe pagar 2% (la diferencia entre 6% y 4%) del monto acordado al inversor A. Si en lugar de un alza se hubiera registrado una caída de 2%, sería el inversor A el que debería pagar al inversor B.
Cambiar nuestros bienes o recursos futuros
Puede interesarnos para nuestro negocio intercambiar durante un tiempo bienes o recursos que generamos por otros bienes o recursos necesarios para nuestra actividad o bienestar.
Ventajas y desventajas del swap
Entre las ventajas del swap podemos destacar:
- Permite reducir la exposición a ciertas monedas o a tipos de interés flotantes. De ese modo, se puede lograr una mejor planificación financiera.
- El inversor puede entrar a un swap que calce con sus requerimientos financieros.
- Como ya explicamos, los swaps permiten aprovechar las ventajas de obtener mejor financiamiento en un mercado, para luego cambiar los flujos recibidos por dinero en otra moneda.
Sin embargo, debemos tomar en cuenta algunas desventajas:
- Los montos mínimos exigidos para invertir en ellos suelen ser altos.
- No están exentos de riesgos. Por ejemplo, si se contrata un swap con fines especulativos, este podría generar pérdidas.
- Son instrumentos algo complejos que no están dirigidos a la mayoría de los inversores.
Ejemplo de swap
Las empresas Z e Y firman un swap. La empresa Z pagará una tasa de 5% anual, mientras que la empresa Y pagará la tasa euríbor más 1%. El monto sobre el que se calculan los intereses es de 3.000.000 €.
La duración del contrato es de cuatro años y los pagos son anuales (puede ser también mensual, semestral, trimestral o cualquier otro intervalo de tiempo).
Supongamos que para el primer pago el euríbor es de 4,5%. Entonces, los pagos serían:
Empresa Z: 5%*(3.000.000)= 150.000 €
Empresa Y: (4.5%+1%)*(3.000.000)= 165.000 €
En estos casos, se puede optar por calcular la diferencia entre los pagos. Así, en lugar de que ambas empresas se paguen entre sí, solo la empresa Y pagará 15.000 € (165.000-150.000) a la empresa Z.