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Volatilidad

La volatilidad es un indicador utilizado en bolsa para medir las variaciones que sufre el precio de un determinado activo a lo largo del tiempo. Si un activo sufre muchas variaciones en el precio, diremos que este activo es "muy volátil".

La volatilidad, por tanto, no es más que un indicador usado para medir la variación que sufre el precio de un determinado activo. Si el precio sufre muchos cambios, diremos que el activo en cuestión es muy volátil.

Para calcular la volatilidad de un activo, por norma general, empleamos la desviación típica. Y esto es así por el hecho de que esta nos ofrece la dispersión media de una variable determinada. En este caso, la dispersión media del precio del activo, la cual señala la volatilidad de dicho activo.

En muchas ocasiones no es necesario, siquiera, recurrir a la desviación típica para saber si un activo es muy volátil. Atendiendo a su precio y observando las fluctuaciones que este vive, podemos saber, aproximadamente, si el activo es muy volátil o no.

Con todo, hemos de señalar que en todo momento hablamos de volatilidad y variaciones pasadas. Sin embargo, lo complejo de hallar no es la volatilidad pasada, sino la prevista en el futuro. De esta manera, podemos utilizar esta volatilidad para obtener rendimientos. En este sentido, el indicador más usado para predecir la volatilidad futura en el mercado es el índice VIX, conocido por los inversores como el "indicador del miedo".

La volatilidad en bolsa o volatilidad financiera


La volatilidad es un concepto muy sonado e importante en el mundo de la bolsa. Pues hay que señalar que la volatilidad financiera juega un papel determinante a la hora de llevar a cabo una inversión.

Como ya sabemos, la volatilidad es la variación que vive el precio de un activo a lo largo del tiempo. Si el activo es muy volátil, por ejemplo, podríamos sufrir considerables pérdidas. De la misma manera, esta volatilidad podría comerse nuestro capital de garantía, lo cual daría lugar a una margin call por parte del broker.

Por esta razón, se realizan análisis, como el del margen de seguridad, que permiten conocer si podemos asumir esa volatilidad o no, y si debemos invertir en ese activo. O, de la misma manera, podríamos recibir una margin call preventiva de nuestro broker, en la cual nos avisen de un esperado periodo de elevada volatilidad, así como de la necesidad de depositar más fondos para afrontarlo.

Fórmula para calcular la volatilidad


Calcular la volatilidad de un activo determinado es posible gracias a la desviación típica. De esta manera, podemos calcular la dispersión pasada de una variable, siendo en este caso el precio de un activo.


Fórmula para calcular la volatilidad
Fórmula para calcular la volatilidad

La manera de calcularla parte de elevar al cuadrado las desviaciones. Posteriormente, dividir el resultado entre el número total de observaciones. Mientras que, para acabar, tendríamos que hacer la raíz cuadrada para, deshaciendo el elevado al cuadrado, obtener la desviación y, así, la volatilidad.

Con todo, es importante resaltar que hablamos de volatilidad pasada o volatilidad histórica. Para la volatilidad esperada, se utilizan otros indicadores, como el índice de volatilidad o índice VIX, que veremos a continuación.

Índice de volatilidad o índice VIX


El índice de volatilidad, índice VIX o índice del miedo, como se le conoce a este indicador en el mundo de la inversión, es un indicador usado para predecir la volatilidad esperada en los mercados financieros.

En este sentido, muestra la volatilidad esperada en los mercados financieros estadounidenses a corto plazo.

Su nombre proviene del inglés, haciendo sus siglas referencia a Volatility Index, que en español significa índice de volatilidad.

Pese a que hablamos de un indicador centrado en el mercado estadounidense, existen otros índices, como el VSTOXX o el VXN, que miden lo mismo, pero en estos casos para el Euro Stoxx 50 y el Nasdaq.

Tipos de volatilidad


Antes de acabar, es preciso señalar que al hablar de volatilidad, también podemos hablar de tipos de volatilidad.

Dependiendo de la medición que hagamos, podemos clasificar la volatilidad de la siguiente manera:

Según el periodo (pasado o futuro):

  • Volatilidad histórica: Hace referencia a la variación recogida en los precios durante un largo periodo de tiempo, contrastando con el precio promedio. Habitualmente, suele calcularse para los últimos 12 meses, obteniendo así la volatilidad del activo durante ese año, por ejemplo.
  • Volatilidad implícita o esperada: Hace referencia a la variación que prevé recogerse en el precio de un activo durante un periodo de tiempo determinado. Esta variación no lo sabemos, por lo que no podemos calcularla. Se obtiene a partir de otra serie de indicadores, los cuales permiten aproximar la variación que prevé sufrir el activo en el futuro.

Según la muestra recogida:

  • Volatilidad estocástica: Este tipo de volatilidad hace referencia a los cambios inciertos que se producen en el precio de un activo, los cuales impiden la medición por producirse errores que imposibilitan su cálculo, o inducen a más, y más profundos, errores. Para su cálculo, deben utilizarse modelos más elaborados, como podrían ser los propios modelos de volatilidad estocástica.
  • Volatilidad determinista: La volatilidad pasada. En este caso, aquella que obtenemos a partir de la desviación típica, en un escenario en el que no se producen errores ni cambios inciertos que impidan su cálculo y, por ende, su medición.

La volatilidad de un fondo de inversión


Al igual que la calculamos con el precio de un acción, podemos calcularla con el precio de un fondo, pudiendo analizar la volatilidad que presentan este tipo de productos financieros atendiendo a su precio de participación.

Cuando invertimos en un fondo de inversión, compramos participaciones a un precio determinado. Pese a que esas participaciones se encuentren diversificadas entre un gran número de activos, el precio de participación es el que recoge las variaciones que se producen en los activos que componen dicho fondo.

Por tanto, bastaría calcular la desviación típica sobre el precio de las participaciones para conocer la volatilidad de este tipo de producto financiero. Al igual que ocurre con una acción o con otro tipo de activo.

Un ejemplo de volatilidad: el bitcoin


Para terminar, un claro ejemplo de volatilidad lo encontramos en el bitcoin.

La criptomoneda más conocida en el mundo, como sabemos, es un activo muy volátil.

Su precio, en cuestión de días, se ha revalorizado más de un 200%, de la misma manera que ha sufrido desplomes superiores al 100%. 

Este activo, dado que sufre muchas variaciones y muy pronunciadas, es un activo muy volátil. Además, los cambios repentinos en el precio conllevan un riesgo para el inversor, el cual debe tener en cuenta antes de tomar la decisión de invertir.

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Volatilidad, Francisco Coll, 27 de octubre del '22, Rankia.com

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