De modo que la vida te sonríe. Esto sí que es bueno y qué gracioso. Sería para partirse de risa si no fuera tan triste o patético. ¿Eres afectado, realmente?
Te gusta, por lo visto, que se rían de ti y te consideren, como el pardillo avaricioso que buscaba ganar duros a pesetas. Te resignas a ser señalado como el tonto al que timaron y endosaron estampitas. Debe correr algo de "masoca", en el circuito que forman tus venas o en alguna parte del registro que contiene tu ADN. Está bien, pues, que le saques todo el jugo y que te aproveche.
Tú sigue así, "lumbreras", prepara el caldo gordo a los que te están expoliando disimuladamente y apunta solo a dónde o a quienes, no debes. Hazle el juego a los verdaderos canallas delincuentes y les sigues la corriente. Hay que reconocer que han hecho bien su trabajo y que lo siguen haciendo hasta el presente. Tú, en cambio, cuando termines por despertar, te vas a sacar los pelos y a romperte con un canto "to" los dientes. Al final, tendrán toda la razón los que dicen que te has ganado lo que te mereces. Claro, que, como tú mismo dices, la sarna con gusto no pica.