¿Sabes cual es el problema? Pues una combinación de grandes pifias:
- la primera consiste en pensar que los Planes de Pensiones hay que hacerlos en la banca cuando son productos claramente pertenecientes a la esfera aseguradora. Hay planes gestionados por aseguradores que están con rentabilidades positivas y soportando bien la inflación. En comisiones, mejor. Y, desde luego, la cartera no se fundamenta en la conveniencia de aportar liquidez a empresas de la corporación financiera sino en criterios de rentabilidad para el partícipe.
- la segunda consiste en pensar que el producto es malo, simplemente porque no es capaz de obtener rentabilidades equivalentes a las de la renta variable, cuando las cosas van bien. Nadie se acuerda de las buenas gestoras cuando las cosas van mal en la RV. Normal, si quien nos asiste lo hace desde la banca y "sus" fondos van de pena.
- la tercera es de naturaleza: es un producto pensado para el largo plazo y, para mucha gente, es importante pensar que tienes gestores que son capaces de gestionar fondos con esa mira. Si echamos un vistazo atrás y pensamos cuantas grandes empresas e ideas han desaparecido en los últimos 30 años, comprenderemos mejor el planteamiento. Ahí un ráting es menos interesante que un estilo, que una cultura de empresa. Esa economía productiva que se ha reemplazado tan tontamente por la especulativa. Especular significa ganar a costa de otro que se empobrece e, invariablemente, quien sigue ese modelo a largo alternativamente ocupa una y otra posición. No es la del pensionista.
- por último, casi todos quienes dais voz a Rankia pertenecéis a una élite que conoce, comprende y controla las herramientas del especulador. Pero la gran masa, los curritos, empleados, administrativos, amas de casa y autónomos no tienen ni puta idea de qué y cómo y por qué se instrumenta esto así o asá. Como si ahora a vosotros os propusieran trabajar una mañana en la Lonja del pescado, la más popular de las Bolsas del mundo. En veinte segundos estaríais deprimidos y os echarían a la calle. Pretender que todo el mundo deshoje las mismas margaritas es un grave error. El mundo es complejo; también el del ahorrador.