La posible unificación de BdE, CNMV y DGS
Para mí es un instrumento imprescindible. Los Bancos, valores y seguros se entremezclan sin cesar, y esquivan a su conveniencia a tres cuerpos "policiales". Es necesario un FBI financiero.
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LA CREACIÓN DE UNA “SUPERAGENCIA” CAPAZ DE UNIFICAR A BDE, CNMV Y DGS, ENFRENTA DE NUEVO A SOLBES Y SEBASTIÁN
Se trata sin duda de uno de los cambios administrativos más ambiciosos que el Gobierno de Rodríguez Zapatero tiene en cartera: la unificación de los cuerpos de inspección del Banco de España (BdE), la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y la Dirección General de Seguros (DGS), en un único ente regulador y supervisor de mercados y entidades, una superagencia al estilo de las ya existentes en Italia, Reino Unido o Suecia.
Las ventajas teóricas del proyecto, desde el punto de vista de la eficacia del sistema de supervisión, parecen claras. La idea, además, daría ocupación a los funcionarios del BdE que quedaron mano sobre mano tras la creación del Banco Central Europeo, y permitiría desgajar la DGS de Economía y Hacienda, como pretende Solbes, para colocarla en el ámbito del BdE o de la CNMV.
Parece, sin embargo, que las mayores dificultades con que tropieza el proyecto son de orden político, o más bien de política interna dentro del propio Gabinete, concretadas en la rivalidad que enfrenta al vicepresidente económico, Pedro Solbes, con el asesor presidencial, con categoría de secretario de Estado, Miguel Sebastián.
La clave del enfrentamiento parece radicar en la formidable palanca de poder que otorgará la presidencia de esa superagencia a quien ocupe el puesto. Un poder centralizado en una cabeza y sobre prácticamente el 100% de la economía española. ¿Y quién tiene más títulos para ocupar ese sillón? El vicepresidente Solbes.
Y aquí es donde, de acuerdo con las fuentes, entra en escena Sebastián, contrario a que Solbes dirija el nuevo organismo de control en nombre propio o por persona interpuesta. La alternativa del asesor de Zapatero se llama Manuel Conthe, pero el presidente de la CNMV se ha manifestado públicamente en contra de la unificación de los tres organismos, lo que supone un pequeño contratiempo.
El contencioso podría resolverse a gusto de casi todos si, como se especula cada día con mayor fuerza en los ambientes empresariales madrileños, Pedro Solbes terminara arrojando pronto la toalla, cansado de pelear con algunas de las ministras de cuota del Gobierno ZP y con el propio Sebastián.
En ese caso, el propio Solbes pasaría a ocupar la presidencia de esa superagencia, incluso con el beneplácito de un Sebastián que se convertiría de golpe en titular de Economía y Hacienda. Para ello necesitaría el beneplácito de un partido en el que despierta algunos recelos. De acuerdo con las fuentes, “la jugada tiene la bendición de Zapatero, que quiere consensuarla con el partido”.
Dentro del propio PSOE, sin embargo, la idea de esta superagencia despierta no pocos recelos, centrados en el temor a una todavía mayor merma de la independencia de las inspecciones. Y es que, si para muestra basta un botón, ahí está el Banco de España y su estatus de independencia, que se viene abajo en cuanto analizamos la composición de su Consejo, invadido por representantes de los partidos.
Cualquiera que conozca el funcionamiento del BdE sabe que las inspecciones están acotadas al milímetro para que el inspector no mire mas allá de donde debe mirar. De hecho, intervenciones realizadas por la DGS en entidades aseguradoras jamás se habrían podido hacer desde el BdE.
Un ejemplo ha sido el de Winterthur Seguros, donde la DGS forzó una inyección de fondos y un cambio en el equipo directivo, a pesar de las llamadas del Ministerio para parar el tema, a cuenta de la excelente relación que la aseguradora, a través de la Fundación Winterthur y Jaime de Marichalar, mantiene con la Casa Real.
La integración, en fin, choca con un obstáculo no desdeñable, radic