Sinceramente, tocayo, en la vivienda no se puede hablar de libre mercado (está hiperregulado, excepto los precios, cuya razón no se me escapa). Eso de que a nadie se le pone una pistola en la boca es relativo, ya que la vivienda, aparte de un derecho constitucional, es el bien más básico y necesario de cuantos haya (si excluímos el agua para beber y la comida). Es decir, sin ello no vives, por lo que tienes 4 opciones: comprar, alquilar, vivir en casa de alguien o irte a vivir al raso. La última es peligrosa, la antepenúltima es lo que muchos jóvenes acaban haciendo hasta que su denominación de joven es grotesca y las dos anteriores, el beneficio de unos pocos.
¿Pistola en la boca? Sí, muchas veces.