Irlanda pedirá el rescate
El Gobierno se reúne para aprobar un drástico plan de austeridad, con subidas de impuestos y recortes del gasto público
CLAUDI PÉREZ | Dublín 21/11/2010
Los acontecimientos se precipitan en Irlanda. El ministro de Finanzas irlandés, Brian Lenihan, ha indicado hoy que va recomendar que Irlanda formalice una solicitud de ayuda a la Unión Europea (UE) y al Fondo Monetario Internacional (FMI), en la reunión extraordinaria que el Gobierno debe celebrar este domingo en Dublín. A media tarde, antes de que Irlanda formalizara su petición de ayuda, los ministros de Finanzas europeos daban luz verde al rescate.
Irlanda enseña así todas sus cartas después de haberse resistido da recibir algo más que una ayuda para sus bancos desde la llegada de los funcionarios europeos y del FMI. "Recomendaré que nos beneficiemos del programa de ayuda", aseguró Lenihan a la radio pública RTE, sin dar apenas más detalles. Eso sí, tras las especulaciones que cifran el salvavidas para Irlanda en 120.000 millones de euros -frente a los 110.000 otorgados a Grecia en mayo-, Lenihan explicó que la ayuda no llegará a 100.000 millones.
Toda ayuda tiene contrapartidas. Tanto el FMI como la UE exigirán condiciones al Gobierno irlandés para aprobar el rescate. El Fianna Fail -el partido del Gobierno, en un precario equilibrio político- tratará hoy de afianzarse con la aprobación de un drástico plan de recortes del que apenas se conoce la cifra total: 6.000 millones este año, 15.000 millones en cuatro años, algo así como el 10% del PIB, una cifra mareante que dejará cicatrices.
Según fuentes oficiales, el plan podría presentarse este martes y, si cuenta con el visto bueno de la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), los expertos de estos organismos podrían concluir su "investigación" en Dublín pocos días después. Los irlandeses tendrán que pagar más impuestos y verán reducido el gasto social para paliar los efectos del agujero de sus bancos, que en los últimos años financiaron una enorme burbuja inmobiliaria que finalmente ha estallado dejando serios problemas en suelo irlandés. El acuerdo con las autoridades internacionales conllevaría la introducción de nuevos impuestos, como uno sobre la propiedad y otro sobre las mayores fortunas del país, y la nacionalización de bancos, mientras que las ayudas otorgadas se repartirían entre apoyar al sistema bancario y reactivar la economía real, según los diarios irlandeses. Y recortes en el salario mínimo -el segundo mayor de Europa- o en las prestaciones por hijos.
Pero las incetridumbres no van a a desaparecer. El Gobierno cuenta con una exigua mayoría para aprobar el paquete de recortes antes de fin de año, con el principal partido de la oposición -y diarios como el Sunday Independent- pidiendo la cabeza del Taioseach, el primer ministro Brian Cowen. A esa presión hay que sumar la que ejercen los mercados y el creciente malestar entre los irlandeses, airados por la gestión del Gobeirno en la crisis, por un paquete de recortes que dificultará aún más la recuperación de la economía irlandesa y preocupados por la joya de la corona, un impuestod e sociedades de apenas el 12,5% -aproximadamente la mitad de la media europea- con el que Irlanda ha captado centenares de multinacionales en los últimos años y que ahora Europa puede poner en el disparadero si Irlanda, como parece, acaba pidiendo el rescate.