El riesgo de los chiringuitos dedicados a las criptomonedas
Invertir en criptomonedas*
Imagínate que decides invertir mil eurillos en bitcoins. No los necesitas y piensas que a lo mejor dentro de 10 años te encuentras con algún milloncejo del ala, sin comerlo ni beberlo. Tú has leído que ha habido ciertos señores que invirtieron una mínima cantidad hace unos años y recogieron unas sumas de dinero asombrosas. Sí, leído lector, algunos de esos casos son verídicos, pero eso ya no sucederá en el futuro, o dicho en el lenguaje de las inversiones “las rentabilidades pasadas no tienen por qué implicar rentabilidades futuras”.
En el pasado (hablo de hace sólo unos años) un bitcoin valía un céntimo de dólar. Con un solo dólar podrías comprar 100 bitcoins, por lo que sus beneficios potenciales si conseguían arrastrar la codicia de la gente eran inconmensurables. Cada céntimo de bitcoin se convertía en un solo año en un dólar, lo que suponía un incremento anual del 10.000%. ¡Sí, estimado lector, un 10.000% de rentabilidad anual!
Esto hizo posible que en sólo unos años sus creadores (todavía no identificados, como es lógico), se hicieran multimillonarios. Pero eso ya pasó a la historia, agudo lector. Hoy las criptomendas están en el punto de mira de la mayoría de los gobiernos, que no están dispuestos a que el juego continúe por ese camino sin que ellos puedan controlar al menos su tajada impositiva. También los inversores y especulares de los mercados han entrado ya en la jugada, lo que quiere decir que las criptomendas pueden darte en el futuro una rentabilidad probablemente superior a cualquier otro activo del mercado, pero eso sí, a cambio de un riesgo bastante mayor debido a su enorme volatilidad.
¿Qué es eso de la “volatilidad”?, preguntarás. Pues bien, es muy sencillo de explicar. Imagínate que has comprado esos 1000 eurillos y que en un año has conseguido sacar 1500 euros. ¡No me dirás que un 50% anual de beneficios netos de gastos no es una buena rentabilidad!
Pues bien dado que se trata de una inversión brillante recomendada por tu asesor de inversiones, ambos acordáis dejarla unos años más. Al comienzo del cuarto año ya has conseguido elevar tu inversión a 2800 euros. ¡Brillante!, pero al día siguiente de que te es comunicado tu saldo uno de los grandes inversores, de esos que compraron 1000, tal vez 10.000 bitcoins, deciden hacer caja aprovechando que esta criptomoneda tiene ya un precio excesivamente elevado. El mercado comienza a dar bandazos y termina hundiéndose. Tus 2.800 euros tan pronto suben como bajan de valor, pero finalmente pasan a tener un precio en el mercado de 1680 euros, un 40% de pérdidas.
En ese momento discutes con tu asesor y decides recuperar tu euros. Han transcurrido al menos cuatro años y tus 1000 euros iniciales no han salido del todo mal parados, al menos los puedes recuperar.
Tu gestor te hace cuentas: convertir tus 1680 euros de bitcoins en euros contantes y sonantes tienen un gasto de 90 euros fijos + 13,90% de su valor en euros en la criptomoneda, o lo que es lo mismo de 233,52 euros. A lo que tienes que sumar los 30 euros anuales por cada uno de los tres años de custodia de los títulos, por lo que te liquidan 1680 – 233,52 – 90 = 1356,48 euros.
Tras cuatro años de posible incertidumbre has ganado 356,48 euros, sin contar los impuestos que tú sí que debes pagar al fisco. Si descuentas un 19% a tus beneficios te quedarán 288,75 euros libres de impuestos. Fíjate que te pongo un ejemplo benigno, pues a fin de cuentas tú obtienes unos beneficios razonables, pero ¿y si sólo hubieras invertido 400 euros? Francamente, para ti no ha sido una buena inversión pues te has expuesto a perderlo todo a cambio de un interés razonable. Si en el ejemplo hubiéramos invertido 50.000 euros, las ganancias hubieran sido sustanciales, pero ¿quién se fía realmente de las criptomonedas?.
Para completar tu visión de las criptomonedas, veamos ahora tu inversión desde el punto de vista de tu asesor. Comprar bitcoins con tus 1000 euros (aproximadamente 0,1 bitcoin a la cotización de esa fecha hipotética) te costó ya 90 euros fijos más el 13,90% de tu aportación, es decir de tus mil euros. Eso supone 229 euros, a los que debes añadir otros 30 euros por la custodia bancaria del primer año.
Al vencimiento ya hemos visto que se te cobran 233,52 euros más los tres años no liquidados de custodia bancaria, por lo que para tu asesor tu inversión de 1000 euros sí que es realmente una bicoca, pues en cuatro años le ha sacado casi un 50% de rentabilidad, ¡y sin riesgos, al menos de tipo financiero!.
Fíjate que antes de entrar al mercado ya eres un perdedor de pro, pues capital ya se ha aminorado en aproximadamente 26%. Tus 1000 euros no son ya sino 741 euros. La operación del ejemplo ejecutada hoy, probablemente te hubiera hecho perder bastante dinero. Claro que tu asesor te habrá explicado que esto es lo bueno de las criptomonedas, su gran rentabilidad a corto plazo que te compensará los gastos en los primeros meses, tal vez semanas. En el mundo de las inversiones hay mucha suciedad y es preciso andarse con cuidado para no quedar anclado en la inmundicia.
*Las comisiones y gastos ha sido extraídos de una página web especializada en criptomonedas y sólo pretender ser una referencia, aunque suponemos que estará en línea con otros proveedores de estos productos.
FJ.Sinza