"La Infantería española jamás retrocede, llegado el caso, da media vuelta y sigue avanzando".
El extraño titular de hoy me vino a la mente a raíz de la pregunta, no exenta de socarronería, de un "amigo" de esos que todos tenemos que nos evitan la necesidad de tener enemigos, el cual, a la vista del varapalo sufrido el jueves me preguntó si este era el rally de final de año. Entonces me acordé de una frase que se atribuye al Gran Capitán: "La Infantería española jamás retrocede, llegado el caso, da media vuelta y sigue avanzando".
El jueves nos preguntábamos qué habría pasado para semejante varapalo. No había respuesta. Nada había ocurrido que no se conociera el día anterior, pero una avalancha de órdenes de venta provocaron que la apertura de la sesión en las principales bolsas europeas fuese en negativo, dejando en todos los casos un hueco de escape, a la baja, con respecto al cierre del día anterior.
Esta unidad de criterio habla a las claras de un feroz ataque orquestado por grandes grupos que están derribando los mercados con miles de millones de acciones vendidas a crédito. El porcentaje del capital de las empresas cotizadas que ha sido tomado en préstamo para ser vendido provoca escalofríos. Estos depredadores sólo ganan si hunden los mercados y lo que han vendido a ocho pueden comprarlo a un precios inferiores para devolver esos títulos.
¿Dónde está el problema? En nuestra opinión se han asustado. Tras unos días de corrección, en los que los retrocesos no han profundizado, los principales índices mostraban claros síntomas de estar en puertas de un nuevo giro al alza. Si tenía lugar, sus pérdidas serían terroríficas. Había que actuar rápido de forma coordinada, y es lo que han hecho.
Las presiones bajistas se mantuvieron durante toda la jornada alimentadas, en parte, por inversores que perdían los papeles. Al cierre, Milán encabezaba las caídas con un retroceso del 2,35% seguido de cerca por el Ibex 35 que perdió el 2,25% y del que sólo se salvaron de la quema dos valores: Endesa y Amadeus, ambos con avances del 0,27%. El Cac 40 de la Bolsa de París perdió el 1,94% con sólo dos valores al alza. Le fue algo mejor a Dax 30 de la Bolsa alemana con un retroceso del 1,15% y tres valores con cierre al alza.
Al otro lado del Atlántico las cosas no fueron diferentes. El Dow Jones Industriales abrió dejando un hueco y tras estar bajando durante toda la jornada cerró perdiendo el 1,44% con sólo dos, de los treinta valores que lo componen, en positivo. No le fue mejor al S&P 500 en el que se salvaron de la quema 38 valores de los 500 que ponderan en el índice.
¿Y ahora, qué? Es probable que los bajistas esperen a ver si, por inercia, el empuje dado hacia abajo a los mercados de renta variable se autoalimenta sin necesidad de nuevas intervenciones. Y si es así, se están equivocando. El viernes vimos un primer intento de rebote al alza, lo que evidencia que hay dinero dispuesto a entrar en cuanto los precios comienzan a ser atractivos, aunque el exceso de prudencia diera lugar a que al final se impusieran los recortes. Recortes que no fueron significativos. El Ibex 35, el índice más castigado el día anterior, fue el que mejor se comportó el viernes, con un modesto retroceso del 0,32% y 15 valores cerrando en positivo, frente a los 6 de la Bolsa francesa, otros tantos del EuroStoxx 50 y los 3 de Bolsa alemana, que terminaron el día con ligeros avances.
Tenemos la sensación de que la batalla contra los bajistas va a ser a muerte. Pero si los bancos aportan su granito de arena y los bajistas le ven las orejas al lobo, serán ellos mismos, cerrando cortos de prisa y corriendo, los que relancen las bolsas al alza.
HODAR