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Barreras en la contratación de larga duración y desequilibrios entre el puesto y la formación laboral.
A pesar del buen comportamiento de España en el desarrollo de su propio talento, se carece de un marco regulador y de un mercado adecuado que promueva la competencia, innovación y los negocios.
De manera que la regulación española presenta numerosas barreras a la hora de la contratación de larga duración, ocupando el puesto 85 de un total de 93 países incluidos en el Índice Global de Competitividad del Talento (GCTI).
Tras el estudio realizado por Adecco, se ha señalado que el principal factor negativo en este campo es la relación entre el salario mínimo de trabajadores en su primer empleo y su productividad, seguidos de los impuestos y la duración máxima acumulada de los contratos permanentes.
Sin embargo, el buen comportamiento en el desarrollo de su propio talento se ha conseguido mediante un buen rendimiento en educación formal, así como un rendimiento también aceptable en formación permanente, incluida la que se da dentro de la empresa y la calidad de las escuelas de gestión. En esta última categoría, España sobresale con respecto al resto de países analizados, ocupando el cuarto puesto, solo superada por Suiza, Bélgica y Reino Unido. Además, el acceso a oportunidades de desarrollo profesional es también positivo.
Además, el estudio también ha señalado que todos los países se enfrentaban a preocupantes desequilibrios entre la demanda de capacidades específicas y la oferta de candidatos adecuados. Existiendo 8,4 millones de puestos de trabajo que no se ocupan por desajustes en las capacidades y en la geografía. Por lo que el mundo se enfrenta a una gran escasez de personal cualificado.
Competitividad Internacional