Esa complejidad genera trabajo, pero a su vez, también aumenta costes.
Hay gestorías que les irá bien el aumento de complejidad, al verse favorecidas por un mayor volumen de trabajo. Pero a otras, el aumento de costes implicados (sin que sea fácilmente repercutible en precios), las perjudica más que beneficia.
Podríamos concluir que las grandes asesoras y consultoras, que pueden fácilmente implementar automatización de procesos, y pueden sufragar disponer de analistas especializados, así como una clientela más dispuesta (empresas medianas y grandes), se ven favorecidas.
En cambio, la típica asesoría/gestoría de barrio, que trabaja con pymes y particulares, sin personal analista especializado, y con procedimientos difícilmente automatizables, se ve tan perjudicada como cualquiera.
la plus belle des ruses du Diable est de vous persuader qu'il n'existe pas!