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Re: Indexa Capital
Nuevamente, desvía la atención de lo verdaderamente importante, pero responderé.
Soy Auditor de Seguridad Informática desde hace 24 años, con especialización en entidades financieras, por lo que algo entiendo del tema. Lo que me expone no aporta nada relevante.
Entidades de enorme tamaño siguen confiando la validación de transferencias bancarias a un simple código de confirmación por SMS, un método vulnerable con múltiples técnicas de ataque extremadamente simples. Sin embargo, cumplen con los requisitos mínimos exigidos y, por lo tanto, superan auditorías. ¿Significa esto que sus sistemas son seguros? Por supuesto que no.
Ustedes mismos han implementado la doble autenticación, al igual que Renta4, pero otras entidades, cien veces más grandes que ustedes, siguen aprobando auditoría tras auditoría sin ella. Por eso, que ustedes superen auditorías o sean una empresa de gran tamaño no es garantía de seguridad ni de transparencia.
Lo que sí habla de ustedes es su nivel de transparencia, y en este caso, no ha sido el adecuado. En una conversación conmigo hace años, usted mismo me ofreció la posibilidad de obtener las claves de lectura de Inversis (sin que yo se lo solicitara). Ahora, en cambio, considera que es algo “ultrapeligroso”.
Permítame decirle que no lo veo así. Que ustedes compartan mi email o mi teléfono con Inversis no me parece en absoluto un riesgo. Lo que sí me resulta preocupante es que antes me sugiriera acceder a esas claves de lectura —algo que hoy considero esencial en términos de transparencia— y que ahora, cuando se les pide una explicación sobre por qué no permiten visualizar mi dinero en el banco custodio, su única respuesta sea que “somos muy grandes y nos auditan muchas veces”.
Con todo respeto, este es el argumento típico del directivo (y del político): cuando no se tiene una respuesta sólida, se desvía la atención hacia un punto donde se siente más cómodo, resaltando lo grandes o auditados que son.
No le quito más tiempo, sé que estará ocupado. Le deseo éxito en sus decisiones, ya que, en definitiva, sus aciertos repercuten en mi beneficio.
Atentamente,