El índice bursátil inglés FTSE 100 acumula una subida del +12,5% en 2016 y del +17,4% desde el Brexit, en contraste con la depreciación de la libra frente al euro del -16,1% y -12,4% respectivamente en esos períodos. Con esto el PER de 2016 se disparó hasta las 18,6 veces, pero según estimaciones de consenso volvería a caer en 2017-18 hasta las 15,3 y 13,4 frente a la media de 14,3 veces en los últimos 5 años. Por eso, a pesar del rebote que acumula hay razones para no esperar recortes muy profundos en las tomas de beneficios y en momentos de rebote, más capacidad de mejora para este índice frente al resto de europeos(con menor visibilidad) tanto por la evolución de los beneficios como por la política monetaria acomodaticia que el Banco Central de Inglaterra va a seguir tras el Brexit.
En cuanto a los beneficios del FTSE, estos tienen una mayor correlación con el tipo de cambio efectivo nominal, el precio de los metales y el PIB de los emergentes que con el PIB del propio Reino Unido y los tipos de interés a corto plazo. Así estimamos que los beneficios crecerán un +5,0/+10% para 2017 y +10% para 2018, lo que nos sitúa muy por debajo de las expectativas del consenso de +22,3% y +13,7%. En base a nuestras expectativas existe cierto riesgo de revisiones a la baja para los beneficios, ya que para cumplirse las expectativas del consenso haría falta ver una depreciación de la libra hasta cerca de la paridad con el euro, un precio del crudo por encima de los 60 dólares y un repunte de las materias primas superior al +10% en los próximos 12 meses, algo que no esperamos.
Dicho esto, las revisiones de beneficios de 2016 a 2018 para el índice han sido positivas desde inicios de julio (tras el referéndum), fecha hasta la que acumulaban recortes superiores al -5%. Tras esta mejora de sentimiento tan sustancial no es descartable que las revisiones de beneficios al alza se frenen en las próximas semanas e incluso se volverán ligeramente negativas a inicio de 2017 sobre todo si, como esperamos, la debilidad en el tercer trimestre se acentúa.
Respecto a la política monetaria, a pesar de la mejora en las sorpresas macro del Reino Unido de las últimas semanas, un mayor deterioro de los datos en la medida que se concrete su salida de la UE, abre la posibilidad a que el Banco de Inglaterra acabe introduciendo nuevas medidas, justificando incluso mayores subidas del PER medio.