Feliz día del libro a todos.También felicito a todos los Jordis y Jorges del foro.Este es un relato de 800 palabras que presenté hace poco para un concurso y que comparto con vosotros. LA VENTANA Mercedes Sandemetrio Funes, Merche para sus familiares, amigos y compañeros de la oficina del registro civil de Berga, desapareció el jueves 19 de mayo del 2022 en extrañas circunstancias. Se conoce que Mercedes Sandemetrio Funes, en adelante la desaparecida, tenía 35 años la última vez que fue vista. Josep Garriga, propietario de la finca y vecino suyo desde hacía cinco años ―el tiempo que llevaba la desaparecida viviendo en Berga―, se cruzó con ella cuando esta entraba en el portal: «Buenos días, Merche, hoy libras temprano, ¿eh?», le dijo sobre las 11:45 del miércoles 18 de mayo; a lo que ella contestó: «sí», según consta en el atestado policial. A las preguntas de si observó que la desaparecida mostraba algún síntoma o actitud sospechosa, el señor Garriga contestó que «no», añadiendo que se trataba de una mujer educada pero con un carácter reservado. En declaraciones tomadas por el cuerpo de Mossos d’Esquadra de Berga a dos compañeros de trabajo, ambos afirmaron que la desaparecida «llevaba unos días con un comportamiento extraño», y que había llegado tarde en dos ocasiones, algo insólito, pues hasta la fecha siempre había sido puntual. Preguntados por si estos hechos sólo se habían producido en los días previos a su desaparición, o si en alguna ocasión precedente habían tenido lugar por parte de la desaparecida, los dos funcionarios coincidieron al responder negativamente. Preguntados Ana María Funes y Luis Sandemetrio, residentes en Barcelona, en calidad de denunciantes y padres de la desaparecida, estos refirieron que la última vez que hablaron con ella la encontraron muy nerviosa, y que en un momento dado susurró un par de veces las siguientes palabras: «vivir en el pasado viviendo el presente», de tal forma que parecía una suerte de mantra. Dicha conversación tuvo lugar el 12 de mayo, una semana antes de que Mercedes Sandemetrio Funes desapareciera. Tras abrir la puerta con las llaves que el señor Garriga facilitó a la policía, se evidenció que la misma no había sido forzada. Ya en el interior del piso, los agentes notaron que allí hacía frío y que probablemente se debía a que la ventana del comedor estaba abierta de par en par. No se halló ningún indicio que pudiera explicar la desaparición. Durante este primer registro, se encontró una cartera con la documentación de la desaparecida, así como su teléfono móvil, que analizado días después por la policía científica no reveló ningún dato significativo. Tampoco faltaba ningún objeto de valor, y todo parecía estar en su lugar. Se encontraron unos fragmentos pequeños de lo que parecía ser la clase de vidrio del que están hechos los espejos. La muestra era tan escasa que no se le dio relevancia alguna. En una de las habitaciones se localizó sobre un armario una maleta de viaje vacía. Según pudo informar con posterioridad su madre, toda la ropa de la desaparecida se encontraba en sus respectivos cajones. Mercedes Sandemetrio Funes, literalmente, parecía haberse desintegrado. A continuación se transcribe de forma íntegra el documento que, junto a la denuncia, el atestado policial y el resto de diligencias, conforman el expediente, y que hasta la fecha, dos años después, constituye la única prueba como tal. Fue hallado en el domicilio de la desaparecida durante la inspección ocular llevada a cabo por el agente Ramón Bertomeu Fonollosa, dos días después de la denuncia: «Sobre la mesa del comedor junto a un bolígrafo marca bic de tinta azul, hay una libreta en espiral de color morado de 21x14 de tamaño de la marca Oxford. Abierta por su primera página, se lee la siguiente frase: «vivir en el pasado viviendo el presente, cuando el pasado se pierde en el futuro». Bajo estas líneas la escritura se volvía cada vez más confusa, y tras varias páginas, la tinta azul había terminado por secarse entre garabatos de un trazo fino y tembloroso. No obstante, los peritos calígrafos consiguieron traducir el último testimonio que Mercedes Sandemetrio Funes dejó antes de su extraña desaparición: «Mis recuerdos me atrapan y pronto seré engullida por su reflejo. En ellos la esperanza nace muerta. Es cuestión de días, horas, minutos… Escribo desde el ahora con las pocas fuerzas que me quedan mientras, impotente, veo cómo estoy dejando de ser. Escribo para que sepáis que no me fui, que no me he ido. Ya llega, ya se cierne sobre mí...». Lo cierto, la única verdad, es que Merche, la madrugada del 20 de mayo, no pudo salir del espejo que giraba suspendido en el interior de su mente. Y así fue como se quebró en mil pedazos. El viento de la mañana siguiente la arrastró a través de la ventana que, por siempre, en su memoria habría de permanecer abierta, sin cambios, inalterable como los recuerdos que la habían alcanzado para no olvidarla jamás.Santi