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Cuando empieza un año vemos un motivo para analizar ese plazo de tiempo y compararlo con otro. Al empezar y acabar con fiesta es un plazo de tiempo suficiente para no ser tan corto y caer en el aburrimiento ni tan largo que no sea controlable, suele ser una buena base de referencia. Así, es una buena fecha para apuntarse a un gimnasio, a dejar de fumar o para hacer examen de conciencia y mirar ciertos errores cometidos considerarlos lejanos y no cometerlos más. A la práctica todo esto no se suele llevar a cabo. Los gimnasios hacen oferta atractiva para todo el año y así se aseguran un cliente que no volveria cuando se le acabe el primer ímpetu, se seguirá fumando y se seguirá con el mismo tipo de inversiones; me comenta un gestor que hace declaraciones de renta que sus clientes que tienen acciones, cada año cometen los mismos errores: compran arriba, se hacen inversores value cuando salen noticias de Buffet o pasivos según soplen esos aires por los mercados. Lo comenta con ellos y lo entienden pero no se produce ningún cambio año tras año.

Evidentemente el uno de Enero es solo una continuación de Diciembre y no hay ninguna barrera natural, tanto que algunos mercados tienen el cierre el 31 de Marzo, incluso algunas empresas no cierran su ejercicio con el año natural, aunque siguen haciendo ejercicios anuales.

Una estrategia basada en la suma de tramos cortas genera unas desviaciones sobre el objetivo final de la estrategia. Una estrategia basada en el largo plazo no puede estar basada en resultados anuales. En inversiones los objetivos de largo plazo se han de hacer con productos e ideas de largo plazo y los de corto plazo con productos de corto plazo.

Kostolany expresaba de la siguiente forma la divergencia entre economía y mercados: Un hombre pasea por la calle con su perro. El perro se adelanta a su dueño y regresa. El hombre lleva un camino lineal y el perro va y viene constantemente. El hombre es la economía y el perro la Bolsa. En conclusión: a largo plazo la economía y la Bolsa progresan en la misma dirección, pero durante tramos, ambos pueden tomar direcciones totalmente contrarias. Esto demuestra que la economía y la Bolsa andan en paralelo. Sin embargo, al igual que ocurre con el perro y su dueño, la economía y la Bolsa siguen a largo plazo, la misma dirección. Salen de la casa y vuelven juntos pero si lo dividimos en trayectos los resultados son muy dispares, incluso si la media de los paseos dura aproximadamente lo mismo.

A principios de los años 2012 y 2013 manifesté en posts la idea que tenía sobre la posible evolución de esos años. Por supuesto que lo hacía en condicional, como lo hago siempre.

Para el año 2016 hay demasiadas dudas (y cuando no las hay se complican las cosas), la prueba está en la asignación de activos que se está haciendo durante el año 2015 donde vemos que la partida en Fondos mixtos ya es 30,2 % del total del patrimonio de los Fondos de Inversion,con un incremento constante y acelerado cada año; muy por encima de los fondos monetarios, en segundo lugar, que tienen un 18,2 % del patrimonio y están en retroceso cada año por razones evidentes. El gran incremento de los fondos mixtos tiene mucho que ver con la idea poco clara de que activos son los adecuados para el año entrante y es una solución equidistante entre la renta fija y la variable.

Entre los acontecimientos más claros está la esperada subida de tipos de interés en EEUU. El acontecimiento ya no es la subida sino cómo será la escala gradual que adopten. Analistas macroeconómicos esperan que el rendimiento del bono EEUU a 10 años suba al 3 por ciento a finales de 2016 desde el 2,26 % actual; un 0,74 % no es mucho, pero sobre tipos actuales es un incremento del 33 % y lo notaran preferentemente las empresas exportadoras y los usuarios de hipotecas que tendrán una disminución de su renta disponible.

Las consecuencias de la crisis han sido graves y las consecuencias aun están por ver. Cuando la seguridad del bono alemán a 10 años tiene una rentabilidad del 0,62 % revela el escaso crecimiento previsible para los próximos años.

Por mi parte considero que las empresas que durante la crisis ha sabido crecer lo seguirán haciendo como Inditex y Grifols con un ROE del 26 y del 16 % respectivamente. Mientras estas empresas generen esta rentabilidad a sus fondos, hacen bien en repartir pocos dividendos.

Desde el punto de vista macroeconómico la economía mundial debería de tener una ligera mejora y en Europa debería de notarse. Los bajos tipos de interés deberían de generar suficiente volatilidad en el año como para ver en el Eurostoxx 50  (ya es nuestro mercado doméstico) momento para entrar, o sea, cuando el hombre del perro de Kostolany se aleje demasiado.

Así empieza lo malo. Este es el título de un libro de Javier Marías y lo he añadido a la presentación del año 2016. El título lo sacó Javier Marías de una obra  Shakespeare y en el original completo dice “Así empieza lo malo y lo peor queda atrás”. La novela está ambientada en una época en la que se empiezan a contar en privado cosas lejanas que muchos españoles se habían visto obligados a callar en público durante decenios. Realmente empieza lo malo porque hay historias que no se han cerrado bien y la parte positiva es que se ha dejado atrás los peor.

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