Hace un año algunos hicimos un análisis racional sobre el sistema bancario y alegamos que habría grandes dificultades ya que se suponía un futuro sombrío para la economía en general, pero no veíamos el Apocalipsis que se profetizaba, pero claro el pensamiento moderado vende poco y la critica fácil consigue muchos aplausos; cualquier crítica dura, aunque era evidente que había datos falseados o en muchos casos ni tan siquiera eso, era copiada y pegada por blogs y foros multiplicando su expansión y consiguiendo un seguidismo ovejuno que mantenía a los seguidores del análisis marginados y se otorgaba a las ligeras opiniones el rango de máxima autoridad y creando esta corriente supuestamente de escepticismo realista.
Hoy en cambio, un articulista de un medio muy conocido por su agresividad en sus comentarios sobre el sector nos dice que “rectificar es de sabios” y que los analistas internacionales dan marcha atrás en su percepción de la banca española y que la cosa no es para tanto; las criticas que recibimos los que hicimos un análisis reflexionado no tienen marcha atrás, en cambio artículos precipitados y con dudosa ética, con un examen de conciencia y tres padrenuestros ya está arreglado. Por otro lado el artículo publicado ni tan siquiera rectifica ya que culpa del mal análisis a los analistas internacionales. cuando los que han pretendido hacer daño son los medios nacionales. Curiosamente el cambio de opinión no está relacionado con algún dato nuevo ya sea interno del sector o datos macroeconómicos relevantes que reconsideren el análisis previo, según nos dicen “se trata de que los bancos españoles se benefician de un colchón cómodo de reservas acumuladas antes de la crisis y de una saludable capacidad de generar beneficios” exactamente lo mismo que se había expuesto desde hace tiempo, nada nuevo bajo el sol. Solo una diferencia, en aquella época yo era pesimista sobre el futuro pero sin el matiz apocalíptico que le daban y actualmente sigo con la misma opinión y no veo el motivo de tanto optimismo y es que cuando no hay análisis es fácil caer en el efecto péndulo.
Podrían haber seguido leyendo a Voltaire y habrían obtenido otras reflexiones:
Proclamar la libertad de pensamiento y muera el que no piense como yo.
No hay verdad que no haya sido perseguida.
Solo es posible afirmar en geometría.
Calumniad, calumniad, que algo quedará.
Decir esto a estas alturas me sugiere varias preguntas. Esos analistas ¿han de seguir exponiendo sus análisis? Esos articulistas ¿Han de seguir escribiendo así? Los aficionados a cortar y pegar” ¿seguirán cortando y pegando cualquier cosa? Los que aparentemente no se beneficiaban y lo hacían ¿no reconocerán un problema ético? Las preguntas son retóricas porque creo todas tienen la misma respuesta: rezar tres padrenuestro y a otra cosa.