Cuando alguien decide ponerse corto en una empresa es porque tiene motivos para pensar que el precio al que está cotizando es demasiado elevado comparado con el beneficio que puede obtener un posible inversor que decida tomar una participación en esa empresa. Piensa que el mercado en algún momento tendrá la misma percepción que él y la cotización bajará hasta el precio que resulte atractivo para ese posible inversor. Algo así está pasando con Iberdrola. Parece que al mercado no le ha gustado la huída hacia adelante que tomó la empresa con el aparente objetivo de ponerle las cosas complicadas a ACS. Ha cumplido su objetivo, pero también ha conseguido perder el interés de los inversores porque la espiral de compras en que se metió, por ahora, ha generado más deudas que beneficio. Esperemos que sean cosas del corto plazo y que a la larga vuelva a captar ese interés perdido.
Algún día, cuando pase la crisis, se verán los efectos positivos de las compras, pero por ahora, desde el punto de vista del Balance solo se ha conseguido aumentar el Fondo de Comercio y el endeudamiento y desde el punto de vista de las cuentas de Pérdidas y Ganancias y Flujos de Efectivo disminuir los ratios por acción como consecuencia de las continuas diluciones por las sucesivas ampliaciones de capital como pago de dividendo o para dar entrada a nuevos accionistas. En los últimos tres años el número de acciones se ha incrementado en un 17,6 % lo que requiere que el beneficio neto se incremente en el mismo porcentaje si no se quiere perder valor y por ahora no se consigue.
Según la información que ha dado la empresa en la presentación de los resultados de 2011la generación de energía eléctrica ha disminuido un 5,8 % y la culpa de esta disminución la tienen España donde ha bajado un 11,4 % y Reino Unido donde la caída aún ha sido mayor, el 18,7 %, en Estados Unidos y en Latinoamérica se ha crecido. La energía distribuida ha sido un 2,3 % mayor, pero no se da el dato a igualdad de perímetro de consolidación. La consecuencia es que entre que se genera menos energía, que los costes de generación y los financieros son mayores y que ha sido necesario un saneamiento extraordinario por importe de 286 millones por los activos térmicos del Reino Unido, resulta que el beneficio antes de impuestos ha caído un 10,1 % y solo el hecho de pagar menos impuestos ha permitido que el beneficio neto caiga solo un 2,3 %. Lo que no cuenta la empresa en la presentación de los resultados es que con tanta ampliación de capital el beneficio por acción ha caído un 6 % lo que hace menos atractiva la empresa para los nuevos inversores. Tanto los márgenes sobre ventas como sobre capital invertido disminuyen.
Si hacemos las cuentas sin tener en consideración los resultados y costes extraordinarios y con la tasa impositiva correcta llegamos a la conclusión de que el flujo de caja generado por acción es de 0,91 euros, pero de aquí tenemos que descontar el coste de mantenimiento del inmovilizado así como la amortización de los casi 28.000 millones de deuda neta que tiene la empresa y que no se trata de estar constantemente refinanciándola. Hay que amortizar deuda todos los años como norma general. Restando estos costes quedan solo 0,15 euros por acción y este sería el dinero que podría pasar a manos del accionista vía dividendo o vía incremento de valor de la acción si no hubiera tenido problemas con la gestión del capital circulante como realmente los ha tenido lo que resta 0,16 euros por acción dejando el saldo negativo en -0,01 euros. Dicho de otra forma: sin extraordinarios y con la tasa impositiva correcta en 2011 la empresa no ha generado flujo de caja suficiente para atender el negocio, amortizar deuda y retribuir al accionista, por eso refinancia la deuda ya contraída e incluso la incrementa en 654 millones. Visto así no tiene ningún aliciente invertir en la empresa y por eso hay quien se pone corto esperando que baje su cotización incluso por debajo de los 4 euros.
Estas cuentas se pueden hacer de muchas formas, dedicar menos capital a mantenimiento del inmovilizado, alargar el plazo de amortización de la deuda, etc, pero aún así lo que queda para el accionista es tan poco que no merece la pena la inversión teniendo en cuenta que hay otras empresas en las que se puede obtener una buena rentabilidad. Y mientras tanto, según el suplemento dominical de El País, el presidente de esta empresa es uno de los ejecutivos mejor pagados de España y además en reconocimiento a la labor desplegada durante el ejercicio 2011 el consejo acordó concederle una gratificación excepcional de un millón de euros. En total 9,5 millones de euros.
Lógicamente esto no es una recomendación de compra, simplemente es una interpretación personal de la información que la empresa comunica a la CNMV y nada impide que podamos comprarla más barata.
Saludos.
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