El último dato de la inflación en España pone de actualidad este post.
La recesión es la disminución de la actividad económica de un país durante un periodo de tiempo concreto, medida por el PIB real. Habitualmente se considera que un país entra en recesión después de dos trimestres consecutivos con crecimiento negativo. En general, se suele caracterizar por un descenso de casi todas las variables económicas como: la producción, el empleo y las rentas de las economías domesticas. Esta situación hace que disminuya el poder adquisitivo y por lo tanto lo hagan el consumo y la inversión, entrando en un circulo vicioso que se retroalimenta. Puede producirse de forma suave o brusca, en el último caso podemos hablar de crisis económica.
La depresión no tiene una definición tan aceptada como la recesión, se la considera cómo una recesión anormal prolongada en el tiempo, que se caracteriza por un aumento anormal del desempleo con restricción del crédito. Los periodos de depresión se distinguen por caídas del PIB superiores al 10% y una duración de más de tres años.
Un aspecto común en épocas de recesión prolongada y depresión es la deflación, que es la caída sostenida y generalizada de los precios debido a la reducción drástica del poder adquisitivo, lo que lleva a un desequilibrio en el mercado entre oferta y demanda al ser esta última menor.
En general, tanto los poderes políticos como los económicos están poco interesados con la existencia de la deflación ya que representa menos beneficios para las empresas y para las familias, menor recaudación de impuestos y la consecuente necesidad de reducir gastos por parte de las administraciones publicas, por lo que se empeñan en aplicar medidas tanto monetarias como fiscales para convertir la deflación en inflación aunque sea artificialmente, forzando la subida de los precios no por un aumento de la demanda sino por un incremento del impuesto asociado al producto, el famoso IVA, lo cual conduce al peor escenario económico posible: la estanflación, que consiste en un periodo económico recesivo acompañado de una inflación más o menos elevada que acentúa la depresión.
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