Esta cumbre ha servido para que el presidente Sarkozy le venda unas cuentas centrales nucleares a Inglaterra, y es ahí donde yo quiero incidir. A parte de que ha sido una visita algo rosa, han faltado yo creo que dos protagonistas importantes en esto del sector energético. Han faltado a la cita Alemania y España. Dos potencias económicas y que llevan unos planteamientos totalmente distintos en este aspecto de la energía nuclear.
Construir una Europa siempre con dos ejes creo que deja siempre pobre las aspiraciones de alineación europea. Además, con un eje, Londres, que no es que esté muy por la labor de una integración económica con Europa la situación se vuelve más que insostenible. Y sobre todo, una cumbre que tenga como eje fundamental el sector energético.
Una política energética común
Todos recordaremos los últimos años con al OPA de Endesa, gas natural, E.On y compañía. Lo que supuso en el espacio del sector energético europeo. A parte de que yo pienso que el gobierno español llevo la situación erróneamente, se quedaron muchas cuestiones en el aire.
Aquella empresa alemana E.On que no entendía los impedimentos que estaba vertiendo en gobierno español en su operación empresarial, meses depuse pidió al gobierno alemán una serie de medidas que lo protegieran de compras foráneas. ¿Interesante verdad?
Vayamos al grano. ¿Sería interesante una política estratégica comunitaria común en términos energéticos? Es decir, una política unificada como la PAC en agricultura, ¿o es mejor que cada país interprete sus necesidades de la manera más oportuna?
Europa ha firmado y confirmado el protocolo de Kioto, que propone unas barreras en la emisión de CO2 importantes para las economías occidentales. Y lo peor es que los objetivos no se están cumpliendo. De ahí surge el modelo francés de centrales nucleares, una energía limpia, no contaminante. De ello profundizaremos más adelante.
Una política estratégica energética común podría ser importante para Europa, pero existen varios factores no controlables por la Unión como son el gas y el petróleo. Bases de nuestros sistemas de producción energéticos. El gas en manos de Rusia, que además hemos podido observar la poca capacidad de Europa de poder negociar en bloque ante un tercer país. El petróleo, porque bate máximos históricos y, aunque el dólar siga cayendo, está manteniendo un incremento de costes de producción y precios, que provoca la lenta reacción de las autoridades europeas frente a la crisis financiera.
Dos modelos alternativos al petróleo
Por este motivo existen dos posibilidades, las centrales nucleares, que llevan años en funcionamiento y las energías renovables. La pregunta es ¿pueden ser dos buenos sustitutos del gas, petróleo y carbón?
Aquí ya entramos en un terreno de discusión. Por ejemplo, Francia ha basado sus incrementos de energía con las centrales nucleares, cerca del 75% de su producción eléctrica proviene de la nuclear. Mientras que en países como España se ha optado por las energías renovables, producción que está lejos de poder ser un sustituto fiable de las antiguas formas de creación energética.
En mi opinión, si bien es cierto que las centrales nucleares no emiten CO2 a la atmósfera y por tanto la podríamos llamar “limpia”, tiene un defecto que son los residuos nucleares. Este tema es muy peligroso, porque puede que con esto atajemos el efecto invernadero, pero destruiremos una parte importante de nuestro entorno. Además, ni que decir de los peligros de fugas nucleares, que pueden provocar el pánico en la población.
Además, ¿quien estaría dispuesto a vivir al lado de una central nuclear en nuestro país? Una pregunta que gran parte de nosotros responderíamos con un no rotundo. Por consiguiente, la energía nuclear podría ser una alternativa interesante, pero que no cuenta con el beneplácito de los dos grandes políticos españoles, ni con una conciencia arraigada en nuestra sociedad, de las bonanzas de este tipo de energía.
Aunque hay que tener en cuenta que la construcción de estas centrales nucleares en Inglaterra va a generar grandes ingresos a empresas como EDF y emplearán en su construcción alrededor de 100.000 trabajadores. Cuestión que en estos momentos no deberíamos de dejar de lado, visto el parón inmobiliario.
Por otro lado, las energías renovables, ¿hasta que punto pueden ser una solución real de futuro? En estos momentos las energías renovables no están consiguiendo implantarse como energía alternativa. Incluso con las ayudas gubernamentales. Por tanto, cabe esperar que el día que desaparezcan estas ayudas la energía renovable no llegue a los objetivos marcados. Se quede en un mero porcentaje en el total de la producción.
Seguimos pues sin tener ninguna alternativa fiable “limpia” y competente ante el petróleo, el gas y el carbón. Por tanto, creo que esto debería ser una prioridad para la Europa unida, y ser tratado con la importancia que se merece.
¿Hacia donde nos dirigimos?
Este tipo de cumbres puede ayudar a que otros países pongan el interés, no solo comercial como el caso de Francia sino además el interés, de llegar a un consenso europeo de cómo afrontar los objetivos de Kioto y como podemos conseguirlos con al consecución de alternativas y que esto no suponga un desgaste para la economía y las empresas. Cuestión que repercutiría inmediatamente en el precio y por tanto, en el consumidor, o sea nosotros.
Hemos oído hablar que el futuro las guerras serán por el agua, pero que nadie olvide que el futuro también traerá consigo una guerra por la energía limpia, barata, y eficaz. El agua es importante, pero también lo es la producción energética. En este sentido, España debería de tratar este tema para que su dependencia energética del exterior cada vez fuese menor, y no se viesen tan involucrados los precios que pagamos los consumidores a las voluntades de ciertos “lobbies” en el petróleo, gas o carbón.
Deseo que este artículo sirva para que más de uno reflexione sobre el futuro que nos aguarda en el sector energético, y que pidamos soluciones a un tema importante para nuestra economía, y de la que dependemos todos.