La suspensión de cotización de una empresa es una medida de carácter temporal ordenada por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). El objetivo de la suspensión es la de proteger a los inversores, evitando que se produzcan operaciones en momentos en los que un valor está sujeto a determinadas circunstancias que alteran el desarrollo habitual. También se suspende la cotización en otros supuestos:
- cuando una sociedad incumple su deber de informar al mercado
- cuando se presenta y aprueba una OPA o una OPV sobre valores cotizados.
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Pese a que la decisión de suspender la cotización reside en la CNMV, en determinados casos de mayor gravedad, también podrán tomar esta medida las Sociedades Rectoras.
La suspensión es una medida de carácter temporal, por lo que no debemos confundir suspender un valor con excluirlo, medida que sí que sería definitiva. Una empresa suspendida de la cotización sigue formando parte del mercado de valores, aunque sus valores no puedan negociarse durante un período determinado.
Un valor suspendido de cotización no podrá negociarse a través de la Bolsa hasta que dicha suspensión haya sido levantada por la CNMV. Sin embargo, la sociedad suspendida sigue formando parte del mercado, por lo que tendrá que hacer frente a sus correspondientes obligaciones ante las autoridades bursátiles y sus accionistas.
Lo más probable es que no desparezcan estas compañías, pero sí los ahorros de sus actuales accionistas. Habitualmente se encuentran en procesos de reestructuración, que acaban con canje de deuda por acciones, ampliaciones de capital, y en el peor de los casos, operaciones acordeón, caso de Corporación Dermoestética. Esto último es lo peor, ya que se borra de un plumazo contable a los accionistas antiguos, reduciendo a cero el nominal de las acciones, y posteriormente se amplía capital con nuevos accionistas, que pueden ser los antiguos, si ponen dinero, o normalmente nuevos socios.
¿Cuánto tiempo puede estar un valor sin cotizar?
No hay un límite establecido. Las suspensiones pueden durar horas o días puntuales en valores en los que se producen operaciones de calado que alteran la formación de los precios. Pero en otras ocasiones, existen procedimientos concursales abiertos que derivan en meses o años de suspensión.
La empresa española que más tiempo ha estado sin cotizar es la inmobiliaria Martinsa-Fadesa (7años).
¿Cómo vender las acciones suspendidas de cotización?
Como hemos dicho antes, un valor suspendido de cotización no podrá negociarse a través de la Bolsa, pero el accionista puede deshacerse de los títulos que posee sin tener que esperar al fin de la suspensión. Para ello tiene dos opciones: por un lado puede acudir a su agencia de valores solicitándole que busque un comprador para sus acciones, algo que, dada la situación no será fácil. En el caso de que opere a través de una sociedad de valores, esta misma podría adquirir esos títulos.
Una segunda opción sería acudir al mercado no organizado OTC (Over The Counter) negociándose en plataformas como BATS, posibilidad sólo vigente desde 2009. Para ello, sin embargo, habrá de haber contactado previamente con un comprador y haber pactado con él un precio. Una vez que se ha acordado la venta, acudirá a una entidad liquidadora inscrita en Iberclear que, fuera del mercado, se limitará a modificar el nombre del titular de las acciones en el registro de inscripción.
El ahorro fiscal es una de las pocas salidas en las que acaba pensando el accionista. En el caso de vender los títulos por debajo del precio al que se compraron, que es lo que suele suceder en estos casos, se podrán utilizar las minusvalías para compensar con otras ganancias patrimoniales obtenidas.
Si ese año el inversor no ha conseguido plusvalías no pasa nada, porque podrán emplearse en otro ejercicio siempre que no transcurran más de cuatro años. Por tanto, se pueden emplear las pérdidas como cualquier otra minusvalía en bolsa.
¿Qué hago con las comisiones si decido no vender?
En principio, un inversor siempre tiene que pagar comisiones de custodia en el bróker donde tiene depositadas sus acciones. No importa que los títulos estén suspendidos o incluso excluidos, ya que en la bolsa española los valores deben tener un registro contable y hay que pagar por su administración. Por tanto, es conveniente estudiar la posibilidad de trasladar la cartera a otro cuyo coste sea inferior (esto también tiene coste).
Existe un supuesto en que la CNMV permite que no se cobren dichas comisiones, a solicitud del cliente. Y es cuando se trata de sociedades inactivas, es decir, aquellas que llevan más de cuatro años sin practicar ningún asiento en el Registro Mercantil.
Si somos accionistas de una sociedad inactiva podemos renunciar a la titularidad de las mismas, solicitándoselo a nuestro depositario, acreditando con los certificados del Registro mercantil tal situación así como nuestra voluntad inequívoca al respecto, y con ello procederá a la baja de nuestra titularidad ante Iberclear.
Mayores quiebras empresariales en el mercado español
Casos de empresas suspendidas de cotización
ABENGOA
La empresa andaluza se despidió del Ibex 35 a finales de noviembre de este año, acumulando una caída superior al 70% en dos sesiones. Fue suspendida de cotización el 25 de noviembre al generarse mucha incertidumbre tras la marcha atrás de Gestamp, que iba a hacerse con el 28% del capital, desembolsando así 350 millones de euros.
Abengoa ha pasado de presentar una capitalización bursátil de más de 4.300 millones de euros a valer apenas 248 millones en tan sólo 14 meses. La compañía de tecnología cuya cartera de pedidos está en niveles récord al ascender a cerca de 9.000 millones, ha llegado a tal punto de endeudamiento que su gestión ha resultado imposible.
El origen de la debacle se inició cuando agencia de calificación Fitch emitió un informe afirmando que las cuentas, y más concretamente, la deuda que la compañía reconocía era muy inferior a la real.
PESCANOVA
Los valores del grupo pesquero gallego de alimentación llevan congeladas en bolsa desde el año 2013. Pescanova se acogió al concurso de acreedores en abril de ese mismo año tras admitir “discrepancias” entre su contabilidad y las cifras de su deuda bancaria. El pasado mes de septiembre nació Nueva Pescanova SA con un 20% del capital controlado por los antiguos accionistas y con el 80% por parte de entidades financieras (G7). La compañía espera volver a cotizar en breve.
GOWEX, REYAL URBIS Y VÉRTICE 360
La
inmobiliaria
Reyal Urbis y
Vértice 360 llevan suspendidas de cotización desde 2013 y 2014, respectivamente. Sin embargo, a día de hoy no está claro que va a pasar con ellas teniendo en cuenta que no se sabe si superarán el concurso de acreedores. En este grupo de las incognitas, también se incluye a
Gowex, valor del MAB suspendido de cotización desde el verano de 2014 cuando su presidente y fundador Jenaro García admitiera haber falseado las cuentas de varios ejercicios de la compañía.
NYESA Y CLEOP
El sector del ladrillo fue uno de los más perjudicados durante los años de la crisis. Junto con Martinsa Fadesa, otras compañías de menos envergadura también quebraron en los últimos años.
Nyesa lleva suspendida de cotización desde 2011 y tras salir del concurso está empezando a sanear su situación financiera, con lo que cada vez está más cerca su posible vuelta al parqué español.
Por otro lado, la constructora
Cleop lleva tres años sin negociarse en el parqué bursátil. En el primer semestre del año, la compañía consiguió recortar en un 40,6% los números rojos en su cuenta de pérdidas y ganancias.
ZINKIA
Fue la primera empresa en saltar al Mercado Alternativo Bursátil (MAB), que actualmente cuenta con 33 compañías y diez socimis (sociedades de inversión inmobiliaria cotizadas).
La productora granadina entró en concurso de acreedores en 2014 y fue suspendida de cotización. Sin embargo, a lo largo de este año ha saneado su situación y
el pasado 1 de noviembre ha vuelto a cotizar. Desde su retorno al parqué, las acciones de
Zinkia han recuperado un 47%, llegando a estar por encima del euro.
DOGI
El grupo
cerró su reestructuración financiera el año pasado tras la entrada en su capital del grupo Sherpa, que controla más del 67%. Sus acciones volvieron a cotizar a mediados de 2014 tras estar sin poder negociarse desde junio de 2009. Este año, las acciones de la
Dogi recuperan un 38%.
SNIACE
Las acciones del grupo industrual cántabro están suspendidas de cotización desde 2013. Sin embargo, éstas podrían volver a negociarse en breve. De hecho, hace dos semanas,
Sniace inició los trámites para el levantamiento de la suspensión de su cotización en Bolsa, así como para la presentación del folleto informativo para llevar a cabo la ampliación de capital aprobada en en su junta de junio.