Termina una semana en la que las bolsas occidentales han incorporado dos nuevos catalizadores. De un lado, el principal índice de Wall Street, el S&P500, ha alcanzado nuevos máximos históricos, venciendo las fuertes resistencias tras varios intentos. De otro lado, la crisis ucraniana ha impactado por primera vez en las bolsas europeas.
Estas dos cuestiones han separado las cotizaciones a ambos lados del Atlántico, hecho que se ha visto agravado por cierto cambio en la percepción de las políticas monetarias en ambas regiones.
El discurso de la presidente de la FED en el Senado el jueves, alertando del posible efecto en la economía americana de las condiciones climatológicas adversas, vino a incrementar las posibilidades de que el ritmo de reducción de estímulos pueda reducirse. Por otro lado, el dato de inflación conocido en la Eurozona el hoy, una décima por encima de lo previsto, ha enfriado mucho las expectativas de que el BCE, en su reunión mensual de la próxima semana, emprenda alguna de las 4 o 5 medidas de política monetaria que lleva meses considerando.
La cotización del EUR/USD nos permite hacer un buen resumen delo anterior: empezó la semana por encima de 1,37, cayó hasta 1,3650 (siendo uno de los primeros activos que recogía el incremento de las tensiones en Ucrania), y va a terminar por encima de 1,38.
El Ibex 35 ha padecido de manera espacial el incremento de volatilidad. Hasta el miércoles se situó a la cabeza de las bolsas europeas, pero en las dos últimas sesiones, se ha ubicado claramente a la cola, golpeado por los resultados empresariales publicados por algunas de sus principales compañías, como Telefónica, IAG, FCC, Técnicas Reunidas, ACS, Viscofán, Indra, OHL o Abertis, recibiendo todas una muy mala respuesta del mercado, situación agravada por la coincidencia con el enfoque de la atención de los mercados hacia Ucrania.
Hoy otros dos valores han sido protagonistas: Sacyr, que al conocerse el acuerdo definitivo con las autoridades de Canal, sufría por el efecto de “vender con la noticia”, y Bankia, castigada por la venta de un 7,5% en manos del Estado a un precio inferior al que marcaba el mercado, lo que debe interpretarse como algo normal, que no cambia la estructura alcista del valor a medio plazo.
La semana también nos deja movimientos en el mercado de deuda, en el que la rentabilidad de la deuda italiana se vuelve a situar por debajo de la de la deuda española, traspaso que se produce en un entorno de gran calma.
Así pues, comenzaremos el mes de marzo con los índices americanos en nuevos máximos históricos, con el conflicto en Ucrania en plena ebullición, con una clara rebaja de las expectativas de que el BCE anuncie medidas a muy corto plazo, y con la sensación de que la FED podría valorar el enfriamiento económico generado por el invierno.