En diversos de los artículos publicados anteriormente, he expresado mi prudencia a la hora de invertir. Considero que las múltiples señales que históricamente han anticipado la llegada de una recesión son lo suficientemente fiables como para reducir mi exposición al mercado. De hecho, cuanto más sube la renta variable, más recuerdo la fiebre alcista de finales de 1999 y principios del 2000. Sin embargo, es perfectamente coherente mantener una visión negativa, inclinarse hacia una clara predisposición a no comprar a largo plazo y, sin embargo, realizar pequeñas operaciones que, sin ánimo de perpetuarse en el tiempo, nos permitan obtener una rentabilidad adicional. No estamos reconstruyendo nuestra cartera de inversión de medio plazo, referenciada a través de los años, sino estructurando operaciones definidas con objetivos a corto plazo. Es esta sintonía llevé a término la operación de SNOWFLAKE.
Siempre ha sido partidario del crecimiento desordenado, de las divergencias entre la realidad y las expectativas sobre las que escribía la pasada semana realidad; en definitiva, de las burbujas. Debemos, podemos y vamos a surfear esa ola, siempre y cuando seamos conscientes de que no necesitamos llegar hasta la misma playa; con recorrer algunas decenas de metros será suficiente. Atendiendo la consulta de un lector, quisiera presentar algunas de las estrategias básicas de inversión que considero más eficientes; unas operativas que, a buen seguro, serán conocidas por la mayoría de ustedes. Aprovecho para señalar que, en esta ocasión, el adjetivo “básico”, en absoluta menosprecia el valor de dichas estrategias; todo lo contrario, sigo empleando alguna de ella desde hace años y estoy absolutamente satisfecho con sus resultados. Porque, a menudo, un sistema en apariencia simple, pero bien fundamentado tras un concepto sólido, generará mejores resultados que cualquier estrategia artificialmente complicada. Tomen este artículo como un mero ejercicio de estudio y en ningún caso como recomendación alguna de inversión.
La idea general es comprar fortaleza, es decir, implementar una estrategia tendencial en aquellos activos que, dentro de un mercado alcista como el que vivimos, presentan cotizaciones igualmente crecientes. Nada de arruinarnos comprando valores que están cayendo mientras rezamos para que ese sea el suelo; eso queda para los mártires del compás. Y, por encima de todo, nada de renunciar a valores que lo están haciendo bien, por miedo a que hayan alcanzado su máximo precio. El miedo se queda en la puerta del despacho, siempre. Aquí, controlamos el riesgo e intentamos comprar lo más fuerte entre lo fuerte.
En algún momento, alguien nos convenció que la única forma de ganar dinero en este negocio es comprando barato y vendiendo caro. Ocurre que comprando “caro” y vendiendo extremadamente “caro”, podemos obtener igualmente beneficios. Esto es así porque, en realidad, los términos “barato” o “caro” son puramente subjetivos, etéreos y, finalmente, carentes de un significado definitorio. Las posibilidades de obtener un beneficio no dependen de la cuantía del precio sino de la evolución del activo. Disculpen que les plantee este interrogante pero, ¿cuánto de caras estaban las acciones de BROADCOM cuando, hace apenas un año y medio, cotizaban a 677$?. Supongo que carísimas pues ese era su nuevo máximo histórico. Y, ¿cuánto de caras están hoy cuando rondan los 1.300$?. Sí, carísimas, pero con una revalorización de más del 100%.
A menudo veo el mercado modelizado en función de diferentes situaciones. Cada uno de los cuatro sistemas de especulación que a continuación presentaré, corresponden a otras tantas situaciones en las que podemos agrupar los activos. Eso me ayuda, semanalmente, a mantener clasificados los activos que me interese, por ejemplo, los componentes del $SPX, de tal manera que, con el uso de diferentes categorías, puedo saber dónde acudir cuando quiera empezar a invertir a corto, medio o largo plazo.
A menudo veo el mercado modelizado en función de diferentes situaciones. Cada uno de los cuatro sistemas de especulación que a continuación presentaré, corresponden a otras tantas situaciones en las que podemos agrupar los activos. Eso me ayuda, semanalmente, a mantener clasificados los activos que me interese, por ejemplo, los componentes del $SPX, de tal manera que, con el uso de diferentes categorías, puedo saber dónde acudir cuando quiera empezar a invertir a corto, medio o largo plazo.
1. Superación de máximos históricos
Nos basamos en el hecho, indiscutible e irrebatible que, un activo en subida libre que además marca nuevos máximos históricos, está inmerso en una clara tendencia alcista. Comprar un activo cuando marca máximos históricos no implica otra cosa que sumarnos a un valor en alza, con momentum y donde todos los tenedores de esas acciones están ganando dinero. ¿Querría usted estar ahí?. Yo, desde luego, sí.
Esta primera estrategia no establece ningún take profit porque, en realidad nos sumamos a un valor y nos mantendremos dentro mientras continue ascendiendo, saliendo en cuanto se produzca una corrección.
Monitorizaremos la sucesión de máximos y mínimos que describirá en su movimiento alcista. Situaremos un stop loss en el último mínimo de referencia y, a modo de trailing stop, resituaremos dicha red de seguridad en el siguiente mínimo de referencia superior cuando la cotización ascienda. Con el tiempo, esta adaptación del stop loss a cada corrección, llegará a cubrir el riesgo de pérdida de la inversión y, poco a poco, a asegurar parte de los beneficios. Por tanto, nuestra operación llegará a tener, primero un riesgo cero de pérdida y posteriormente, beneficios garantizados, salvo el improbable caso de que se produzca un gap bajista de apertura.
La ausencia de take profit y el uso del trailing stop permitirá, si así lo deseamos, piramidar diferentes posiciones cada vez que se supere el máximo anterior. En tanto y cuanto la secuencia de máximos y mínimos siga siendo creciente, el trailing stop mantendrá controlado el riesgo. En el momento que se produzca la ruptura de esa secuencia, es decir, la pérdida del último mínimo de referencia, cerraremos todas las operaciones.
2. Ruptura alcista tras consolidación lateral
La teoría nos dice que cualquier mercado lateral supone una reducción de la volatilidad. Si utilizan las bandas de Bollinger, comprobarán cómo se estrecha el canal. También nos cuentan los libros que lo probable es asistir a una ruptura en el sentido de la tendencia previa. En un mundo perfecto ello nos daría una probabilidad cercana al 100% de acertar. Dado que no vivimos en ese mundo de fantasía, también sabemos que dichas consolidaciones suelen articular estructuras de vuelta o cambio de tendencia.
Así que, refinando la propuesta, la idea sería comprar rupturas alcistas en activos al alza, con un stop loss algo por debajo de la banda inferior de dicho mercado lateral. Sin embargo, mi recomendación pasaría por aprovechar algún mínimo de referencia, en las proximidades de la banda superior-, para de esta forma generar una ratio beneficio/perdida lo más cercana posible al 2:1 y obtener una ventaja en cuanto a gestión del riesgo. Cerraríamos la operación una vez alcanzada la altura de dicha consolidación lateral previa.
3. Corrección 50% de Fibonacci
Sabemos que los niveles de Fibonacci pueden ser utilizados como zonas en las que un activo en corrección debería de marcar un soporte para, desde ahí, reiniciar un nuevo impulso alcista.
Honeywell International
Aconsejo utilizar las proximidades de la zona de corrección del 50% para tomar posiciones y situar el stop loss algo por debajo del 61,8%. El primer objetivo quedaría marcado cuando la cotización retornara al punto cero o máximo de referencia.
Aconsejo utilizar las proximidades de la zona de corrección del 50% para tomar posiciones y situar el stop loss algo por debajo del 61,8%. El primer objetivo quedaría marcado cuando la cotización retornara al punto cero o máximo de referencia.
4. Alfa
Continuando con la idea expuesta en el artículo ‘‘De Ponzi a Bianchi, compararíamos el rendimiento del índice de referencia -en este caso, el Standard and Poor’s 500-, con el del activo en cuestión. En el momento en el que la rentabilidad de un valor, medido desde el inicio del año, supere al del índice, procedemos a comprarlo. Mantendremos la operación, bien hasta el relativo se sitúe en terreno favorable al índice -situación que no necesariamente conllevará entrar en pérdidas-, bien hasta que la ratio beneficio/perdida alcance el 2:1.
Está claro que la toma de beneficios para los sistemas 3 y 4 será una opción y que fácilmente, una vez alcanzado el objetivo, podemos transformarlas en los sistemas 1 o 2 para buscar extensiones. Es una respuesta que deberá de solucionar cada inversor, único responsable de sus decisiones. En este artículo únicamente planteo diferentes formas de especulación con un beneficio establecido.
En todos los casos, además del establecimiento obligatorio de un stop loss, debemos tener en cuenta, en todo momento, el volumen de la operación. Dicho volumen vendrá definido por la relación entre las pérdidas hipotéticas por acción -si todo sale mal- y nuestra pérdida máxima por operación.
Invertir es posible. Incluso cuando tememos el peor de los escenarios, solo que, como en el chiste, hay que ir con mucho cuidado. Si bien Xavier Puig en su charla con Juan Such en el podcast ‘Una vida invirtiendo, señalaba que cualquier momento es bueno para empezar. La concepción del artículo plantea operaciones de operación limitada -excepto el primer sistema-, para entrar y salir del mercado y así evitar la exposición al riesgo que supone el contexto macro. Además, el tirón provocado por la IA y en los últimos días, las criptodivisas en general y bitcoin & ethereum en particular, sumado al extenso tramo alcista desplegado desde finales de octubre y que han llevado a notorias divergencias en los principales índices, me impulsan a aconsejar la espera de algún tipo de corrección.
nota: las operaciones que figuran en este artículo son simplemente ejemplos de activos en la situación que se indican, no representando ninguna recomendación de inversión.