En la imagen que tenemos arriba podemos observar las distintas posiciones ideológicas que desde pequeño nos enseña la sociedad. Aprendemos a identificar nuestros votos con posturas de izquierda y derecha, del mismo modo que los medios de comunicación se empeñan en ubicar a los partidos políticos hacia uno u otro lado de la recta. La tendencia actual suele ser la de autoposicionarse en el centro, tanto por parte de personas como de políticos, en un intento de desmarcarse de cualquier extremismo y adoptar una postura lo más neutral posible.
El turbio pasado español, con una guerra civil demasiado latente en el ambiente, hace que una importante parte de la sociedad española considere que la izquierda mira hacia "lo rojo" y la derecha hacia "lo azul". Otros más jóvenes, sin embargo, ya han escondido el hacha de guerra y deciden posicionarse en la recta según sus ideologías políticas. En estos casos se asocia a la izquierda con el comunismo o, siendo moderados, el socialismo, y a la derecha con regímenes capitalistas.
Esto, sin embargo, no es de ser del todo cierto. Cualquiera con un mínimo conocimiento matemático estará de acuerdo conmigo si digo que una línea recta suele aportar poca información para la resolución de un problema. Tanto es así que cada día es más frecuente encontrar explicaciones bidimensionales y tridimensionales para ayudarnos a comprender una situación cotidiana. El cine en 3D, sin ir más lejos, nace con la misión de aportar una visión más completa, general y panorámica al cine de toda la vida.
¿Y cómo trasladar este multidimensionalismo al tema que concierne a este artículo? David Nolan nos da respuesta con ésta gráfica:
La Gráfica de Nolan nos aporta una perspectiva mucho más amplia considerando un modelo de dos dimensiones con dos variables: la libertad económica y la libertad personal. Estableciendo una escala de 0-100 para cada uno de los ejes y siguiendo las líneas hasta el punto de corte podemos posicionar nuestra verdadera ideología con más certeza.
De esta forma podemos comprobar, por ejemplo (y sin acritud), como el movimiento progre, tan de moda en nuestros días, se asocia con la máxima libertad personal posible pero con un sistema político bastante intervencionista en temas de economía. Nuestro aclamado (y ahora en crisis) estado del bienestar, si no me equivoco, se mueve por estos lugares.
Os animo a que os mojeis un poco y trateis de ubicaros a vosotros mismos. Quién sabe, igual alguno se lleva una sorpresa.