Escribo este post para expresar, una vez más, mi absoluto apoyo a Rankia ante el ataque recibido por un elemento que quiere silenciarnos. Esta vez se trata de un tal Enrique Moris. Un tipo que tiene pinta de haber provocado más sufrimiento que el mismísimo Carlo Ponzi y que optimiza actualmente sus fuentes de ingresos presuntamente engañando a pardillos prometiéndoles riqueza rápida desde su chiringuito manejado desde Andorra.
Como ya hice hace seis años ante los infructuosos ataques recibidos nada menos que por parte del presidente de una cotizada española, Duro Felguera (D.E.P.), quiero resaltar que las prácticas pseudomafiosas, amenazas propias de bajos fondos y sucias maniobras que harían sonrojarse a la más miserable de las ratas no serán suficiente para obstaculizar lo más sagrado que poseemos: nuestra libertad.
Se ve a las claras, tras leer el relato de Rankia apuntalado con puro sentido común y abundancia de fuentes fidedignas, que el Sr Moris es un presunto sacacuartos que no duda en, parece ser, imponer la ley del miedo para borrar todo rastro de descontento en Internet, incluso la más tibia protesta, con el afán de mantener su, en apariencia, miserable método de ganarse la vida a costa de la buena fe de los demás.
Este señor no sabe con quién se mete ni por qué es precisamente Rankia el único sitio financiero en español donde puede encontrarse un registro histórico y pulcro de las malas artes de pelagatos jugando a ser Gordon Gekko de los bajos fondos. Así ha sido siempre... y así seguirá siendo mientras la libertad de expresión sea un puntal de nuestra sociedad.
¡Mucho ánimo, Rankia! Seguid adelante.
Como ya hice hace seis años ante los infructuosos ataques recibidos nada menos que por parte del presidente de una cotizada española, Duro Felguera (D.E.P.), quiero resaltar que las prácticas pseudomafiosas, amenazas propias de bajos fondos y sucias maniobras que harían sonrojarse a la más miserable de las ratas no serán suficiente para obstaculizar lo más sagrado que poseemos: nuestra libertad.
Se ve a las claras, tras leer el relato de Rankia apuntalado con puro sentido común y abundancia de fuentes fidedignas, que el Sr Moris es un presunto sacacuartos que no duda en, parece ser, imponer la ley del miedo para borrar todo rastro de descontento en Internet, incluso la más tibia protesta, con el afán de mantener su, en apariencia, miserable método de ganarse la vida a costa de la buena fe de los demás.
Este señor no sabe con quién se mete ni por qué es precisamente Rankia el único sitio financiero en español donde puede encontrarse un registro histórico y pulcro de las malas artes de pelagatos jugando a ser Gordon Gekko de los bajos fondos. Así ha sido siempre... y así seguirá siendo mientras la libertad de expresión sea un puntal de nuestra sociedad.
¡Mucho ánimo, Rankia! Seguid adelante.