Llevo algo más de 3 meses sin escribir. Sinceramente, no tenía nada interesante que contar. He estado volcado en mi trabajo, luchando en el día a día. Pero sobre todo, observando mi entorno.
Cada día, me soy más cuenta que mi figura, la del mediador tradicional está abocada al fracaso si seguimos esta senda.
Son repetidos los post en los que me quejo de los abusos de la banca seguros, pero sobre todo, de la impunidad con la que actúan y que los órganos competentes miren hacia otro lado.
En su día colgué una encuesta a los usuarios de banca seguros, los cuales, sin duda, piden más transparencia y menos imposición. Pero aún queda muchísimo trabajo que hacer.
Como digo, observando, entre todos, repito TODOS, hemos prostituido una profesión, que antaño, era vocacional, era de servicio, de dedicación… Evidentemente, siempre con ánimo de lucro, pero tenía un no sé qué especial.
Hoy, las compañías, como digo en trozos de carne, los clientes son números para las grandes, además numeros o positivos o negativos, un balance, y como sea negativo. Se acabó.
Estas mismas compañías, decidieron montar las llamadas “Low Cost” o como las llamo yo, las telefónicas o las compañías IKEA, usted compre, usted se gestiona usted se lo monta solito. Este negocio, no ha hecho otra cosa que reventar los precios, pero ¿a qué coste? Una merma del servicio al cliente final, una merma de garantías no informadas u omitidas a los clientes como en su día expuse.
Después tenemos a los propios piratas, agentes tradicionales, que movidos por temas económicos, mal gestionan, engañan y dicho así de claro, ROBAN, no para otra cosa que tirar piedras sobre su propio tejado. Minan la confianza de los clientes en el sector en general, aquí en su día, hice una crítica al respecto.
Luego tenemos a los bancos, como he iniciado en el post, hice un fiel reflejo de lo que es su actitud en el sector con el post “21 gramos” que a mí, personalmente, este tema, no solo me afecta comercialmente hablando, si no profesionalmente. Abusan, maltratan y juegan con el dinero de los clientes. Cada vez más están en el proyecto limpieza, intentar eliminar la mediación, ¿Cómo? Con presión y extorsión a los clientes. Encasquetando y secuestrando pólizas de hogar, vida etc.
Además, jugando con el dinero del cliente, en plan, devolviendo los recibos de sus seguros si no los emiten ellos, negándose a devolver los recibos de seguros emitidos por ellos.
De hecho, el último caso que me he encontrado, ha sido el de una clienta, que en mitad de un fraccionamiento, el banco le ha devuelto el recibo y le ha hecho uno. Con permiso claro de la clienta, pero ahora que esta clienta está avisada, y hace como dos semanas que hizo el seguro. El banco le ha dicho que ellos no pueden devolver recibos de seguros. Cuando se les preguntan, ¿porque si devuelves el anterior para hacérmelo tú? La respuesta es clara, no devolvemos recibos de seguros hechos por nosotros. Y así vamos, ¿la solución? Pague usted dos seguros… En fin.
Y por último, los propios clientes, la única motivación actual es la del precio, eso si, luego queremos que el seguro lo cubra TODO, si o si. Porque las compañías “son muy buenas para cobrar, pero para pagar…” pero no tenemos en cuenta que NADIE da duros a 4 pesetas. Además, somos muy dados a reclamar derechos de este tipo, pero a obviar nuestras obligaciones, como parte de un contrato entre aseguradora y cliente.
A esto le sumamos el alto nivel de fraude que vivimos en España, cosa que reflejé en su día en “La picaresca, algo muy nuestro”. Y este tema, es un tema que nos perjudica a todos.
Además, somos capaces de manifestarnos por cualquier tema, pero somos incapaces de reclamar nuestros derechos ante semejantes abusos. ¿Por qué no reclamamos nuestros derechos?
Como veis, he expuesto 4 escenarios que son parte de un bucle infinito, nos maltratan pero no reclamamos, nos apalean pero nos conformamos. A pesar de que haya muestras de que el escenario, puede cambiar.
Hoy en día, me preocupa hacia dónde va la profesión, pero sobre todo me hago una pregunta, ¿merece la pena seguir con esto?
Como siempre, un placer escribiros, pero un place aun mayor que me leáis.