¿Qué hay de lo mío, Estado?
Basta observar los medios de comunicación estos días para ver como los diferentes grupos sociales se movilizan para pedir que papá Estado solucione las papeletas a todo el mundo. A mí no me parece mal que cada uno exponga sus pretensiones, lo que me parece cuestionable es que no miremos hacia adelante y propongamos soluciones globales más allá de los intereses particulares. Es una oportunidad única para reinventarse y modificar nuestro esquema productivo.
Alguna prensa económica hablan de rescate español olvidando que Francia e Italia entre otros están en similar situación. Por cierto olvidan que la ayuda a Italia ha venido de países comunistas como Cuba, Albania, Rusia y China. ¿Por qué será esta omisión?
Algunos medios se hacen eco de la pretensión de las cámara de España, sobre la necesidad de bajar el impuesto de sociedades. Inocentemente creía que dicho impuesto requiere como condición necesaria para su efectividad el tener beneficios, pero parece que en España, además de ser más bajo que el IRPF, no es así.
Los autónomos pueden tributar y modificar su régimen de estimación por módulos a la directa, que para tributación también requiere beneficios.
Algún financiero y empresario aún va más lejos, afiliándose a PODEMOS y pidiendo nacionalizaciones de las empresas en pérdidas.
Los fabricantes de coches piden plan RENOVE dado que caen sus ventas y crean empleo.
En ciertos sectores como la hostelería, los empresarios y trabajadores se ponen de acuerdo para solicitar la prolongación de ERTES ad infinitum.
Mientras leo esto he recibido algunas peticiones de asesoramiento de patriotas españoles, unos quieren expatriarse fiscalmente dada la subida de impuestos que se avecina, otros me piden que como pueden invertir en B, dado que en su gremio todas las empresas declaran beneficios ínfimos en relación a los reales.
Nos quejamos de la falta de recursos de sanidad, de que somos un país sin investigación y de camareros, que solo sabemos crear empleo bajando salarios y sentimos envidia de países nórdicos.
Uno de los colectivos que ha permanecido en silencio es el de los ahorradores, ¿nos agruparemos aquellos que nos abstenemos del consumo para no depender tanto del Estado? ¿Exigiremos una retribución mínima de nuestros depósitos o toleraremos a financieros como Oliu diciendo que el Estado salva nuestros ahorros y no su quehacer? ¿Toleraremos la represión financiera vía comisiones, gastos e inflación? ¿Pueden los bancos prestar sin depósitos?
Mientras escribo esto acabo de recibir un email ofreciéndome atrasar el pago del Ibi en varios plazos al 22,42 TAE y el Banco de España sin enterarse.
El ahorrador cada vez más desnudo y sin ahorro creía que no hay inversión pero a lo mejor con los QE estoy equivocado.