Cuando contrato un seguro quiero tener la certeza de que si sucede algo anormal o fuera de lo corriente, me cubra este evento improbable que se escapa fuera de mi ámbito de control.
Últimamente me sucede que, para que cumpla su función para la cual contrate, se necesita la carga de la prueba, y lo primero que te dice la compañía es NO está contemplado en el clausulado de la póliza.
Examinada, con ayuda de una lupa, el amplio elenco de coberturas y el mayor que el anterior de excepciones, hay que emprender una batalla costosa en tiempo y recursos por lo que muchos aseguradores disienten, pero aprenden que no les vuelva a suceder.
Últimamente me sucede que, para que cumpla su función para la cual contrate, se necesita la carga de la prueba, y lo primero que te dice la compañía es NO está contemplado en el clausulado de la póliza.
Examinada, con ayuda de una lupa, el amplio elenco de coberturas y el mayor que el anterior de excepciones, hay que emprender una batalla costosa en tiempo y recursos por lo que muchos aseguradores disienten, pero aprenden que no les vuelva a suceder.
He aquí tres eventos que me han sucedido recientemente y que diversas compañías de seguros han desestimado cubrir:
1. Fuga de agua en cañería de chalet que ha producido un gasto del recibo excepcional pero, que al filtrarse el agua por la tierra, no ha producido daños aparentemente.
Al no producirse otros daños que el deterioro de la cañería y el consumo, la póliza no lo contempla y no te cubre los gastos del fontanero.
Pregunta del millón: ¿Si se hubieran producido daños, te lo reparan y pagan el consumo de agua y la reparación del fontanero?
2. Puerta exterior que rompe por uso los anclajes. Salvo que sea por intento de robo, considera que no está cubierto.
Solución: Leer el Lazarillo de Tormes.
3. Cama elástica de treinta kilos de peso que, por efecto del viento, es desplazada por el aire volando y aterrizando después de veinte metros en el chalet del vecino.
La compañía dice que la estación meteo más cercana que está a quince km detectó unas ráfagas de viento promedio de 60 km, inferior a los 70 km que contempla la póliza.
No sé si la competencia y la contratación por internet buscando el precio más bajo tienen algo que ver con el tema, pero estamos en un circulo vicioso que hace a los SEGUROS MÁS INSEGUROS.
¿Alguna idea para mejorar nuestro bienestar y que nuestras pólizas sirvan para algo más que para facturar?
¿Os ha pasado alguna incidencia parecida o estoy gafado?