Tengo unos dinerillos ahorrados y voy varios meses tanteando las distintas posibilidades de salida que les puedo dar para rentabilizarlos. La verdad es que da pena ver las rentabilidades bancarias que se publicitan por ahí y el riesgo que se asume para ellas (que nadie se crea que invertir en un banco no conlleva riesgo). Salvo contadas excepciones como el hecho de abrir algún depósito en un banco extranjero (ver post) y dado que la bolsa no me atrae hasta que el panorama no se tranquilice un poco ya tenía casi decidido el dejarlo bajo el ladrillo de casa cuando me ha venido a mi mente una empresa con una oferta atractiva: Nueva Rumasa.
Un primer análisis me lleva a pensar que ofrecen una buena rentabilidad a un plazo medio y, visto lo visto, el entramado empresarial del Sr. Ruiz Mateos es de una dimensión considerable, lo que aporta impresión de solidez y de futuro de negocio.
Claro que tiene riesgo, pero, ¿qué inversión no lo tiene?
Cuando comenté a amigos y conocidos, muchos de ellos con gran trayectoria financiera y emprendedora, me tacharon de loco, de inconsciente y de ludópata pues, según ellos, invertir en dicha empresa era similar a jugar en el casino y tenía todas las de perder mi dinero.
Ante ello, no tuve más que empezar a preguntar por sus respectivas empresas y las rentabilidades que estaban obteniendo, así como el coste de su deuda. Cuán grata sorpresa se llevaron.
Todos tenemos claro el ajuste de liquidez que están teniendo los bancos lo que ha llevado a que el crédito a las empresas se haya reducido hasta mínimos. Cuando una empresa consigue por fin que un banco “haga su trabajo” y le preste algo de dinero las tasas a las cuales se está consiguiendo no es que sean para echar cohetes, además de tener que comprometer hasta la caseta del perro.
Claro, eso, si se tiene suerte de que el banco te conceda el préstamo, pero, ¿y si no es así?. Pues habrá que buscarlo en otro sitio, vamos, digo yo.
La estrategia del Sr. Ruiz Mateos ha sido clara, pues voy a buscar financiación en otro sitio que no sea un banco.
Primera premisa resuelta, salgo al mercado a buscar financiación (hay vida más allá de las entidades financieras).
La segunda pregunta que les realicé fue también directa, ¿Qué rentabilidad estaban sacando a su empresa antes de intereses?
Todos, me hablaron de cifras de dos números, claro está, tras quejarse de que ahora van justos, que se han reducido márgenes, bla, bla, bla… Pero todos estaban por encima de los dos dígitos. Vamos, que seguían con una rentabilidad positiva.
Segunda premisa resuelta. Antes de pagar al banco por los intereses de la deuda tengo beneficios.
Venía la tercera, ¿cuál era el coste de su deuda?. Claro, mirando que la gran mayoría tenía hipotecas (el préstamo de coste más bajo), se pensaban que eran los reyes del mambo. Señores, por favor, algo de seriedad. Coste total de la deuda, es decir, en cuánto se les reducía el beneficio tras pagar a sus entidades financieras. La media no estaba tan lejana al famoso 10% que anuncia Nueva Rumasa como su rentabilidad.
Tercera premisa resuelta, su coste financiero no difería (por lo menos en cantidades astronómicas) al coste que iba a tener la empresa emisora de los pagarés al poner éstos en circulación.
Quedaba la última pregunta, la que cerraba el círculo. Una vez descontado el coste de la deuda, ¿Seguían habiendo beneficios?, pues sí, así era, y en muchos de los casos, seguían siendo de dos dígitos. Es decir, la empresa continuaba sus operaciones con beneficios.
Señores, blanco y en botella. Visto para sentencia.
El Sr. Ruiz Mateos sabe perfectamente a lo que juega. Visto su coste de la deuda, vista su rentabilidad antes y después de intereses y vista la dificultad por parte de las entidades financieras a la hora de facilitar financiación…
A buscarse la vida (que ya lo he dicho antes, la hay más allá de los bancos).
Con esta operación Nueva Rumasa se asegura financiación a medio plazo a un coste algo superior al mercado, que puede asumir y que todavía le deja margen de beneficios, diversificando, además, su riesgo bancario sin incurrir en aumentos de CIRBE ni casándose a largo plazo con entidades financieras que, a la larga, pueden exigir liquidaciones de deuda de forma unilateral, (ejem, perdón, esto no existe, ¿verdad?).
¿Cuántos de ustedes no han tenido que recurrir a financiaciones parabancarias a un coste superior, incluso dejando su beneficio casi a cero para conseguir continuidad en su empresa?
Pues ya lo saben, innoven, piensen, salgan a buscar. Ahí fuera hay oportunidades de financiación, no hay más que saber buscarlas. Pregunte a su asesor financiero sobre todas las posibilidades, se sorprenderá del abanico posible.
ADVERTENCIA: Este post no es una recomendación de inversión. El autor en ningún momento está induciendo al lector a invertir en Nueva Rumasa. De hecho, el autor piensa que dicha inversión es muy arriesgada y con pocas garantías como para invertir allí, tal y como han avisado la CNMV y otras entidades. Simplemente se enumera como ejemplo de las diversas posibilidades de financiación con que cuenta una empresa más allá del endeudamiento bancario.