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Falta de un presupuesto mensual:
John Maxwell dijo una vez: “Un presupuesto es decirle al dinero a dónde ir en lugar de preguntar a dónde se fue”. Cada moneda que ingrese en tu cuenta debe tener un destino, una asignación. Imagina que cada centavo debe trabajar para ti de manera eficiente. Es importante descomponer la palabra presupuesto en dos: "PRE", que indica antes o previo a que ocurra un hecho; esto significa que antes de que recibas el ingreso, debes asignarle un lugar, una tarea. Y "SUPUESTO", que implica una estimación basada en un histórico, pero que no deja de ser una hipótesis. Por lo tanto, ten en consideración un margen de error. -
Incapacidad para ahorrar o invertir consistentemente:
La palabra clave aquí es "consistente". El ahorro e inversión deben ser constantes, no algo ocasional. En el libro "El Hombre Más Rico de Babilonia" de George Clason, se destaca el principio de "Páguese a usted primero". Esto significa que antes de pagar a todo el mundo, ¿quién fue el que trabajó? ¿Acaso no has sido tú? Por lo tanto, debes ser pagado antes que todos los demás, pues has ganado ese derecho. Si no es así, algo está mal. El ahorro y la inversión son el resultado económico de tu mes de trabajo. Si no lo son, entonces es momento de revisar tus hábitos financieros. -
Gastar más de lo que gano:
Si observas consistentemente que estás gastando más de lo que ingresas, probablemente estás llevando un estilo de vida que no puedes sostener. Esto es un indicador clave de que necesitas cambiar tus hábitos financieros. Puede ser que tengas un vehículo que esté por encima de tus posibilidades en este momento, o vivas en un lugar que no puedes costear. Una pregunta importante en esta situación es: ¿cómo te hace sentir esto? ¿Cuál es la intención detrás de gastar más de lo que gano? Reflexionar sobre estas preguntas puede ayudarte a encontrar respuestas. -
Ingresos insuficientes:
Aunque tus gastos estén controlados y no gastes más de lo que ganas, si sientes que no avanzas o creces financieramente, es momento de incorporar nuevos hábitos que te permitan incrementar tus ingresos. Esto puede implicar aportar más valor al mundo que te rodea de alguna forma. -
Ansiedad, tensión y estrés ante imprevistos financieros:
Si te sientes ansioso, tenso o estresado cuando te enfrentas a una eventualidad financiera, como un problema de salud o un imprevisto en casa o en el negocio, es posible que necesites modificar tus hábitos financieros. Uno de estos cambios puede ser la creación de un fondo de emergencia. -
Incremento progresivo de las deudas o créditos:
Tus deudas o créditos deberían disminuir progresivamente con el tiempo. Si, por el contrario, aumentan en cantidad o en importe a lo largo del tiempo, es necesario prestar especial atención a esta situación. -
Retraso en el pago de facturas:
Si te estás retrasando de forma consistente en el pago de facturas de servicios, impuestos, etc., es otro indicador de que debes cambiar algo en tus hábitos financieros.
