Por supuesto que se puede. Le das a un ejecutivo las nuevas normas de Basilea III y le dices que le haga un masaje al texto y consiga un producto para cumplir los requisitos de solvencia de las entidades insolventes. Dicho y hecho, el BBVA ha sido el primero en el globo terráqueo en sacar un engendro llamado "Perpetual Additional Bond".
Esta mascota es una preferente pura y dura, pero mejorada (mejorada para los intereses del banco, se entiende).
- - Es perpetua. Poner fechas concretas a la devolución del dinero siempre es incómodo.
- - Los intereses pueden dejar de pagarse o reducirse a voluntad del emisor. No importa que la entidad obtenga beneficios (esto es una clara mejora sobre las preferentes, que te obligaban a pagar los intereses si la entidad tenía beneficios. Un coñazo, vamos).
- - Se puede convertir en acciones en caso que se necesite que los "pringaos" absorban las pérdidas de la entidad (es conveniente tener de antemano la autorización para meter la mano en el bolsillo de los pardillos).
- - Las siglas con las que se ha bautizado al bichito son "PAB". Lo que me ha dejado aPABullado.
Los que tengan la desgracia de leer esto (digo desgracia porque van a dormir peor y, de todas formas, no van a poder evitarlo) pensarán que a ellos no se la van a colar, y se anotarán en el puño de la camisa las dichosas siglas. Además, el producto sólo está permitido para inversores cualificados y que, además de firmar varios papeles por triplicado, adjunten una foto en la que se note que tienen cara de listo.
Pues bien, yo les aseguro que muchos pecadores de la pradera pronto tendrán estos productos en su patrimonio. Los pecadores "cobaldes" no lo comprarán directamente, pero se lo tragarán en grandes dosis metido en sus fondos de inversión, fondos de pensiones y varios etcs.
LA PARADOJA DE LA GESTIÓN DE FONDOS
La frase más usada por los currantes de las sucursales bancarias o cajarias es "PÓNGASE EN MANOS DEL EXPERTO", cuando alguien les pide consejo para invertir algún dinero y se les han terminado las preferentes que colocarle. Con esa frase encaminan los sudorosos ahorros del cliente hacia algún fondo de inversión de la gestora de la propia entidad. Dicho fondo cobra una jugosa comisión de gestión anual, independientemente de que consiga ganar algo o tenga unas pérdidas avergonzantes.
Lo peor de esa recomendación es que parece lógica. El cliente sabe que no sabe, y piensa que alguien que han puesto a gestionar un fondo debe saber mucho, pues en las pelis de bolsa los gestores llevan tirantes y eso es un signo inequívoco de que domina el cotarro.
La realidad es muy distinta: el fondo no tiene un gestor (aunque lo llamen así), tiene un administrador del flujo de entradas y salidas de dinero.
¿Qué ocurre cuando hay una burbuja de liquidez como ahora y los depósitos no dan casi nada?
Pues que la gente empieza a mirar hacia otro lado. Cuando ven las rentabilidades pasadas de los fondos, éstas superan a los plazos fijos. Entonces deciden meter una parte de su dinero en los fondos.
¿Qué hace el administrador de flujos del fondo cuando le entra dinero a espuertas?
Meterlo donde sea.
Y si los bonos senior de empresas medio malas ofrecen rentabilidades por debajo del 2%, ¿qué hace entonces?
Pues no tiene más remedio que meterlo en el engendro del que hablamos, que promete que pagará el 9%. Ya se sabe, prometer hasta meter (el dinero ajeno en tu bolsillo).
El administrador sabe que la gente que mete el dinero en el fondo espera sacar un 4%, igual que el año pasado. Si el fondo saca menos del 2%, el dinero volará raudo en busca de otros nidos con promesas en tecnicolor. Así que no tiene más remedio que asumir grandes riesgos (con el dinero de los demás, por supuesto).
Y con esto se cierra la paradoja: al pardillo que no le hubieran podido colocar las nuevas preferentes "mejoradas", porque todavía le duele el culo de las anteriores, acaba comprándolas, cogido de la mano del "experto".
RECOCHINEO DE LA PARADOJA
Todo el mundo sabe que el gran público siempre acaba comprando en el peor momento cuando los precios están en máximos y acaba vendiendo en los suelos cuando los activos no pueden bajar más.
Pues bien. Precisamente lo mismo hacen los administradores de los fondos:
1 - Compran en la burbuja obligados por las masivas entradas de dinero fresco que tienen que colocar donde sea.
2 - Venden durante el pánico cuando los partícipes se enteran de que el valor del fondo está cayendo como una piedra y reembolsan su dinero. El administrador se ve obligado a vender al 25% el mismo engendro que compró al 100% (momento en el que en este blog se compraron un puñado de chicharros de renta fija, con los que se multiplicó el dinero por unos ratios cercanos a la inmoralidad).
Como se puede ver, aunque el administrador (mal llamado gestor) supiera muy bien lo que hace, no tiene la menor posibilidad de impedir que la colocación de los activos del fondo sea asignada por los partícipes, que, como es de dominio público, se equivocan siempre.
Ahora vas y lo twitteas