Abajo en los gráficos se pueden ver las cabezas con hombros tanto en el bono a 10 años como en el de 30.
Aunque las burbujas pinchadas no son muy aficcionadas a cubrir roturas con desgarro, si las bravuconadas de los banqueros centrales consiguen que los precios se acerquen a la línea clavicular, habrá que aprovecharlo.
En la zona de los 130 en el bono a 10 años y los 140 en el bono USA a 30 años tendremos que abrir una vigilancia estrecha. Estando en esas zonas, habría que ponerse corto al inicio de todas las cuartas bajistas que se produzcan, hasta quedarse cabalgando la buena (la que empuje el cambio a terciaria bajista). Luego se rebautiza la operación a un plazo de varios meses.
Estar corto de estos bonos y del Bund sirve de cobertura para los que tengan una cartera de renta fija y no se atrevan a venderla. Aunque se sepa que van a bajar los bonos de empresas no finanancieras, puede que hayan personas que consideran demasiado riesgo vender esos títulos y quedarse con el dinero en el banco expuesto a achipramientos varios.
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