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Siguiendo con la adaptación de la sabiduría de los grandes estrategas militares del pasado para afrontar la operativa en el mercado presente, vamos a ver un capítulo de Karl von Clausewitz sobre la información que no tiene desperdicio.

Como siempre, pondré en azul la adaptación al mercado de las frases concebidas para la guerra

LA INFORMACIÓN EN LA GUERRA

Con el término «información» significamos todo el conoci­miento que poseemos sobre el enemigo y su territorio (los planes de los otros operadores). De hecho constituye, por tanto, el fundamento de todos nuestros planes y nuestras acciones. Considérese la naturaleza de este fundamento, su incertidumbre y su volubilidad y bien pronto se tendrá la im­presión de que la guerra es una estructura peligrosa, que puede desmoronarse fácilmente y sepultarnos entre sus escombros (dejar nuestro bolsillo más limpio que una patena). Aunque en todos los libros se nos dice que sólo debemos con­fiar en la información segura y que no tenemos que dejar de ser desconfiados, esto no es más que un consuelo libresco, producto de esa sabiduría en que se refugian los artífices de sistemas y de compendios cuando no tienen nada mejor que decir.

Una gran parte de la información que se obtiene en la gue­rra resulta contradictoria, otra parte más grande es falsa, (ver la información que daba Fortis) y la par­te mayor es, con mucho, un tanto dudosa. Lo que en este caso se puede exigir de un oficial (operador) es la posesión de cierto poder de discriminación que sólo puede obtenerse gracias al juicio y al co­nocimiento de los hombres y de las cosas. La ley de la probabili­dad tiene que ser su guía (80% de fiabilidad cuando se inicia en enero una tendencia primaria bajista). Esta no representa una dificultad insig­nificante, ni siquiera con referencia a los primeros planes, aque­llos que se preparan en los despachos y que permanecen toda­vía fuera del ámbito real de la guerra; pero aquélla se acrecienta enormemente cuando en el fragor de la batalla un informe sigue al otro (las instituciones serias dicen hace dos meses que lo peor ya ha pasado) . Hay que dar gracias a la fortuna si estos informes, al con­tradecirse unos a los otros, producen una especie de equilibrio y provocan por sí mismos la crítica. El inexperto se encuentra en una situación conflictiva cuando la suerte no le presta tal servi­cio, sino que un informe sirve de fundamento al otro, lo confirma, lo magnifica, y aporta al cuadro un nuevo colorido, hasta que la necesidad, con urgente prisa, le obliga a tomar una deci­sión que bien pronto se revelará como un desatino, dado que to­dos esos informes no eran más que falsedades, exageraciones, errores, etc. En pocas palabras: la mayoría de los informes son falsos, y la timidez (o ignorancia de las leyes del mercado) de los hombres insufla nueva fuerza a las mentiras y las falacias. Como regla general, todo el mundo se siente inclinado a creer más en lo malo que en lo bueno (en el mercado esto es completamente al contrario *** lo explico abajo). Todos tienden a magnificar lo malo en cierta medida y, aunque los peli­gros asi proclamados se apaciguen como las olas en el mar, pue­den, lo mismo que éstas, cobrar altura sin causa aparente. El jefe confiado en su mejor conocimiento interno debe mantenerse fir­me y no ceder, como la roca contra la cual rompe la ola. La co­yuntura no es fácil. Aquel que por naturaleza no sea de estirpe débil, o se haya ejercitado con la experiencia en la guerra y for­talecido en su juicio, puede adoptar como regla inclinarse fuerte­mente, es decir contra el íntimo nivel de sus propias conviccio­nes, desde el lado del temor al lado de la esperanza. Sólo así se­rá capaz de mantener un equilibrio verdadero. La dificultad de ver las cosas de manera correcta, que es una de las mayores fuentes de fricción en la guerra, hace que las cosas parezcan completamente distintas de lo que se esperaba. La impresión de los sentidos es más poderosa que la fuerza de las ideas proce­dentes de un cálculo fundamentado, y esto llega tan lejos que probablemente no se ha ejecutado nunca un plan de cierta im­portancia sin que el comandante en jefe, en los primeros mo­mentos de la ejecución, no haya tenido que dominar nuevas du­das surgidas en su pensamiento. Debido a ello, los hombres co­munes, que suelen hacer caso de las sugestiones de los demás, (acaban recomendando comprar valores en tendencia primaria bajista) por lo general se tornan indecisos cuando han de entrar en ac­ción; creen que las circunstancias con que se encuentran son dis­tintas a lo que habían esperado, en mayor medida en cuanto de nuevo ceden aquí ante las sugestiones de los demás. Pero inclu­so el hombre que traza por sí mismo sus planes pierde fácilmen­te la fe en su primera opinión cuando alcanza a ver las cosas con sus propios ojos. La firme confianza que tenga en sí mismo puede armarle contra la presión aparente del momento. Su pri­mera convicción quedará confirmada por el mismo desarrollo de los acontecimientos, cuando sea descartada la decoración inicial que el destino introduce, con sus formas exageradas de peligro, en el escenario de la guerra, y el horizonte se amplíe. Esta es uno de las grandes honduras que separa la concepción de la ejecución.

*** Aclaración a la afirmación de arriba

Como regla general, en la guerra, todo el mundo se siente inclinado a creer más en lo malo que en lo bueno, pues el defecto que predomina en la guerra es el miedo a perder la vida, eso hace que se de una mayor importancia a los peligros que acechan aunque sean infundados. En cambio, en el mercado, el defecto que predomina es la avaricia, y debido a él se está dispuesto a creer con la mayor naturalidad que un águila disecada remontará el vuelo. Se cree en cualquier imposible que arrime el ascua a la sardina de la operación que se ha tomado en el mercado.


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11
  1. #11
    Anonimo
    08/07/08 21:22

    Galicia miña nai, miña naiciña como a miña nai ningunha que me quentou a cariña co calorciño da súa.

    saludos

  2. #10
    Anonimo
    04/07/08 17:32

    Llinares pensaba que eras valenciano y ahora resulta que vas a ser gallego.

  3. Top 100
    #9
    03/07/08 15:58

    Gabi, si lees lo que he escrito, te daras cuenta que sólo hablo de ese libro, no he dado ninguna opinión sobre Don Antonio.

  4. #8
    Anonimo
    03/07/08 13:45

    Buenos días a todos:

    He estado esta mañana en el Banco de Valencia y me han confirmado que han entrado las órdenes de compra de BNP, SOLVAY, BAYER, UNF y ELE a los precios convenidos.

    ¡¡Enhorabuena a todos y gracias, otra vez, a Francisco¡¡

    José Ruiz

  5. #7
    Anonimo
    02/07/08 21:33

    Llinares, ¿estás afirmando que Antonio Saez del Castillo no te ofrece ninguna credibilidad?

  6. #6
    02/07/08 15:08

    El volumen parece no estar acompañando a la última subida del petróleo, ¿puede ser esto una muestra de debilidad?, lo digo por lo alcista que está todo el planeta.

  7. Top 100
    #5
    02/07/08 13:51

    Si Lucas, Don Antonio es muy bueno, yo nunca me había reido tanto como leyendo su libro "El Principio universal del Módulo de Elliott". De los mercados no aprendí nada, pero en cambio me quedaron muy claros los conceptos necesarios para la cria y explotación de una granja de conejos, tema que queda perfectamente explicado en el citado libro.

    Mad, esos bonos tienen que pagar los intereses aunque el banco entrara en pérdidas, a diferencia de otros cuyo pago de los intereses está a expensas de que haya beneficios.

  8. #4
    Anonimo
    02/07/08 13:40

    Sr Llinares me gustaria saber su opinion sobre los bonos recomendaddos de deutsche bank

    en caso que sacara un profit warning, cree usted que correriemos algun tipo de riesgo?

    en caso de no tenerlas todavia compradas, recomendaria esperar un poco de tiempo hasta que se calme el asunto?

    Saludos de MAD

  9. #3
    Anonimo
    01/07/08 20:07

    Y que quede claro que mi intencion es no ofender a nadie.

    Lucas, el pato

  10. #2
    Anonimo
    01/07/08 20:05

    Yo siempre he seguido a Don Antonio Saez del Castillo, el presidente de Gesmovasa. Este señor acierta con una probablidad muy alta y ademas sale en TV y radio. Recomiendo escucharle porque vale la pena, de verdad y evitareis perder dinero con suma facilidad. Las actuales estructuras y la mayoria de series son bajistas y no entiendo como la gente sigue comprando. Hasta que no haya una confirmación (él nos lo dirá y gratis por la tele o por radio) no se debe comprar nada. Y lo lleva diciendo desde hace mucho tiempo. Algunos diran primaria bajista color rojo, otros fase de declinacion absoluta, otros mercados bajistas, otros descensos pronunciados, etc. Da igual, hay que seguir al maestro y doctor Don Antonio Saez del Castillo. El autentico. Si sois novatos en esto cuidado porque vais a perder mucho dinero y cuesta mucho de ganarlo.

    Lastima que Don Antonio no tenga un blog, seria el mas visitado de España. Pero no le hace falta, con el dinero que gana... (vaya eso creo)

    Lucas, el pato

  11. #1
    Anonimo
    01/07/08 16:42

    Buenas tardes,

    Sr. Llinares, como siempre me parece un articulo muy interesante,aunque esta vez me ha dejado un poco mosqueado.

    Ha coincidido con lo de ayer en el maiz.

    ¿Tendria que interpretar, que lo que quiere dar a entender es que
    lo que ocurrio, lo vemos de la manera que nos interesa segun la posicion que tenemos abierta?

    ¿No tiene nada que ver? porque claro en este caso no solo son informes, hay unas subastas por volatilidad con muchas ordenes de venta, por en medio.

    ¿A que tendriamos que estar mas atentos, en este caso? al % sobre los precios, o a las noticias que nos llegaran?

    Bueno, me voy a comer y luego vere como vienen.

    muchas gracias

    Albertis